Análisis de Metal Gear Solid HD Collection
Big Boss.
'Here we go again', que decía la canción homónima de Buck-o-Nine. A lo largo del año 2011 presenciamos una tendencia cada vez mayor por parte de las compañías del sector a recuperar sus viejas glorias y 2012 parece que seguirá el mismo camino: regresaremos a Silent Hill, recuperaremos a los olvidados Jak & Daxter y con un poco de suerte un nuevo público descubrirá al fin los Zone of Enders. Pero el plato fuerte del año en cuanto a refritos (en el buen sentido de la palabra) es, obviamente, el pack con dos las aventuras de Snake para PlayStation 2 y su última incursión en PSP.
Guste más o guste menos, es imposible no reconocer la saga Metal Gear Solid como una de las más influyentes de los últimos tiempos. No fue el primero, pero sí es el videojuego que evidenció que era posible mezclar de forma cohesiva cine y videojuegos, y que las convenciones del séptimo arte no eran excluyentes en un producto interactivo. Es el videojuego que sentó las bases para unas mecánicas de sigilo que se han convertido en estándar y han sido imitadas en innumerables ocasiones. Y es uno de los videojuegos que mejor ha demostrado la importancia de los valores de producción, cuidando con mimo detalles como el doblaje (con David Hayter a la cabeza) o la atención en detalles aparentemente insignificantes.
De todos los recopilatorios en alta definición publicados hasta la fecha, God of War Collection sigue siendo uno de los más sólidos a nivel técnico, así que no debería pillar a nadie por sorpresa que Konami haya recurrido a su desarrolladora, Bluepoint Games, para llevar a PlayStation 3 y Xbox 360 algunos de los juegos más conocidos de Hideo Kojima. Daremos más detalles al desgranar cada uno de ellos, pero en líneas generales las mejoras son los gráficos a 720p y 60 frames por segundo, la imagen panorámica, el sonido surround 5.1 y los logros/trofeos. Es un trabajo sobrio, pero tremendamente respetuoso con los originales y a la altura del que vimos en ICO & Shadow of the Colossus.
Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty
Debo reconocer que a día de hoy todavía no tengo claro si amo u odio a Sons of Liberty, porque es el juego que mejor ejemplifica la eterna discusión sobre si Kojima más que un diseñador de videojuegos es un director de cine frustrado. Todos los vicios del japonés se ven aquí multiplicados de forma exponencial: unas cinemáticas de duración exagerada, un argumento tremendamente confuso y algunas decisiones polémicas capaces de polarizar incluso a los fans más acérrimos, como Raiden o la división de la aventura en dos partes muy diferenciadas, por poner un par de ejemplos.
Pero supone también una evolución gigante y necesaria dentro de la saga. MGS2 añadía un montón de nuevos movimientos que ayudaron a forjar las actuales mecánicas de sigilo e introducía algo tan vital y útil como la cámara en primera persona para apuntar en los tiroteos. Y eso por no hablar de la banda sonora de Harry Gregson-Williams, un elemento básico para comprender las pretensiones cinematográficas de Kojima que a día de hoy sigue poniendo los pelos de punta.
"Todos los vicios de Kojima se ven multiplicados en MGS2 de forma exponencial: unas cinemáticas de duración exagerada, un argumento tremendamente confuso y algunas decisiones polémicas capaces de polarizar incluso a los fans más acérrimos."
Todo esto sigue presente en la versión en alta definición, aunque resulta obvio que el paso del tiempo no ha tratado demasiado bien a Sons of Liberty: el aumento de la resolución hace destacar más que nunca la relativa sencillez de sus gráficos y unas borrosas texturas carentes de detalle, los controles son toscos y poco precisos y las limitaciones de la IA son más que evidentes. Pese a todo, sigue sorprendiendo la casi enfermiza atención por el detalle del equipo dirigido por Kojima y como, aún con sus imperfecciones, el conjunto aguanta el tipo estoicamente en pleno año 2012.
El port HD de Collection se basa en Metal Gear Solid 2: Substance, la reedición publicada en 2002. Al igual que ésta, incluye trescientas misiones VR, doscientas misiones alternativas, las Snakes Tales, la posibilidad de jugar los tramos del barco y la plataforma por separado, el Casting Theater y el modo Boss Survival. Desaparece, en cambio, el minijuego de skate basado en lo que posteriormente Konami convertiría en Evolution Skateboarding (y que, sinceramente, no echamos para nada de menos) y The Document of Metal Gear Solid 2, el extenso e interesante Making Of interactivo que incorporó la edición europea de Substance para PS2.
