DeathSmiles
¡Oh Dios mío, está lleno de... balas!
Con una pequeña historia de fondo de mundos paralelos y adolescentes con poderes mágicos, DeathSmiles es el típico videojuego puramente japonés que es capaz de alienar a las mentes más cerradas por lo peculiar de su propuesta: su estética anime, con niñas góticas y enemigos esperpénticos (impagable un final boss que es nada más y nada menos que un gigante buey de arado), está excelentemente trabajada, pero también tiene un estilo poco acorde con los gustos occidentales. El nivel es alto, en cualquier caso, y además se muestra un total respeto hacia la recreativa: los modos arcade usan los gráficos pixelados del arcade original, mientras que los modos exclusivos de 360 utilizan gráficos remasterizados en alta definición con un look más parecido al dibujo animado tradicional.
DeathSmiles es corto (en total hay siete fases más una pantalla extra) aunque bastante rejugable. Sin contar con el aliciente personal de intentar batir récords de puntuación y de dominar todos los patrones (algo inherente al género), el juego ofrece seis modos diferentes (Arcade, 360, Versión 1.1 y las tres versiones Mega Black Label) y tres rangos de dificultad que se pueden variar entre nivel y nivel. Las diferencias entre un modo u otro no son excesivas, pero sí presentan los suficientes matices como para provocar que la experiencia sea lo suficientemente diferente.
Algo polémica sí es la decisión de la desarrolladora respecto a las tablas de clasificaciones online. Cada territorio (Europa, Estados Unidos y Japón) tiene una diferente, y no se puede competir entre si. Dicho en otras palabras, no podremos comparar nuestras puntuaciones con usuarios americanos y japoneses, lo cual no deja de ser una lástima. La decisión, aparentemente, se tomó para que los europeos no partan con desventaja, puesto que el juego lleva ya bastante tiempo a la venta en esos territorios y sus usuarios ya tienen sobradamente dominado. Los japoneses juegan en una liga aparte, eso está claro, pero quizás hubiera sido mejor tener una leaderboard común para todo occidente.
En pleno año 2011 DeathSmiles quizás sería más indicado para el Xbox Live Arcade que para un lanzamiento en formato físico, pero la verdad es que tampoco podemos quejarnos por ello: el juego llega a España con precio rebajado (30€) y en una edición especial que incluye un CD con la banda sonora (NdR: no sabemos si es un defecto de nuestra copia o un problema generalizado, pero en vez de venir en formato CD Audio las pistas estaban en ficheros .WAV, lo cual hace que no se puedan reproducir en la minicadena) y un segundo disco con extras para ordenador como fondos de pantalla, salvapantallas, cursores e iconos, vídeos y calendarios. Creemos que entre la diversión que ofrece, lo rejugable que es y la cantidad de contenidos adicionales que lleva la edición el precio está más que justificado.
DeathSmiles no es ni mucho menos un videojuego para todos los públicos, aunque aquellos que se atrevan a darle una oportunidad no se sentirán defraudados. Sí, su estética con lolitas góticas anime y gráficos propios de Saturn (en el modo arcade, al menos) puede resultar poco apetecible, pero lo que Cave ofrece va más allá de lo visual: se trata, más que nada, de una experiencia arcade pura y sin aditivos, de un regreso a la competitividad por la puntuación y de una muestra de la importancia del reto como catalizador de la diversión.