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Lost Horizon

Siguiendo los pasos de Indy.

Emparentado lejanamente con la novela y película homónimas, Lost Horizon nos sitúa en el año 1936, en plena expansión nazi. Nuestro protagonista es Fenton Paddock: un piloto británico destinado en China que, tras ser expulsado del ejército por verse envuelto en un incidente que provocó la muerte de varios civiles, se ve forzado a realizar viajes de contrabando para ganarse la vida. Sus conflictos con las Tríadas chinas serán el menor de sus problemas cuando su amigo y antiguo compañero del ejército Richard desaparezca en medio de una expedición al Tíbet y tenga que acudir a rescatarle. Las cosas se complicarán cuando descubra que los nazis han acampado en la zona y que van en busca de un lugar mítico que podría darles el poder para conquistar el mundo: Shambala.

Durante la aventura nos desplazaremos por medio mundo en busca de pistas del paradero de Richard y de la forma de abrir el enlace a Shambala, con los nazis siempre pisándonos los talones , en una aventura que recuerda a Indiana Jones no sólo por su argumento, sino que incluso la estructura narrativa es por momentos exactamente igual que la de una película del mítico cazatesoros cinematográfico. La trama es a ratos insulsa, si bien mejora notablemente en el tramo final.

Nos encontramos ante una aventura gráfica de corte clásico, un Point & Click de toda la vida. El catálogo de posibilidades con el ratón se ha reducido a dos: usar y mirar. La primera nos servirá para prácticamente cualquier cosa, desde hablar hasta unir dos objetos en el inventario. La segunda nos proporcionará información adicional de los objetos y nos permitirá examinar el interior de mochilas, carteras o similares.

El juego sigue en la tradición de lo visto en anteriores títulos del estudio Animation Arts (Secret Files) aunque con puzles bastante más lógicos, en los que en raras ocasiones nos encontraremos perdidos irremediablemente. Mucho más fáciles que los de la otra saga, a menudo desquiciantes. Lo normal es que sepamos prever como terminará una escena con hablar con un par de personajes o mirar detenidamente el escenario, aunque luego nos lleve algo de tiempo encontrar los pasos intermedios.

Un sistema heredado de los Secret Files que nos permite remarcar los objetos con los que podemos interactuar nos facilita en gran medida las cosas, ya que sorprendentemente el mayor reto del juego suele estar en encontrar todos los objetos por uno mismo. Esto es a causa del particular estilo gráfico que se ha decidido imprimir al juego, con los escenarios y gran parte de los objetos conformados por cuidadísimas pinturas, donde en ocasiones es difícil distinguir los objetos que se pueden coger del simple atrezzo.