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Red Dead Redemption

La gran apuesta de Rockstar.

Red Dead Redemption es razonablemente impredecible. Tras hacernos con el fortín, ayudamos a un granjero a rescatar a su hija de las manos de unos secuestradores de aviesas intenciones, nos gruño toda una manada de zorros grises, esquivamos un toro, vimos un gigantesco puente de madera que sostenía las vías del tren, divisamos una ciudad en toda regla tras una loma pelada, cazamos un puma, derribamos unos cuantos cactus, nos enfrentamos a una banda de cuatreros y nos escabullimos en el interior de una mina para hacernos con un cañón Gatling, viaje en vagoneta incluido. Y todo en menos de una hora.

Se ha intentado que Red Dead Redemption incentive al jugador a explorar Nuevo Paraiso a base de incluir multitud de encuentros aleatorios, sub-misiones, rutinas y logros con recompensas jugables, como la consabida caza animales, pero también como recolectar plantas, desafíos de puntería, comerciar con pieles y demás ocupaciones típicamente westernianas. También desde un punto de vista meramente pasivo se ha tratado de dotar al juego de un atractivo irresistible: el ecosistema responde a nuestras acciones (bandadas de buitres aparecerán para dar cuenta de los cadáveres de animales y enemigos que dejemos a nuestro paso), los habitantes de aldeas y ciudades tienen sus actividades como ir a tomar algo a la cantina o cerrar sus tiendas para irse a dormir, además de encargarnos misiones o peticiones (aunque se nos aseguró que se ha intentado evitar por todos los medios la sensación de “chico de los recados” tan asociada a GTA). Y, por si todo esto fuese poco, sólo admirar el fabuloso ciclo día/noche/clima con su hermosa iluminación es ya como para quedarse pegado al monitor.

Incluso en un código de prueba preliminar como el que pudimos jugar, Red Dead Redemption impresiona visualmente. Aún hay que pulir ciertos detalles, pero hay tiempo de sobra. Para ser un título tan extenso y poblado, el nivel de detalle en objetos, PNJs y escenarios es muy superior a la media habitual del género, y no tanto porque el motor RAGE (muy mejorado desde GTA IV) mueva un gazillón de polígonos, sino por el diseño artístico, la iluminación y las muy efectivas texturas. Las animaciones se adaptan razonablemente al entorno y son todo lo fluidas que acostumbran a ser gracias al Euphoria. El sonido, a excepción del magnífico doblaje, es quizás demasiado poco reseñable, pero no queremos olvidar que el juego está en plena fase de pulido, por lo que esperamos que sea sólo cuestión de refinar el tiro.

Hay mil detalles dignos de mención en Red Dead Redemption, puesto que sólo cabalgar por Nuevo Paraiso es en sí ya una experiencia agradable y reconfortante, pero es aún pronto para dejarse llevar. Rockstar ha preparado un juego de esos que crean un mundo que uno no quiere abandonar y al que da gusto volver, así que nada puede decirse definitivo sin haberlo podido disfrutar a fondo. Bueno, quizás algo definitivo sí puede decirse: la contienda por el título de GOTY 2010 va a estar bien reñida, y sólo una catástrofe podría impedir a Red Dead Redemption llegar a la recta final.

Red Dead Redemption saldrá a la venta el próximo 27 de abril para Xbox 360 y PlayStation 3.

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