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Castlevania: Harmony of Despair

Más "despair" que "harmony".

Los gráficos no están actualizados más allá de la resolución, es decir, es alta definición, pero no esperéis ver algo parecido a Guilty Gear o Blazblue. Es lo mismo que llevamos viendo desde los tiempos de Playstation aunque, todo sea dicho, no queda mal en absoluto. Los enemigos son también los mismos a los que nos hemos enfrentado mil veces: esqueletos, armaduras y demás. Por cierto, no recordaba yo que había unas limpiaoras que nos atacaban con sus aspiradoras. Esto es bastante fascinante de por sí, pero si además le añadís que dan golpes de kárate no puede más que resultar épico.

Uno de los rasgos más característicos de la saga ha sido su música. A lo largo de los años son innumerables las melodías que se han quedado grabadas en nuestros cerebros y MP3. En esta entrega la música vuelve a ser muy buena, pero de nuevo sucede lo mismo que ya venimos comentando: le falta algo. En este caso es fácil averiguar que ese algo es la variedad. Castlevania ha dispuesto siempre de muchas melodías que cambiaban al entrar en otras habitaciones o sectores. Al ser siempre el mismo mapa, la música es un eterno bucle que gusta al principio, pero después de horas os parecerá estar en el episodio del timbre de los Simpson. Además, al ser un Time Attack, no existen las melodías lentas que son marca de la casa.

El online es el eje central sobre el que gira la apuesta de Konami. He jugado con americanos, suizos y canadienses y ha sido divertido hasta cierto punto. El problema es que la mayoría de las veces me he encontrado con gente con un nivel bastante alto y sólo me he entretenido cuando hemos llegado a los jefes finales. Si me ponía a seguirles, ellos iban tan preparados que se lo iban llevando todo por delante sin dejarme nada. Es lo mismo que me pasaba cuando salía con la gente del gimnasio. Si jugáis con gente de vuestro nivel la cosa es más entretenida, ya que no podéis ir tan a lo loco. El problema reside en que, al no haber nada parecido a un matchmaking, es cuestión de suerte encontrar jugadores de vuestro nivel y, aún encontrándolos, tampoco sabréis cuál es su nivel real por lo que ya se ha comentado antes. Lo que sí me gustaría destacar como muy positivo es que en las partidas que he jugado no he encontrado nada de lag.

Así son los 15 primeros minutos de Castlevania: Harmony of Despair

A estas alturas ya os habréis dado cuenta de que éste “experimento”, por así llamarlo, no ha salido muy bien. No obstante, quiero romper una lanza en favor de Konami y me gustaría hacerlo en forma de reflexión. Es cierto que este Castlevania no es lo que cabría esperar, pero creo que es lícito destacar el esfuerzo de una compañía –a la que personalmente adoro– por intentar aportar algo de frescura a una saga que, a mi juicio, bien puede ser el paradigma de la evolución en el videojuego. Pensadlo bien: cuando nació, Castlevania fue lo que eran gran parte de los juegos en aquellos locos ochentas, un plataformas. Así se mantuvo en diversas plataformas hasta que dio el salto a las 3D en Nintendo 64, con unos polígonos tan afilados que uno necesitaba látigos para acabar con los enemigos, pero que fueron un intento de hacer evolucionar la saga. El éxito de la mecánica de juego de Metroid dio paso a una serie de juegos con idéntico planteamiento, los conocidos como “metroidvania” y cuyo máximo exponente es Symphony of the Night. Castlevania fue también uno de los primeros juegos en aprovechar –aunque poco, cierto– la pantalla táctil de Nintendo DS. En unos meses nos llegará Lords of Shadow, con una mecánica de juego que le acercan al exitoso God of War, y estoy seguro que lo veremos también haciendo uso de las 3D dentro de un tiempo. El experimento de Harmony of Despair es bastante lógico si lo contempláis desde el punto de vista que os expongo, pues consiste en hacer uso del online, que es la gran aportación que ha dado esta generación de consolas junto a hacer el ridículo en el salón.

Por desgracia, y a pesar de que me agrada el intento de buscar un nuevo planteamiento, Harmony of Dispair es un juego que no está a la altura de la saga y esto es lo que al final va a quedar. Tiene pocos mapas y su rejugabilidad termina en cuanto consigues un equipo medio adecuado, las melodías son poco variadas y los gráficos no presentan una evolución notable. Además, para estar enfocado al online, las opciones se limitan a crear una partida o unirse a otra, sin un sistema de búsqueda algo más depurado u otras opciones. Me queda la sensación de que, con un poco más de esfuerzo en cada apartado, éste podría haber sido el juego que desde luego no es. Los fans acérrimos de la saga pueden sumar algún punto más a la nota porque lo mejor del juego es, sin duda, que es un Castlevania. Al resto le aconsejo probar la demo antes de comprarlo porque pueden acabar defraudados.

Castlevania: Harmony of Despair está disponible vía descarga en Xbox Live Arcade por 1200 Microsoft Points (14.40€)

5 / 10

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