Análisis de Monster Hunter 3 Ultimate
Se abre la veda.
Hay mucha gente que se ha sentido decepcionada tras probar la demo de Monster Hunter 3 Ultimate en Wii U y 3DS, y eso se debe a un factor muy importante que tiene que ver con la naturaleza del juego. Los Monster Hunter satisfacen al jugador recompensándole por su progreso gradual y constante, por perfeccionar su propia habilidad en lugar de limitarse únicamente a subir niveles y estadísticas, y eso es prácticamente imposible de plasmar en una versión de prueba, limitada por definición. Las fiestas siempre son más divertidas después de los formalismos y las presentaciones, cuando se rompe el hielo y se caldea el ambiente, y eso es extrapolable aquí: resulta un poco tedioso y repetitivo en los primeros compases de la aventura, cuando cada detalle nuevo te abruma y te crees incapaz de conseguir todo lo que te piden, pero cuando ya te has tomado unas cuantas copas el desenfreno es irrefrenable. Monster Hunter consigue muy bien eso de hacerte sentir auténticamente vulnerable, del mismo modo que satisface como ningún otro cuando logras creerte invencible.
Esta reedición del título original de Wii, Ultimate, es para Capcom una puesta a punto definitiva que busca ampliar el público de la saga y terminar de consolidar una base de fans occidentales tan dedicada como la que existe en Japón - buena prueba de ello es la decisión de lanzar dos versiones de un mismo juego, una para Wii U y otra para 3DS. A pesar de haber pasado dos años desde el lanzamiento de Tri, crear a nuestro propio personaje y ponerse a cazar monstruos como quien va a comprar el pan sigue siendo un reto muy interesante, que a diferencia de lo que suele suceder en muchos otros títulos exige memorizar los patrones de movimiento y comportamiento de los enemigos (dónde descansan, dónde comen, cuándo escapan y hacia dónde) para poder salir vencedor en cada enfrentamiento, y cuyo atractivo también reside en la enorme capacidad de personalización a la hora de ataviar al personaje, con armas y armaduras creadas a partir de los materiales que nos ganamos sudando la gota gorda.
"En Monster Hunter 3 Ultimate hay más clases de personaje, nuevas áreas, monstruos y armas que no aparecían en Monster Hunter Tri para Wii."
Esa es la gracia y la principal razón tras el enorme éxito de esta saga de caza y captura de monstruos. El combate, como bien conocerán los aficionados, requiere mucha paciencia, técnica y planificación, y para dominarlo no basta con elegir aquella arma que más se ciñe a nuestras necesidades, también hay que convertirse en un auténtico Félix Rodríguez de la Fuente de la fauna virtual. Es por un incentivo más cercano a la superación propia que a una película interactiva por lo que la larga duración del juego resulta más orgánica de lo que parece.
Ahora bien, ¿justifica eso la compra del juego para quien ya ha invertido centenares de horas en Monster Hunter 3 para Wii, que es prácticamente el mismo juego? Bueno, pues depende. Hay mucho contenido añadido (casi un cincuenta por ciento más, según Capcom, algo que teniendo en cuenta la ingente cantidad del original no es para tomárselo a broma), pero la mayor parte de sorpresas, por no decir casi todas, se reservan para los niveles más altos del juego, así que depende de cada uno valorar si merece la pena volver a curtir a un cazador durante horas y horas para eso.
Hay más clases de personaje, nuevas áreas y monstruos en gran parte sacados directamente de anteriores entregas de la saga. También se han añadido armas hasta ofrecer un total de doce. A las ya conocidas, (gran espada, espada larga, espada y escudo, martillo, lanza, hacha-espada, ballesta ligera y ballesta pesada) se unen algunas otras que no aparecían en Tri, como el arco, la flauta, la lanza-pistola y las espadas dobles. Estas últimas son especialmente interesantes ya que son muy ligeras y permiten que el personaje se mueva con mucha más soltura a la hora de esquivar los ataques y las embestidas de los monstruos, pero en realidad todas resultan atractivas y necesarias en algún momento del juego. Y esa es otra de las características principales de Monster Hunter: invirtiendo el suficiente tiempo puedes llegar a manejar con soltura cada una de ellas, y eso hace que te sientas muy destroyer.
La resolución se ha mejorado si lo comparamos con el original para Wii y se han reescalado las texturas, pero el maquillaje no consigue ocultar del todo algunas arrugas que resaltan más en alta definición. Y sigue siendo inexplicable que los escenarios continúen estando divididos en distintas zonas, cada una con su tiempo de carga; se ha recortado mucho la espera entre ellas, pero el sistema ya canta demasiado.
Para darnos a conocer entre los demás jugadores se ha renovado la tarjeta del gremio, en la que se muestran los detalles de nuestro personaje y que podemos compartir a través del StreetPass de 3DS. Pero sin duda una de las adiciones más celebradas es la inclusión de un botón para centrar la cámara en los monstruos más grandes, una decisión que soluciona los terribles problemas que padecían otras iteraciones. Del mismo modo el comportamiento de los monstruos ha sufrido ligeros cambios, y ahora es mucho más fácil detectar el momento en el que empiezan a agotarse, una señal básica para aprender a capturarlos.
Todo puede realizarse a través del GamePad de Wii U, que cuenta con menús personalizables para ajustar el inventario y los iconos como creamos oportuno, e incluso podemos despejar totalmente la pantalla de la televisión para que el mapa y todos los indicadores aparezcan únicamente en el mando. El problema es que se hace incómodo tener que estar mirando de una pantalla a otra constantemente, porque pierdes de vista la acción. Es un pecado teniendo en cuenta lo importante que es el timing en Monster Hunter, pero no deja de ser una opción más.
"Monster Hunter consigue muy bien eso de hacerte sentir auténticamente vulnerable, del mismo modo que satisface como ningún otro cuando logras creerte invencible."
Lo mejor, sin embargo, es el modo online a través del cual podemos irnos de caza con otros tres jugadores y hablar directamente con ellos a través del micrófono del GamePad. Es el mejor lugar para ponerse a prueba, recolectar recursos y comprobar lo bien que se complementan las distintas especialidades de combate, donde se despierta todo el potencial y se despliega toda la diversión que puede llegar a ofrecer. En el momento de escribir el análisis el juego todavía no ha salido, así que no sabemos cómo funcionarán las cosas cuando los servidores empiecen a llenarse; nosotros no tuvimos ningún problema en nuestras partidas online, pero habrá que esperar para ver si los servidores se portan igual de bien después del lanzamiento. Esperemos que sí, de todos modos, porque la actualización de abril no solo nos permitirá jugar en el mando, sino que eliminará el bloqueo por regiones en el online y permitirá que usuarios europeos, americanos y japoneses podamos jugar juntos.
Es difícil valorar un juego como Monster Hunter 3 Ultimate. Hay muchísimo contenido que requiere muchas horas de juego, y no deja de ser una versión mejorada de un juego que ya era muy bueno allá por 2010. Pero no tiene piedad. Detrás de la fascinación que causa cada monstruo que nos encontramos y del rutinario aprendizaje de sus patrones se esconde un nuevo y mayor reto, y la creciente convicción de que esta vez sí, de que tras haber abandonado cinco veces lograrás matar a ese maldito Rathalos que se te resiste. Y a pesar de haber sido reciclada, esa es una sensación muy genuina.