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Expediente Langdell

Mentiras y gordas.

Seguramente a muchos de vosotros los nombres Tim Langdell, Edge o Mobigame no os digan nada, pero son componentes clave en uno de los grandes culebrones del sector durante este año, uno que ha sacado a relucir el lado más oscuro de las leyes para patentes y marcas registradas. Un turbio incidente que no ha tenido demasiada repercusión en España (no así en los países anglosajones) pero que tiene mayor relevancia de lo que parece a simple vista.

Mi primer acercamiento a este asunto se produjo hace un par de meses, cuando un amigo me enseñó un interesante juego para iPhone llamado EDGE. Quise comprarlo, pero me encontré con que había sido retirado de la App Store de Apple bajo misteriosas circunstancias. Lo que empezó como mera curiosidad y una búsqueda en Google fue derivando en algo más complejo, y a medida que iba tirando del hilo iba saliendo más y más información. El resultado es este artículo, en el que se desmonta la trayectoria de un tipo que ha tenido en jaque a la industria del videojuego con artimañas de la más baja calaña.

Pero antes de hablar de abusos, amenazas y prácticas de dudosa moral, empecemos por lo básico... ¿quién es Timothy Langdell?

Tim Langdell, la creación de The Edge y los primeros escarceos judiciales

El comienzo de esta cadena de acontemientos data de 1979, cuando un joven llamado Timothy Langdell funda en Inglaterra la compañía Softek: Masters of the Game. Hablamos de la época dorada de los programadores de videojuegos, aquella en la que un equipo compuesto por un par de personas podía crear un auténtico superventas que los convirtiese en nuevos millonarios de la noche a la mañana.

Y la verdad es que a Softek no le iba mal, pese a no publicar ningún juego que realmente arrasase en las listas de ventas. En pleno apogeo de los primeros ordenadores asequibles a nivel doméstico, como el Spectrum, el Amstrad CPC o el Commodore 64, pudieron hacerse con alguna licencia bastante jugosa, como la del arcade de SEGA Alien Syndrome o los famosos personajes de cómic Snoopy y Garfield, lo cual reportó bastantes beneficios y dotó de cierto renombre a Softek. Por la empresa incluso pasó una de las mentes más brillantes de la industria, Graeme Devine, al que la mayoría recordará por su trabajo en Quake III o como diseñador jefe de Halo Wars, pero que ya era un mito en el sector por su increíble trabajo programando la tecnología de compresión de vídeo de The 7th Guest a principios de los 90.

El origen de la situación actual se produce en 1984, cuando Langdell decide cambiar el nombre de Softek por The Edge, mucho más atractivo a nivel comercial, y registra la marca en Inglaterra y Estados Unidos. Es a partir de este momento cuando la palabra "Edge" ya no podrá ser utilizada en un videojuego sin su consentimiento, aunque todavía pasarán unos cuantos años antes de que Langdell comience a pisar asiduamente los juzgados.

Lo cual resulta irónico, porque al principio el acusado fue él. En 1990, Langdell traslada la empresa a Los Angeles, justo cuando dos programadores (Michael e Ian Jones) ganan una demanda a The Edge por impago en la creación del port para ordenadores domésticos del arcade Soldier of Light. Según Langdell el cambio de residencia no se hace para evitar pagar la sentencia, sino debido a un acuerdo con Commodore para la realización de software para la plataforma CDTV. Pero lo que realmente cuenta es que los Jones no llegaron a ver ni una libra.

El verdadero espíritu americano

El cambio de residencia a los Estados Unidos hizo mella en Langdell. Como bien reza la letra de la canción Libber Tea del grupo de punk rock holandés Undeclinable Ambuscade, "en USA demandar es deporte nacional", y Langdell adoptó pronto la costumbre: cualquier producto en el sector con la palabra Edge se convirtió en objetivo judicial y fue demandado por usar una marca registrada. Los demandados tenían tres posibles soluciones: cambiar el nombre, pagar una cantidad determinada a Langdell en concepto de licencia o enfrentarse en los tribunales.