Heavy Rain
Vínculo emocional.
Un ejemplo muy valioso de por dónde irán los tiros es una escena del principio en la que jugamos con nuestros hijos en el jardín de casa. En un momento determinado se nos pedirá que elijamos con qué niño queremos empezar a jugar. Ellos saltan y te gritan "¡yo, papá!" y te miran con admiración y alegría. A uno te lo subirás a los hombros y haréis el avión, y a otro lo cogerás de las manos y le darás vueltas en el aire.
Más tarde lucharás con espadas de plástico con uno de ellos. Mediante Quick Time Events te van diciendo qué tienes que hacer para ganar. Pero… ¿queremos ganar a nuestro hijo? No. Por tanto fallaremos aposta. Y el juego sabe que existe esa posibilidad y responde fenomenalmente.
El orden en el que elijas a los niños es totalmente irrelevante para el desarrollo de la historia, igual que si ganas o pierdes ese pequeño combate de broma. Pero, en cambio, es muy relevante para ti. Cuando primas a un niño frente al otro estás inconscientemente eligiendo un niño favorito, creando un lazo ligeramente más potente con él que con el otro. A su vez, cuando pierdes el combate, te sientes bien por haberlo hecho y te invade una inmensa ternura respecto a esos chiquillos.
No está claro que en la versión final esas decisiones que tomemos cambien el desarrollo del argumento. De hecho creo —y esto es pura especulación— que en el 99% de los casos no será así. La historia puede tener varios finales pero al fin y al cabo siempre tendrás que pasar por casi los mismos pasajes y el argumento será el mismo.
De ahí las declaraciones de David Cage que recomendaba jugarlo una sola vez. Si volvemos a él estaremos modificando esos lazos tan intensos y sutiles que hemos ido trazando y la experiencia perderá parte de su sentido. Y a mi me parece genial que hayan optado por esta vía, porque —y a pesar de que necesitamos pasarnos todo el juego para emitir un veredicto— esa implicación existe y es fundamental.
Siguiendo con el argumento, en esta beta hemos podido jugar con todos los personajes. Se presenta un policía del FBI que tiene un gadget futurista (y eso que la acción pasa en 2011) que le permite analizar pruebas, una chica con problemas de insomnio (y a la que, por cierto, vemos totalmente desnuda si decidimos ducharnos) y un detective privado ya mayor con problemas de asma. La historia de todos gira alrededor del asesino del Origami, un misterioso personaje que secuestra a sus víctimas durante cinco días y que luego abandona, muertas, en descampados, con una figurita de papel en la mano y una orquídea en el pecho.
Falta ver si esa trama engancha y nos mantiene pegados al juego y falta ver cuánto durará. Gráficamente es una pasada, con escenarios casi fotorrealistas y personajes con unas animaciones brutales, que se adaptan perfectamente a la acción y que transmiten lo que tienen que transmitir. De momento nosotros estamos ansiosos por seguir la aventura, ver qué pasará, y eso es muy buena señal. Sin duda será uno de los juegos que dará más que hablar el año que viene. Y pinta muy, muy bien.
Heavy Rain saldrá en exclusiva para PlayStation 3 durante el primer trimestre de 2010.