Análisis de Grand Theft Auto V (PS4/One)
Phenomena.
No sé si todos conocéis el Phenomena, una iniciativa nacida en Barcelona que vuelve a llevar a las pantallas de cine esas películas clásicas que la mayoría de nosotros ha visto únicamente en la tele o en formato doméstico, ya sea VHS o DVD, como Alien, Indiana Jones, Regreso al Futuro o Tiburón. Es una experiencia increíble, porque redescubres montones de nuevos matices en obras que creías conocer al dedillo, convirtiéndose, casi, en películas nuevas.
A la versión para consolas de nueva generación de Grand Theft Auto V, y a esto quería llegar, le ocurre exactamente lo mismo: el juego de Rockstar respira con mayor libertad en un hardware mucho más potente y además se permite el lujo de mejorar algo que ya parecía prácticamente perfecto. Con gráficos a 1080p y mayor densidad de vehículos y población Los Santos luce más detallada que nunca, y moverse por ella es mucho más agradable al tener un frame-rate más estable y una distancia de dibujado mayor que elimina casi por completo el pop-in. Añádele teselado a las superficies, animaciones faciales mejoradas, muchísimas más fuentes de iluminación y nuevos efectos, y lo que obtienes son postales visuales aún más espectaculares que antaño, por increíble que parezca.
La gran novedad en la versión para consolas de nueva generación es, en cualquier caso, la cámara en primera persona. Nunca se había incluido de forma oficial en la saga hasta ahora, y la verdad es que funciona sorprendentemente bien; pese a que Grand Theft Auto V siempre se planteó como un sandbox en tercera persona, Rockstar ha realizado multitud de pequeños ajustes para que su uso resulte de lo más natural. Tiene miles de animaciones nuevas (es espectacular, por ejemplo, que te atropellen en primera persona), controles personalizables tipo FPS, mirillas para apuntar con mayor precisión y un sistema de cobertura opcional. Lo mejor que se puede decir de este modo es que puedes jugar tranquilamente y sin handicap alguno a toda la historia, igual que lo harías con la vista estándar. Lo único malo (por ahora, quizás se corrija con un parche) es que no sé si por un bug o por decisión consciente el retrovisor en los coches está excesivamente difuminado.
Otro detalle que denota que Rockstar se ha tomado esto como algo más que un simple port son los numerosos cambios en la banda sonora. Por lado tenemos dos nuevas emisoras de radio; Blaine County Talk Radio, con el humorista Danny McBride (Eastbound & Down) y Chakra Attack, con el actor J.B. Smoove (Curb Your Enthusiasm). Por el otro, nuevos comentarios y remezclas en seis emisoras, como las de Cara Delevigne o Kenny Loggins. Y para acabarlo de rematar - que se dice pronto - cerca de ciento cincuenta nuevas canciones, entre las que se pueden encontrar joyas como la tremendísima Hip to Be Square de Huey Lewis and the News (mundialmente famosa gracias a aquella escena de American Psycho), la mítica New Sensation de INXS o ese éxito house de principios de la década pasada que es Silver Screen, de Felix da Housecat.
Pero todo eso es secundario. En serio. Lo importante es que Grand Theft Auto V sigue siendo, a día de hoy, igual de válido que el 17 de septiembre de 2013, cuando se publicó en Xbox 360 y PlayStation 3. Sigue teniendo un gigantesco mundo vivo repleto de vida y con un número interminable de actividades en el que participar. Mantiene la vigencia de un tour de force narrativo en el que tan pronto examinamos el declive personal de un antiguo atracador de bancos, Michael, como nos desatamos con la demencial locura de Trevor. Conserva la frescura de una fórmula jugable que ha evolucionado mucho a lo largo de casi década y media, pero que continua teniendo en la diversión su común denominador. Sigue siendo, en definitiva, el rey, como lo calificaba nuestro compañero Albert García en el análisis original.
Y luego está Grand Theft Auto Online, ese completo modo multijugador que eleva la libertad propia de la saga de Rockstar hasta nuevas cotas. Esta nueva versión incluye de serie los once paquetes de contenido descargable publicados hasta la fecha, un nuevo - y curioso - editor de personajes, la posibilidad de usar la vista en primera persona y un aumento del número de jugadores simultáneos hasta treinta (más dos espectadores). No son cambios de gran calado, pero ni Rockstar tenía la intención de poner patas arriba algo que ya funcionaba ni creo que, sinceramente, lo necesitase. Durante nuestras pruebas los servidores se han comportado perfectamente - pudiendo migrar el personaje que ya teníamos anteriormente - pero coged esto con pinzas: es posible que durante los primeros días tras el lanzamiento la saturación de los mismos sea una constante y la situación tarde un poco en estabilizarse, como ya hemos visto con algunos títulos muy populares.
Uno ya no sabe si es mérito de Rockstar o demérito del resto de desarrolladoras, pero Grand Theft Auto V sigue jugando en otra liga, a años luz de la inmensa mayoría de videojuegos que puedes encontrar actualmente en el mercado. La versión para PlayStation 4 y Xbox One es más de lo mismo, desde luego, aunque mejor. Mucho mejor. Parte de una base muy sólida - uno de los mejores títulos de la pasada generación, que no es poco - pero está repleto de pequeños cambios que redondean la experiencia. Durante el último año nos hemos quejado mucho de las remasterizaciones y la ausencia de propuestas novedosas, sí, pero a relanzamientos como éste es difícil ponerles cualquier pega.