1000 AMPS
Hágase la luz.
Desarrollado por Brandon Brizzi, con 1000 Amps nos encontramos ante un divertido y relajante juego de plataformas y puzle en dos dimensiones con cierto sabor retro en el que debemos dirigir los pasos de un simpático fusible para llevar a cabo la difícil tarea de devolver la luz a un complejo de sistemas eléctricos. Con Plug, nombre de la criaturita, recorreremos un gran número de habitaciones comunicadas entre sí gracias a su capacidad de saltar, así como otras habilidades que vayamos consiguiendo a lo largo de su viaje.
Para lograr dicha empresa deberemos ayudarlo a buscar los nodos que hay esparcidos por cada una de las más de cien salas, los que, al igual que todas las plataformas que las componen, están ocultos en las tinieblas. Cada uno de estos nodos emite un sonido distinto por el que será fácil de reconocer y, al activarlos todos, se nos recompensará con una agradable melodía y la habitación se iluminará por completo. Estas estancias, además de encontrarse completamente a oscuras, también están unidas por un nexo común, por lo que será fácil pasar de una a otra sin haber completado la anterior y, en tal caso, tendremos que repetir el proceso hasta devolver la luz a todo el lugar.
Plug cuenta con un medidor de energía que refleja su capacidad de dar grandes saltos, así como hacer uso de otras habilidades, como teletransportarse a distintas zonas; para lo que tendremos que elegir un punto de salto seguro con el ratón. Según vayamos descubriendo nodos - por cada uno de ellos -, este medidor irá aumentando y, con él, nuestro pequeño amigo tendrá la posibilidad de alcanzar zonas antes inaccesibles. Asimismo, aunque el arranque de nuestra travesía por este mundo lúgubre será bastante sencillo e iremos avanzando sin muchos problemas, pronto saldrán al paso nuevos obstáculos; como cintas transportadoras o callejones sin salida aparente que, además de aumentar la dificultad para alcanzar nuevos nodos, ayudan a que la sensación de frescura se renueve a cada paso, trazando poco a poco un diseño de niveles cada vez más brillante y enrevesado.
Su desarrollo, al igual que su presentación, es simple pero impactante. Puede que al principio nos veamos dando saltos de aquí para allá sin mucho sentido y descubramos nodos por pura suerte, incluso nos frustre equivocarnos en más de una ocasión por cambiar de sala sin haber terminado la contigua, ya que ello supone pegarse una caminata importante rehaciendo todo el trabajo, pero según vayamos quemando etapas y entendiendo su sencilla mecánica, con una curva de dificultad bastante bien ajustada, pronto consigue embriagarnos con la elegancia de sus contrastes y la belleza de sus minimalistas e igualmente inteligentes escenarios, lo que nos empuja a explorar cada recoveco hasta conseguir todas las semillas de energía ocultas.
Un título recomendable, bonito, variado dentro de su simplista mecánica y no exento de reto, aunque, por supuesto, habrá quien sea reacio a pagar casi 5€ por un juego flash, más todavía si éste se comporta de manera algo errática, aunque sin mayor problema, a pantalla completa, pero también se perderá una auténtica delicia perfecta para partidas cortas y que, como mínimo, debería ser suya aprovechando una hipotética oferta diaria de Steam o echándole el guante en uno de los maravillosos packs de títulos indie que últimamente, y cada vez más, se prodigan en asaltar nuestras ya de por sí maltrechas carteras.