He tenido un sueño
¿Visiones de futuro o delirios de un chalado?
Hoy me he levantado mal. Todavía convulso y resacoso por este artículo sobre Diablo III y Blizzard. Bueno, quizás la resaca fuera por otra cosa. La cuestión es que tras varios intentos por parte de diversas compañías de la industria del videojuego (recordemos las "creativas" iniciativas de Ubisoft, EA y otro simpáticos miembros del negocio), Blizzard lo ha logrado. Ha logrado darle la vuelta a la tortilla de la infamia y convertirla en virtud. "Una puta vestida de verde" que rezaba la canción.
Y lo peor no es eso, lo peor es que los medios, que nos creemos especializados, no nos hemos quejado más allá de una o dos líneas comentando "problemillas menores", y no influyendo ni un ápice en las valoraciones de sus análisis y, lo que es todavía peor, vuestras voces, las de los usuarios, apenas han sido un leve eco en la oscura caverna del futuro del gaming.
He tenido un sueño. Se acabó el gaming tal y como lo conocíamos. Se acabó prestarle el juego a un amigo. Se acabó jugar en un pueblo alejado de la mano de dios y de Internet. Hola al DRM de estar siempre conectado, al Network Pass a 15 euros y a registrar un usuario por consola. Buenas tardes a los juegos que no son míos, a la posibilidad de que me corten para siempre el acceso al single player del Juego-random II porque vaya a salir Juego-random III. Bienvenidos a un mundo de tiendas físicas que te venden el último juego de Compañía-random en una caja de plástico en cuyo interior hay una tarjeta que hay que rascar para ver el código que permite la descarga del juego.
Estemos agradecidos a la industria y recemos para que se quede así, y no haya que leer en la tarjeta recién rascada un "siga buscando, premio seguro". En fin, ya nada será igual y lo sabes. Nada será igual y no nos importa. Nada será igual y no hacemos nada.