Suda 51
La última estrella del rock del software lúdico japonés.
“No seremos capaces de hacer el mismo juego para todos los territorios. Para Europa, vamos a lanzar dos versiones. Una versión explícita, y otra con menos violencia,” dice Suda. “La última vez que hice una rueda de prensa europea, todo el mundo me preguntaba acerca de este asunto. Con No More Heroes 2 queremos complacer a los fans también. Quiero que los usuarios europeos puedan experimentar la versión explícita.”
Eso no significa que una de las versiones sea la “verdadera”: ambas fueron desarrolladas simultáneamente en su cabeza. “Cuando tuve el concepto por primera vez, tenía tanto la versión sangrienta como la versión Light en mi cabeza,” dice Suda 51. “Así que cuando trabajaba en la versión americana no tuve problema alguno, pero cuando hice la versión japonesa, tenía que pensar un poco. A pesar de eso, hice ambas versiones a la vez.”
No sólo era el nivel de violencia lo que difería entre ambas versiones de No More Heroes, sino también su acogida, siendo esta considerablemente mayor en Estados Unidos que en Europa. ¿Cómo consiguió Grasshopper romper la tendencia en una época en la que la mayor parte de los estudios japoneses flaquean en popularidad ante los estudios “gaijin”?
“Bueno, una razón es que yo no soy japonés,” dice bromeando. “Ante el equipo de Grasshopper, estoy aquí como una especie de director, pero también tenemos un montón de personas japonesas en el equipo que tienen una especie de mentalidad de extranjero. Creo que una de las razones pueda ser que hemos conseguido captar lo que los usuarios extranjeros buscan.”
Se detiene y sus ojos brillan por un instante, y se permite un momento, sólo uno, de orgullo. “Bueno, también puede ser porque sé lo que me hago,” dice y suelta una carcajada. “Pero no quiero decirlo, suena mal.”
Suda 51 es de los escasos desarrolladores japoneses de su clase, de los que tenemos pocos ejemplos en occidente; tipos que caminan como estrellas del rock, hablan como estrellas del rock, visten como estrellas del rock y disfrutan del estrellato. Tipos como el antiguo agitador de Tecmo, Tomonobu Itagaki, o el amante del whisky y parte de SEGA, Toshihiro Nagoshi, responsable de juegos como Super Monkey Ball y Yakuza. “Sí, Nagoshi-san e Itagaki-san son geniales,” dice. “Además, son muy altos los dos,” añade, como si con eso quedara todo explicado.
Reconoce que es en parte culpa de la apertura de Tokio a la cultura internacional que figuras extravagantes como estas surjan. Pero utiliza esto a su favor; no es Japón el que hace a los creadores de videojuegos superestrellas. No en su caso, desde luego. Es el resto del mundo.
“Me percaté la primera vez que fui al E3, hace siete años,” dice Suda 51. “Me dejó muy impresionado el ir al E3 y ver lo que los Estados Unidos estaban haciendo. Desde que fui al E3, me di cuenta de lo apasionante que es la industria del videojuego.”
“Por ejemplo, estaban aquellas chicas, las babes, que estaban simplemente repartiendo cosas – y también las vi repartiendo preservativos. ¡Y después se pusieron a lanzar calzoncillos al público! Cuando vi aquello, pensé ¡guau! Es genial. Algún día quiero lanzar calzoncillos al público. Esa es una de mis principales metas.” No es la primera vez durante la entrevista que Suda 51 suelta una carcajada.
Nuestros compañeros americanos estarán allí listos para cogerlos, Suda. Daremos esto por concluido con un apretón de manos y una sonrisa de oreja a oreja. Y una docena más de juegos tan genialmente bobos como No More Heroes, muchísimas gracias.
Traducción de Francisco J. Díaz.