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After Burner Climax

Top Gun.

Las plataformas de descarga digital pueden gustar más o menos, pero hay una cosa que resulta innegable: se han convertido en el hábitat ideal para determinados juegos y géneros que ya no tienen lugar en las estanterías de las tiendas. No creo que haya nadie dispuesto a pagar setenta euros por una experiencia arcade que dure media horita (y nadie debería hacerlo, para qué engañarnos), pero con un precio razonable la cosa cambia. SEGA entendió el concepto a la perfección con Out Run Online (publicado el año pasado) y vuelve a hacerlo ahora con After Burner Climax.

Para quien conozca After Burner (es decir, la mayoría), Climax no tiene demasiados secretos. Se trata de una versión desarrollada por el estudio AM2 aparecida originalmente en salones recreativos durante la primavera de 2006, utilizando la placa Lindbergh de SEGA para ofrecer unos gráficos en 3D de corte realista que siguen resultando muy efectivos cuatro años más tarde en Xbox 360 y PlayStation 3 (sin duda la gran velocidad con la que todo se mueve por la pantalla ayuda a maquillar la simplicidad de las texturas y los modelados). Pero la base jugable sigue siendo la misma que ya trazó Yu Suzuki en 1987 con el After Burner original: escoger entre los tres aviones disponibles (un F/A-18E, un F14D Super Tomcat y un F-15E) y superar un determinado número de fases esquivando misiles y derribando docenas de enemigos, ya sean de tierra o aire, con la ayuda de una ametralladora y misiles. Es tan simple que el movimiento se limita a los ejes vertical y horizontal, controlados por el mismo stick con el que movemos la retícula de disparo, y el único movimiento especial que podemos hacer es una barrena para esquivar misiles enemigos.

La principal diferencia jugable entre esta nueva entrega y el resto de la saga After Burner es el Climax, una especie de efecto bullet time con el que ralentizamos el tiempo para poder apuntar a más enemigos y esquivar misiles con mayor facilidad. La introducción de esta característica no es baladí: en contra de lo que pueda parecer, su objetivo no es hacer el juego más fácil o accesible, sino ofrecer una herramienta más que, usada de forma apropiada por el jugador, permite ejecutar mejores combos y obtener puntuaciones mucho más altas.

Lo cual, todo sea dicho de paso, es la principal razón de ser del juego. Detrás de su simplicidad se esconde una maquinaria bien engrasada que encandilará a los amantes de las tablas de récords y la competición arcade, motivando los piques por conseguir más puntos y una partida lo más perfecta posible. Quien busque un juego profundo que vaya buscando otra cosa, porque la apuesta de SEGA es por la acción directa, rápida y sin complicaciones. Una partida dura unos más o menos entre un cuarto de hora y veinte minutos, y aparte de un par de bifurcaciones en el árbol de fases no hay mucho más para descubrir.

Climax propone alargar un poco la vida del juego mediante unos desbloqueables llamados EX Options, con los que se activan diferentes trucos y características. Es una curiosa variación de lo que serían los DIP switches de las máquinas recreativas, y con los que podemos acceder a opciones como créditos infinitos, variar el tamaño de la retícula de disparo o modificar la forma en que funcionan los combos. No es mucho, ciertamente, pero se agradece su inclusión en vez de limitarse a portar tal cual un juego que ya de por si es tremendamente corto y simple.

Para los estándares actuales After Burner Climax es un juego demasiado sencillo y (al menos para una mayoría) poco rejugable, pero también es una de las pocas experiencias puramente arcade con la esencia de los 80 que podemos disfrutar en una consola de nueva generación. Si SEGA hubiese cometido el error de venderlo a precio de novedad otro gallo cantaría, pero con el paupérrimo precio de 10 Euros por el que podemos encontrarlo en el Live Arcade o la PlayStation Store su compra es casi obligada para los amantes de los clásicos.

8 / 10

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