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Avance de Spec Ops: The Line

El infierno se llama Dubai.

Situado sobre la brillante estructura metálica de uno de los exagerados rascacielos de Dubai hay un gran cartel publicitario con los prominentes labios de una modelo. En la esquina inferior izquierda del enorme anuncio alguien ha utilizado una brillante pintura roja para dibujar una única palabra: Ayuda.

Es algo inquietante, incluso cuando lo observas desde la relativa seguridad de un helicóptero militar que sobrevuela la ciudad. Al menos puedes escuchar esa voz: tienes a Nolan North haciéndote sentir un poco más seguro. ¿O no? A los pocos minutos en Spec Ops: The Line queda claro que la historia es más profunda que la de Uncharted, y que si jugásemos como Nathan Drake sería un Nathan Drake que ha pasado mucho tiempo pensando sobre la gente que ha matado.

Pero no es Nathan Drake, por supuesto: el héroe de The Line es un soldado de las Delta Force, el capitán Martin Walker. Él y sus dos compañeros han llegado a una destrozada Dubai para localizar al coronel Konrad, un militar con una hoja de servicio casi perfecta. Se supone que murió hace seis meses, atrapado tras una evacuación fallida cuando las tormentas de arena empezaron a acabar con la ciudad más rara del mundo. Durante los últimos días, sin embargo, han aparecido pruebas que sugieren que quizás siga vivo.

Incluso antes de que el desierto mande la ciudad al infierno, Dubai es un genial escenario para ambientar un shooter que pretende llevarte al corazón de las tinieblas. Es ostentosa y chillona, como Las Vegas, otra metrópolis bañada por el sol que no tiene una razón concreta para su existencia. Destrozada por las fuerzas de la naturaleza, en cambio - semi-enterrada entre las dunas, con sus elegantes torres derruidas - es casi como volver a Rapture por primera vez. Es un lugar horrible y surrealista, con autopistas plagadas de coches caros abandonados y aviones de lujo estrellados en la arena.

La aventura comienza en esa autopista, parece ser, y es un lugar adecuado como punto de partida de un juego que está diseñado para ser esencialmente lineal. El combate de Spec Ops ofrece libertad táctica en confines cerrados, ya sea en los cañones que se forman entre los rascacielos o en el derruido lobby de un complejo hotelero, aunque los momentos de elección no te ofrecen tanto control sobre hacia donde va el argumento o cuanto quieres explorar la ambigüedad del conflicto. ¿Qué prisionero vas a ejecutar? ¿Es la guerra algo malo o es algo mucho peor?

Considerando que ha estado en desarrollo durante bastante tiempo - mostrado por primera vez en un confuso E3 hace unos años - Spec Ops es admirablemente centrado: una cuidada narrativa se enlaza con cortos y potentes combates mientras te adentras en la ciudad, presumiblemente para encontrar y rescatar a Konrad, pero también para averiguar qué ha estado haciendo mientras se le daba por muerto.

También va a ser un buen shooter, sospecho: las pistolas se comen con hambre los cargadores de balas mientras luchas contra unos bandidos fuertemente armados, y los enemigos mueren de forma dramática entre borbotones rojos. El rifle de asalto tiene personalidad, mientras que la escopeta puede arrancar de cuajo las piernas con un único disparo si lo haces suficientemente cerca. Gears puede ser la referencia obvia mientras te mueves de una cobertura a otra, con una satisfactoria sensación de peso que otros imitadores olvidan incluir, aunque también hay detalles de Halo - en los dos slots para las armas y en el simple pero claramente diferenciado arsenal que ayuda a definir cada batalla.

Aunque es difícil de juzgar tras jugar un par de horas a la campaña, parece que la IA de los enemigos también es más inteligente de lo habitual - Yager Development, el equipo tras Spec Ops, explica que incluso ha tenido que agrandar las arenas de combate para dar a tus atacantes suficientes opciones interesantes mientras se lanzan violentamente sobre ti. Los mejores encuentros te dan a ti y a tus enemigos un objetivo claro, y si recurres demasiado a las tácticas de supresión la IA individual acabará por tirarse hacia ti como si fuese con un cuchillo en la boca.

La IA aliada tampoco está mal, con dos compañeros capaces de escoger sus propias batallas - aunque a veces pueden parecer poco efectivos - o de cumplir tus órdenes al eliminar a los enemigos que priorices con la pulsación del bumper derechos. En condiciones normales pueden recibir bastantes disparos antes de desangrarse, y aunque puedes revivirlos pulsando un botón no son inmortales. Si los pierdes durante una batalla, el juego se acaba.

Yager también saca el máximo provecho posible de los escenarios equilibrando cada encuentro, desde la guerra en las calles a la cuidadosa limpieza habitación por habitación en los interiores. En algunas secciones también usas silenciadores para infiltrarte tan lejos como puedas. La arena, mientras, supone tanto un amigo como un enemigo. Cuando se acumula en superficies débiles, puedes disparar al cristal que tiene debajo para que se trague a una masa de enemigos en un horrible corrimiento de tierras, o tú - y tus enemigos - podéis lanzar granadas para hacer que se eleve una nube de arena.

Las cosas se vuelven realmente interesantes durante las tormentas de arena que arrasan la ciudad de vez en cuando, con el desierto pintando de rojo el cielo y convirtiendo a los enemigos en sombras. Está fuertemente scriptado, pero funciona bien con la IA para proporcionar grandes momentos y algunas opciones tácticas poco habituales. Acechado por enemigos con tan sólo la escopeta para defenderme, descubrí que lo mejor era correr directamente hacia la tormenta. Perdía el control de mis compañeros con ello, pero como los enemigos estaban tan ciegos como yo podía acercarme y acabar con ellos uno por uno.

Por si la estructura de la historia o las referencias de los personajes todavía no os suenan, sobra decir que Spec Ops está fuertemente influenciado por la maravillosamente horrible novela de Joseph Conrad El Corazón de las Tinieblas. Es un libro que juega sin descanso con la capacidad del hombre para ser primitivamente cruel, concluyendo al final en que somos un montón de tristes fuentes de problemas.

Yager ha capturado el descenso a este claustrofóbico y personal infierno en una destrozada metrópolis extremadamente bien. El equipo también ha conseguido mantener la tendencia de Conrad hacia el surrealismo que aparece cuando el mundo civilizado choca con la violencia. Es interesante que tus dos compañeros no estén ahí sólo para disparar a ese molesto enemigo parapetado en el segundo piso del edificio de enfrente, sino para ejercer como espejo de Walker con cada una de tus decisiones. Ya sea con la forma de enfocar un encuentro o escogiendo si ejecutar a un enemigo moribundo, cada decisión te lleva un poco más cerca de la ambigua línea en la que un soldado se convierte en un criminal.

No es algo que normalmente debas considerar en la mayoría de shooters en tercera persona. Dicho eso, y a pesar de las coberturas, los combates y las presencia de Nolan North, hay una verdadera posibilidad de que Spec Ops sea un juego que se salga de lo normal.

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