Sons of Liberty es quizás el Metal Gear más oriental y polémico, con su embrollada historia, sus extravagantes enemigos, su humor puramente japonés y su megalomaníaco planteamiento. Y a pesar de eso (o, quizás, gracias a ello) no puedes evitar sentir cierto respeto por Kojima porque, aunque parezca extraño, una década más tarde todo este popurrí de variadas influencias mantiene cierta vigencia, algo que no pueden decir la mayoría de sus ya olvidados coetáneos.
Metal Gear Solid 3: Snake Eater
Volviendo a los años 60, en plena guerra fría, MGS3 narra la historia de un Big Boss novato infiltrado en territorio soviético, la relación con su mentora (The Boss) y los cimientos en los que se sustenta toda la mitología de la franquicia. Siempre recordaremos Shadow Moses, pero es en Snake Eater donde el jugador presencia los momentos más memorables y emotivos de la saga.
Además es probablemente el mejor Metal Gear publicado hasta la fecha, combinando lo mejor de la peculiar narrativa y guión de Hideo Kojima (aquí sí puede decirse que estaba en estado de gracia) con unas sólidas mecánicas de sigilo que se ven potenciadas con la introducción de los camuflajes o los elementos de supervivencia en un entorno hostil, la jungla, donde debes procurarte tu propia comida cazando fauna salvaje o curar tus heridas para no morir desangrado.
Al contrario que MGS2, Snake Eater sí sale considerablemente beneficiado del salto a la alta definición: los escenarios lucen estupendamente bien a 720p (rivalizando incluso con algunos juegos de la actual generación) y, aunque con altibajos, los 60FPS de esta versión están a años luz del inestable frame-rate del original para PlayStation 2. La verdad es que el port tiene incluso ventajas a nivel jugable, porque la definición extra ayuda a apuntar con más precisión usando la vista en primera persona o a apreciar detalles que antes quedaban ocultos por la falta de nitidez.
"MGS3 combina lo mejor de la peculiar narrativa y guión de Hideo Kojima con unas sólidas mecánicas de sigilo potenciadas por la introducción de los camuflajes o los elementos de supervivencia."
Pese a todo, habrá polémica con algunos fans por la omisión de algunos extras incluidos en el Subsistence original que desaparecen en su versión HD. El caso más flagrante es el de Metal Gear Online, el modo multijugador por internet, pero también se elimina el Secret Theater, el contenido del disco Existence y todas las misiones del minijuego Snake vs. Monkey. Como curiosidad, en la aventura hay un pequeño cambio: la desaparición de Guy Savage, el minijuego que aparecía al guardar la partida tras la tortura de Volgin en Groznyj Grad.
Aunque no es mi intención ejercer de abogado del diablo, comprendo esas decisiones. Implementar Metal Gear Online requeriría una inversión considerable, y no tiene demasiado sentido sabiendo que MGS4 incluye una versión muy mejorada del mismo y que la cantidad de usuarios que tendría el MGO del remake HD sería insignificante. También es lógica la desaparición de Snake vs. Monkey y los monos de Ape Escape: los derechos pertenecen a Sony (no olvidemos que es un exclusivo para PlayStation) y HD Collection es un título multiplataforma.
Lo más importante es que los detalles que verdaderamente valían la pena de Subsistance sí están presentes en esta nueva versión: los dos juegos originales para MSX, Metal Gear y Metal Gear 2: Solid Snake, el modo de dificultad European Extreme y la cámara libre 3D para la aventura principal de Snake Eater. Sólo con este último añadido el juego ya gana mucho respecto al MGS3 que se publicó en 2004.
Metal Gear Solid: Peace Walker
Peace Walker siempre le vino grande a PSP. Ambientado diez años después de los acontecimientos narrados en Snake Eater e inicialmente planteado como Metal Gear Solid 5, su inclusión en HD Collection permite al fin apreciar con mayor claridad la evolución en el diseño de Kojima y sus intenciones.
La base de acción y sigilo sigue ahí, pero se introduce un componente de RPG que lo convierte, en cierto modo, en un peculiar cruce entre Metal Gear y el popular Monster Hunter. Snake puede capturar a soldados enemigos y prisioneros de guerra para reclutarlos en su milicia, subir sus niveles con entrenamiento, conseguir nuevas armas y equipamiento, administrar los pelotones y usar las tropas en un pequeño minijuego que bebe bastante de la estrategia por turnos.
