Gamerland 2010 en Bilbao
Pocas novedades y una organización caótica.
Menos de treinta días separan a las dos grandes citas que el mundo del videojuego ha tenido en España este año. Si entre el 8 y el 10 de octubre se organizaba en Madrid el Gamefest, el pasado fin de semana tenía lugar, en el Bilbao Exhibition Centre (BEC), Gamerland. Y, a juzgar por lo que hemos visto, ha sido precisamente la proximidad en las fechas lo que ha perjudicado a esta última. Ya se sabe, las comparaciones son odiosas.
Para las compañías, en cambio, no ha habido mal que por bien no venga. Sony y Microsoft han replicado casi punto por punto los stands que ya vimos en el evento organizado por la cadena de establecimientos Game y la reutilización de materiales ha estado a la orden del día.
Antes de repasar lo que pudimos ver en esta Gamerland de Bilbao convendría destacar que es un evento organizado por Blue Pad y BEC, y que cuenta con patrocinio del Gobierno Vasco, Diputación Foral de Vizcaya, SPRI, Euskaltel y DigiPen. De hecho, aunque desde su dirección consideran que esta es la primera edición de la feria, ya tuvo un precedente en 2009 en Córdoba, cuando se celebró el entonces llamado FIVED (Feria Internacional de Videojuegos y Entretenimiento Digital).
En Microsoft volvían a centrarse en Kinect y elevaban una plataforma circular idéntica a la que el pasado 8 de octubre levantaban en la feria madrileña para mostrar el nuevo periférico a las masas y ganar, si cabe, mayor repercusión mediática. Otros cuatro expositores de Kinect también ofrecían la oportunidad de probar juegos como Joy Ride, Kinect Adventures o Kinect Dance Central. En torno a la plataforma principal, Microsoft agrupó varias consolas con títulos de jugabilidad más clásica: Alan Wake, Halo: Reach, Vanquish, Fable III, y Dead Rising 2, entre ellos. Nada que no hubiéramos visto ya pero todo un acierto de cara al jugador.
Por su parte, Sony jugó a la misma carta y dedicó gran parte de su recinto a presentar Move. ¿Los títulos? Eye Pet, SingStar Dance y Sports Champions fueron algunos de los presentes para mostrar las bondades del nuevo periférico. Pero hubo otras novedades, aún por llegar al mercado, disponibles. Quien más quien menos se atrevió con el SingStar Guitar –aún me pregunto por qué no aglutinan todas las posibilidades en un solo juego–, pero si había dos juegos que brillasen con luz propia esos iban a ser Gran Turismo 5 y Killzone 3.
Para Gran Turismo 5 la compañía preparó varias cabinas equipadas con volante –alguno que otro bastante machacado–, como ya hiciera en Gamefest. Volvimos a probarlo, esta vez sin el engorro de las tres dimensiones. Y lo cierto es que aunque el acabado gráfico es espectacular –la Gran Vía madrileña luce a las mil maravillas–, detectamos varios problemas de sincronía vertical a la hora de tomar algunas de las curvas. Un detalle molesto que no garantiza una conducción suave y no sabemos si seguirá en la versión final del juego. Crucemos los dedos.
De Killzone 3, en cambio, sólo había una copia y de obligada visión en tres dimensiones, así que las colas fueron habituales durante todo el fin de semana. Uno de los objetivos durante la demo, todavía una alpha, consistía en ascender por una colina eliminando varios tanques y enemigos. Gráficamente pinta bruto, aunque no podemos asegurar las toneladas y toneladas de personalidad que la segunda entrega pedía a gritos. En cuanto a las tres dimensiones, aportan más bien poco. En nuestro caso, y a pesar de llevar en todo momento las gafas, vimos en algunas ocasiones el arma que portábamos con una estela molesta.