Los acreedores de THQ se rebelan ante la venta a Clearlake Capital

Los problemas se acumulan en THQ: a la paupérrima situación financiera de la empresa y a la declaración de bancarrota hay que sumar ahora nuevos obstáculos legales que podrían poner en peligro el sospechoso trato alcanzado entre la actual directiva y la firma Clearlake Capital para vender compañía por sesenta millones de dólares.

La supervisora asignada por las autoridades norteamericanas, Roberta DeAngelis, ha sido la primera en poner en duda el trato entre la actual dirección de THQ y Clearlake, asegurando que es demasiado cerrada y opaca como para que otras compañías puedan participar en el proceso.

DeAngelis también sospecha de los 2,25 millones de dólares que recibiría Clearlake Capital si al final otra compañía compra THQ, cifra que considera demasiado alta teniendo en cuenta que el precio pactado entre THQ y Clearlake son 60 millones.

Los acreedores de THQ, por su parte, tampoco están contentos con la actual situación, y un comité ha elevado una queja asegurando que la dirección ha propuesto unos términos que no maximizan el valor de la venta de los activos, teniendo en realidad como objetivo mantener su puesto de trabajo y la compañía abierta en vez de cubrir sus deudas. Como ejemplo ponen la negativa de la dirección a vender THQ por partes, eliminando la posibilidad de que compradores interesados en determinados estudios o franquicias entren en la puja. También se acusa a la actual dirección de provocar la actual falta de liquidez con el objetivo de acelerar la venta a Clearlake en un periodo de tiempo excesivamente corto.

Según el comité, "los procedimientos de venta han sido diseñados específicamente con el objetivo de que Clearlake sea el pujante que se hace con el negocio, sea o no ese resultado el que más interesa a los acreedores".

Hoy se terminarán de definir los procedimientos para la venta de THQ. Según los planes de la compañía la subasta se realizaría el día 9 de enero, y el día siguiente ya se haría efectiva la venta.