"Peace Walker es el juego que más sale ganando de la transición a PlayStation 3, por lo menos en el plano jugable: el mundo cobra vida gracias al mayor tamaño de la pantalla y el segundo stick analógico se convierte en un elemento indispensable del esquema de control."
Aunque el juego se adapta bastante bien a las consolas de sobremesa, el diseño y duración de los niveles está claramente pensado para una portátil, los duelos con los jefes finales son mucho menos inspirados y la historia no está tan elaborada como en anteriores ocasiones. Es claramente una especie de Metal Gear Solid Lite, aunque también uno que ofrece decenas de horas de juego y un planteamiento atractivo que funciona sorprendentemente bien.
Lo cierto es que Peace Walker no puede esconder en ningún momento su origen como juego para PSP. Técnicamente está varios peldaños por debajo de los otros dos títulos de la colección debido a la baja carga poligonal de los personajes y a su parca complejidad gráfica. Las cinemáticas tipo cómic dibujadas por Ashley Wood padecen problemas de pixelado y falta de nitidez por su baja resolución. Y las concesiones jugables son obvias: no puedes arrastrarte o apuntar en primera persona, herencia inequívoca de las limitaciones de los controles de PSP.
Pero irónicamente también es el juego que más sale ganando de la transición a PlayStation 3, por lo menos en el plano jugable: el mundo cobra vida con el mayor tamaño de la pantalla y el segundo stick analógico del DualShock se convierte en un elemento indispensable del esquema de control, permitiendo usar la cámara de forma mucho más cómoda. Del mismo modo, el multijugador gana unos cuantos enteros al librarse de las ataduras de la conexión ad-hoc de PSP: el cooperativo (para hasta cuatro jugadores) y las Versus Ops ahora sí son un valor a tener muy en cuenta gracias a la PlayStation Network y Xbox Live.
Por si todo esto fuera poco, también tienes a tu disposición el Transfarring, una útil opción que te permite copiar la partida guardada del juego de PSP a PS3 y viceversa. El beneficio es claro: juega en casa con la consola del salón y sigue tu partida con tu PSP en el metro, mientras vas camino de la oficina. Vuelve por la noche y continúa tal y donde lo habías dejado con la portátil de Sony. El nombre es muy rimbombante (como casi todo lo que lleva el sello de Kojima), pero bajo el hype hay una funcionalidad tan simple como valiosa.
"No puedes huir de tu sombra"
Llegando a las tiendas con precio reducido (menos de 40€), Metal Gear Solid HD Collection no podría ser más recomendable. El coste económico debería ser un factor menor a tener en cuenta, pero es imposible ignorar que te llevas a casa un pack con los dos mejores juegos de sigilo de PlayStation 2 (y en cierto modo dos de los máximos exponentes del género), una interesante y original evolución de la fórmula y los dos clásicos que dieron el pistoletazo de salida para una de las franquicias más importantes de la industria del videojuego.
"Puede que esté plagado de excesos y en ocasiones resulte esperpéntico por su naturaleza japonesa, pero Metal Gear Solid es también una inteligente amalgama de ideas envuelta en una de las ficciones más complejas que se han creado en este medio."
Ahora que parece que el rumbo de la saga va a dar un giro radical con PlatinumGames y su Metal Gear Rising Revengeance, HD Collection es una oportunidad fantástica para hacer balance del trabajo realizado por Kojima hasta la fecha. Puede que esté plagado de excesos y en ocasiones resulte esperpéntico por su naturaleza japonesa, pero Metal Gear Solid es también una inteligente amalgama de ideas envuelta en una de las ficciones más complejas que se han creado en este medio.
Aunque el trabajo de remasterización llevado a cabo por BluePoint Games no es tan exhaustivo y completo como el de, por ejemplo, Just Add Water con Stranger's Wrath HD, sería injusto no reconocer que los juegos de Kojima jamás se habían visto tan bien, beneficiándose de la potencia extra de las consolas actuales. Puede que haya texturas borrosas y algunos elementos a los que el paso del tiempo no ha tratado demasiado bien, pero en líneas generales eso queda en muy segundo plano al considerar los puntos a favor: resolución 720p, sesenta frames por segundo, relación de aspecto panorámica y trofeos/logros, entre otras cosas.
La guinda del pastel hubiera sido un remake en condiciones del primer Metal Gear Solid (olvidad Twin Snakes, porque parte de los derechos los tiene Nintendo), pero aún así Metal Gear Solid HD Collection es un extraordinario recopilatorio que no debería faltar en la colección de ningún aficionado a los videojuegos. ¿Compra obligada? Desde luego.