Aliens VS Predator
Threesome.
Antes de nada una advertencia: jugar a Aliens VS Predator a las once de la mañana, con un solazo entrando por las ventanas y gente alrededor hablando por teléfono y escuchando Spotify a todo trapo es, ante todo, la forma más anticlimática de afrontar este juego. Como era previsible, se trata de un título muy oscuro, así que me toca subir a tope el brillo de la tele para lograr ver algo. Llegado cierto punto de la partida empiezo a valorar estos handicaps como un pequeño reto dispuesto para poner a prueba mi capacidad de concentración y mis instintos de supervivencia más primarios. Estar encerrado en una claustrofóbica nave oscura con y un alien pisándote los talones es una de esas situaciones en las que es necesario tener todos los sentidos alerta. Y es que en el fondo, si piensas en la esencia de este tira y afloja entre el cazador, los supervivientes y las presas, o lo que es lo mismo, entre predators, aliens y terrícolas, te das cuenta de que desde buen principio parece que todo fuera pensado con un único objetivo: crear el videojuego.
La desarrolladora británica Rebellion retoma la saga que inauguró hace más de 10 años con Aliens Versus Predator y que logró convertir en un título de culto que aún hoy es recordado por aquellos que lo jugaron. Ya entonces nos ponían frente a un juego de acción en primera persona en que se nos daba la opción de ponernos en la piel de aliens, predators y marines. Su gran logro consistió en ofrecer tres razas que se jugaban de forma totalmente distinta pero que a la vez estaban perfectamente equilibradas. Un triple enfrentamiento que tanto en su inquietante modo historia como su campaña multijugador se reveló tan preciso como una equilibrada partida de sangriento ajedrez.
La versión preview de este nuevo Aliens vs Predator que SEGA nos ha enviado y que saldrá a la venta el próximo mes de febrero para Xbox 360, PlayStation3 y PC ya nos da las primeras pistas de que aquel celebrado equilibrio vuelve a estar presente. Como era de esperar, cada raza se juega de un modo absolutamente distinto y la forma de movernos por el escenario y de plantear los ataques es absolutamente distinta.
Marines: Un shooter clásico
Mi primer contacto con el juego lo llevo a cabo con los pesados, estereotipados y llenos de clichés soldados marines. Después de un tutorial en el que me enseñan los fundamentos básicos del control (cada raza tiene el suyo propio) empiezo a moverme por los tan familiares y estrechos entornos de una nave atestada de cables sueltos, paneles de control, tuberías y demás parafernalia. Todo ello a oscuras y con la única compañía de mi linterna. La ambientación está muy conseguida y el trabajo con la iluminación (aunque es muy oscuro) ayuda a generar dramatismo y tensión. Destaca también el uso de los sonidos –importantísimo en un juego como este– y la música, ambos con los característicos sonidos y ritmos siempre nos han puesto la piel de gallina en las películas.
El personaje que nos toca controlar es el típico marine novato cuyo primer día va a ser una auténtica pesadilla. Por su parte, nuestros compañeros (que nos hablan por la radio y nos dicen qué debemos hacer) no paran de soltar las frases de marine asustado de rigor. A veces vamos juntos, pero durante la partida la mayor parte del tiempo nos dejan solos contra las hordas de aliens. En este primer contacto el control responde con la precisión de un shooter estándar y la configuración de botones también sigue el esquema clásico, ahora bien, es cuando toca enfrentarse a los primeros enemigos cuando vemos las primeras diferencias.