Skip to main content

Dead Rising: Terror en el Hipermercado

Terrorífico.

Creo que no existe nada más molesto en el mundo de los videojuegos que tener una determinada consola y ver como un juego que deseas con todas tus fuerzas se convierte en exclusiva para otra plataforma que no tienes. Hay innumerables casos, pero si obviamos los evidentes (Metal Gear Solid 4, Halo 3, Gears of War y similares), uno de los más deseados de los últimos tiempos es Dead Rising, de Capcom. Obra del gran Keiji Inafune, esta excelente mezcla de humor, terror, gore, zombies, acción e histrionismo permanecía hasta ahora como exclusiva de Xbox 360, así que cuando la compañía japonesa anunció su port para Wii, Dead Rising: Chop Till You Drop (subtitulado aquí con un lamentable "Terror en el Hipermercado", quizás como penoso guiño a la canción de Alaska), muchos poseedores de la consola de Nintendo se mostraron ilusionados, mientras otros recelaban de un port que parecía imposible. Y tristemente los que llevaban razón eran los del segundo grupo...

Porque nada más empezar la partida ya queda patente que para poder traspasar Dead Rising a Wii se han tenido que hacer sacrificios. El original de Xbox 360 introducía de forma magistral a Frank West, un fotógrafo enviado a la localidad de Willamette, mediante una escena interactiva en la que fotografiabamos el caos en las calles del pueblo desde un helicóptero. En Wii, sin embargo, esta escena se omite por completo y, lo que es más grave, la cámara de fotos (que en 360 tenía un papel vital) también desaparece del desarrollo del juego. Pieza vital en el sistema de subida de niveles, en Wii se conseguirán puntos de experiencia simplemente mediante el cumplimiento de misiones y en función del tiempo que tardemos en hacerlo. Un sistema mucho más simple y común que, además, tampoco está lo suficientemente bien implementado como para que tenga una importancia capital en el juego.

Un detalle que podría parecer anecdótico, pero que es sólo el primero de muchos que se pierden con el cambio de consola. La jugabilidad de Dead Rising era peculiar, basada en dos parámetros muy claros: una completa libertad de movimientos en el centro comercial y la obligación de superar el juego en el plazo de 72 horas (virtuales, claro está). En Wii, sin embargo, contaremos con tiempo ilimitado para ir cumpliendo las misiones de forma más o menos secuencial, según se nos vayan dando desde la sala de mantenimiento (que se convierte en uno de los pilares del juego). El problema grave, sin embargo, es la modificación del primer concepto, la libertad en un entorno abierto. Los escenarios en esta versión no son tan libres como en Xbox 360, puesto que por todo el centro comercial encontraremos cintas separadoras y obstáculos que limitarán (y mucho) nuestros movimientos, obligándonos a seguir determinados caminos. Este radical cambio, como podéis comprender, elimina por completo la libertad de acción al jugador. Tampoco la dificultad es la misma; lo que en Xbox 360 era un juego difícil (exasperante en algunos momentos), en Wii se convierte en prácticamente un paseo entre zombis que muestran muy poca sed de sangre.

Por lo menos uno de los puntos más favorables de este port es el control, que mezcla el esquema habitual de stick y botones con el apuntado usando el WiiMote. En buena parte imita al que ya vimos en Resident Evil 4, si bien en Dead Rising no resulta especialmente inspirado. El uso del mando con sensor de movimiento de Wii también permite gestos para realizar determinadas acciones, como por ejemplo batear un zombi utilizando un bate de beisbol. Nada novedoso, pero por lo menos no supone otro paso hacia atrás en la conversión.

Técnicamente Dead Rising se cimenta en el motor del port para Wii de Resident Evil 4, aunque hay que reconocer que los resultados en esta ocasión toman un cáliz muy diferente. Además de unos gráficos mucho peores que en Xbox 360 (algo lógico, por otro lado), el juego adolece de poder mostrar pocos enemigos en pantalla (unos veinte como mucho), algo que afecta seriamente al concepto de invasión zombi se que pretende transmitir. Añade popping y poquísima visibilidad durante los periodos nocturnos y el resultado no pasa por ser precisamente bueno. Además, la IA de los enemigos también se resiente, y la aparición de caniches y loros zombi acaba resultando desastrosa debido al nivel de repetición que muestran. Resulta evidente que Capcom ha intentado meter con calzador el Dead Rising de Xbox 360 en Wii y, obviamente, si no se realizan cambios en la mecánica y el planteamiento del juego eso es imposible.

En resumen, portar Dead Rising a la consola de Nintendo ha sido con toda probabilidad una de las peores ideas que ha tenido Capcom recientemente. Es perfectamente comprensible que haya que tomarse algunas licencias para adaptar un juego de Xbox 360 a una consola tecnológicamente inferior, pero en este caso practicamente todo lo que se ha retocado ha sido a expensas de lo que hacía de Dead Rising un gran juego. Para los usuarios de Wii quizás sea mejor esto que nada, y el juego en el fondo no deja de ser mínimamente entretenido, pero para todos aquellos que conocen o han jugado a la versión original este "Terror en el Hipermercado" es poco menos que una aberración.

5 / 10

También te puede interesar