Kane & Lynch 2: Dog Days
Balas perdidas.
Es una pena que haya cosas que funcionen tan mal. Una de ellas son las coberturas. Puedes parapetarte en cualquier saliente, y está bien que algunos se destrocen, pero no tanto que te toquen cuando crees que estás a salvo. Si te cubres, te cubres. Pero lo más fastidioso, a mi entender, es el sistema de apuntado: la retícula parece un adorno. Hay armas más precisas que otras, pero en general es bastante desesperante no acertar a un malo ni si lo tienes a un metro. Por otro lado, hay algunas armas que se comportan de forma extrañísima, como las shotguns, que incomprensiblemente van fenomenal a larga distancia.
Quizás la intención de los desarrolladores era que los combates fuesen tan sucios y alocados como el estilo visual y quisieron darle, a propósito, ese toque impreciso, pero lo que pasa es que jugar así desespera. De hecho, lo que me hace pensar que esa no era su intención es que, por ejemplo, no puedes sacar la mano por encima de la cobertura y disparar a lo loco: tienes que ponerte de pie y apuntar, y esa indecisión entre locura-precisión es difícil de entender cuando el diseño del juego no te ayuda en nada.
En Kane & Lynch 2: Dog Days también podemos disfrutar de varias opciones multijugador. La más evidente es el cooperativo, ya sea online o a pantalla partida en la misma consola. Al contrario que en otros juegos como Army of Two, lo que podemos hacer con el otro se limita a abrir puertas. Aparte de poder culpar injustamente al amigo de tu lado de que te hayan matado, no hay nada del cooperativo que no podamos hacer jugando solos con la IA.
Los otros modos multijugador son bastante entretenidos y originales, y en ellos podemos jugar a policías contra ladrones y a variaciones de esto mismo. En algunos hasta podemos traicionar a nuestro equipo para pillar más cacho del botín, y al principio —igual que en el modo Arcade— nos enganchará, pero pronto veremos que la profundidad no es tan amplia como parecía al principio y dudo que os duren demasiado.
Kane & Lynch 2: Dog Days es un juego bastante divertido pero que arrastra varios problemas que evitan que esté un peldaño más arriba. La corta duración de su modo principal —4 o 5 horas—, el despropósito del sistema de apuntado o un guión normalito compiten demasiado directamente con sus puntos fuertes, que son el estilo visual, el carisma de los protagonistas y algunos diálogos.