50 Cent: Blood on the Sand
"¡Esa perra se llevó mi cráneo!"
Es absurdo. Cada caja está llena de billetes, y cada cabina de teléfonos es una oportunidad de comprar armas nuevas y más sofisticadas, incluyendo lanzacohetes, lanzagranadas, armas automáticas y monstruosos rifles de asalto y escopetas. 50 no tiene problemas en manejarlos, actuando como un clásico héroe de acción con una puntería y habilidad en combate sobrehumanas. Machaca a los enemigos con una rápida sucesión de golpes de artes marciales, se esconde para recuperar un poco de la generosa barra de vida que posee, y vuelve a la carga para rematarlos con una bala en la cabeza. Al pelear cuerpo a cuerpo, y no es en absoluto necesario hacerlo, hay una especie de modo de cámara lenta recargable ("Gangster Fire") que pausa completamente el juego y posibilita que 50 pueda recuperar toda la ventaja. Los enemigos que van apareciendo se anuncian con nada menos que un claxon y un mensaje con la palabra "DANGER" escrita en rojo
No se echa de menos el brillante diseño de niveles de Gears of War 2, ni la inteligente disposición de la cobertura, más que nada porque los enemigos no acechan ni atacan como los Locust, y su mecánica es más que previsible incluso en el caso de los jefes. Aunque tampoco importa: hay parafernalia absurda, tiroteos violentos y ridículos y palabrotas más que suficientes como para distraerte mientras suena el hip-hop de 50 y éste te habla de su amor por las armas, por Nueva York y por sus zorras. Es imposible que se pueda tomar algo así en serio.
Hay un par de fallos, de todas formas. El cooperativo funciona bien tanto en XBox Live como en PSN, y se puede configurar para admitir sólo a amigos, acceso por invitación o abierto, pero la falta de un modo de pantalla partida es decepcionante para un juego con tantos detalles de humor. Pero también observamos algunos fallos técnicos en la copia que usamos para esta reseña. El juego avanza a golpes en algunos momentos, y los personajes se atraviesan entre sí cada dos por tres. Incluso la IA aliada exhibe un comportamiento absurdo en algunos momentos, sobre todo con el tema de la cobertura (algo parecido a lo que ocurría en Gears). Hay demasiadas puertas que abrir, interruptores que pulsar y habitaciones que sólo sirven para encontrar munición y dinero. Durante el juego, la cámara parece no llevarse bien con ciertas posiciones del personaje, y cambia automáticamente del hombro izquierdo al derecho dependiendo de la posición que hayas adoptado tras una cobertura.
La ausencia de un modo multijugador competitivo también es una lástima. La campaña no es tan larga como la de Gears o Gears 2 y es menos variada y peor construida, con algunos niveles completamente olvidables. En los momentos en que 50 atraviesa la ciudad en un Humvee o dispara desde un helicoptero el juego se vuelve casi monótono, y los bonus de puntuación al estilo de The Club son superficiales y no incitan a rejugarlos una vez hayas completado el juego por primera vez.
En Epic pueden descansar tranquilamente, aunque 50 Cent: Blood on the Sand es una mejora respecto a Bulletproof. Obviamente, intentamos desprendernos de prejuicios cuando probamos un juego, pero cuando el listón estaba tan bajo, y teniendo en cuenta que 50 es la imagen de Reebok y Right Guard entre otros, no es descabellado asumir que nadie esperaba gran cosa de este título. Como Activision, por ejemplo, quienes podrían haberse ahorrado su publicación tras absorber el año pasado a Vivendi, el distribuidor original. De todas formas, pese a no ser un juego revolucionario, es un shooter en tercera persona con elementos de cobertura que posee cierto sentido del humor y, en definitiva, es bastante potable.
Traducción de Alberto Mut.