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Análisis de Alone with You

Cero gravedad.

A la "aventura romántica sci-fi" de Alone with You le falta profundidad e intimidad para que nos enamoremos su trasfondo y sus personajes.

El cartel de Alien llevaba impresa una de las frases promocionales más famosas de la historia del cine: "En el espacio nadie puede oír tus gritos". Era inevitable que se convirtiese en icónica: en apenas ocho palabras lograba evocar los grandes miedos que nos provoca la idea de lanzarnos a la aventura espacial: el aislamiento, el desamparo, la imposibilidad de pedir ayuda en caso de emergencia. La situación del protagonista del juego que vamos a analizar reúne todos estos ingredientes, pero Benjamin Rivers ha optado por utilizar este contexto para algo inesperado: hablar sobre la conexión con otras personas.

Alone With You nos sitúa en un planeta cuyos elementos son tan hostiles que los esfuerzos por transformar la atmósfera y colonizar el planeta han resultado un fracaso. Tras 16 años de actividad, solo uno de los colonizadores ha sobrevivido a un evento que abrió una enorme grieta en el suelo e incomunicó a parte del equipo. Años después del suceso, un seísmo ha reabierto una ruta hacia estas instalaciones; la IA responsable de la estación decide entonces poner en marcha un intento desesperado de reparar y acondicionar una nave de escape antes de que la atmósfera sea demasiado tóxica, dentro de aproximadamente un mes.

Los talentos de cuatro personas son necesarios para lograr este objetivo: Winnie se encarga de las telecomunicaciones, Pierre es experto en naves espaciales, Leslie trabaja como botánica para producir alimentos y Jean dirige la producción de energía. El problema es que todos ellos murieron en el evento y se desconocen sus actividades desde la desconexión con el resto de la colonia. La solución de la IA es generar unos hologramas con sus conocimientos, recuerdos y personalidad para que nos ayuden.

Por el día tendremos que acudir a los antiguos lugares de trabajo de estas cuatro personas en busca de información o suministros que nos puedan ayudar. Allí seremos testigos de lo que ha pasado desde que la IA perdió contacto: las instalaciones están en un estado deplorable por la falta de mantenimiento, la lluvia ácida ha corroído las estructuras y los cadáveres se agolpan bajo los escombros. Armados con un escáner, tendremos que analizar los objetos que nos encontremos para esclarecer qué pasó en cada lugar y emplear su experiencia para salvarnos. En ningún momento estamos aislados: la IA nos va informando de qué es cada elemento que analizamos y aporta sus propios comentarios al respecto.

El avance en estas secciones está bastante controlado, con muchas habitaciones bloqueadas hasta que encontramos una pista que nos ayude a descifrar una contraseña para continuar nuestro avance. Ninguno de estas pequeñas adivinanzas es demasiado complicada, y casi siempre nos obliga a prestar atención a las relaciones entre los distintos miembros de la tripulación: fechas de nacimiento, elementos del escenario con valor afectivo, signos de actividad que nos permitan relacionar camarotes con ocupantes...

El anterior juego de Benjamin Rivers, Home-A Unique Horror Story, ya jugaba con la idea de contar el argumento a través de objetos que se habían quedado atrás, quizá de una manera más interesante. Sin ser un método narrativo nuevo, le daba una vuelta de tuerca: la historia que cambiaba en función de lo que cogíamos y de lo que optábamos por no investigar por miedo a lo que pudiese revelar.

En Alone With You la fórmula se adecua a la perfección al contexto de un lugar antaño activo donde no queda nadie con vida, pero le falta algo de garra. Le cuesta producir un cierto grado de afección hacia las personas que allí residieron. Muy pocos colonos tienen historias que vayan más allá de una localización, e incluso en estos casos es difícil empatizar con sus historias cuando no se nos ofrece ni tan siquiera un pequeño retrato para que les pongamos cara cuando nos hablan de ellos. Terminan siendo nombres, no personajes. Los cuatro expertos con hologramas llevan todo el peso de la trama; el resto de la estación apenas importa.

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Sorprende que en lugar de sus habitantes, lo que nos mantiene pegados a la pantalla es la propia colonia. El particular estilo visual del juego le da una atmósfera única, con su aspecto granuloso y onírico donde la belleza asoma entre la corrupción y la muerte como si de un juego de Hidetaka Miyazaki se tratase. La banda sonora termina de darle un toque etéreo a un planeta con una paleta de colores tan irreal como atractiva.

Durante la noche compartimos los resultados de nuestras búsquedas con los hologramas. Son conscientes de no ser personas reales, pero ello no evita que tengan sentimientos, dudas sobre su propia naturaleza e incluso conflictos con lo que hicieron sus contrapartidas reales después de la incomunicación. Nuestras únicas preocupaciones en estos tramos son agotar los temas de conversación y de vez en cuando dar una respuesta a las preguntas más filosóficas o personales, donde el juego trata de conocernos un poco para moldear ligeramente las respuestas a otras cuestiones.

El subtítulo del juego lo describe como una "aventura de ciencia ficción romántica". Quizá el último adjetivo le venga un poco grande, o al menos se entienda en un sentido distinto al habitual. El romanticismo de Alone With You se manifiesta en el propio concepto de estas conversaciones; allí establecemos lazos afectivos con el ideal de ciertas personas, creando amistades platónicas que nunca trascenderán al plano físico. Las conversaciones no se convierten en un simulador de citas, pero sí nos permiten demostrar nuestro afecto hacia los hologramas, siendo nuestro personaje un avatar sin sexo, género o sexualidad definidos para que cualquiera pueda sentirlo como su propio avatar.

El impacto sentimental de estos fragmentos están limitados por la propia estructura del juego, que nos permite pasar poco tiempo con cada personaje. El número de visitas a cada lugar se reduce a una cada cinco días, y esas noches solo podemos hablar con la persona que allí residía. Después de una ronda de visitas, disponemos de una quinta noche especial con quien elijamos para hablar de temas más personales y menos profesionales. La mayoría de tiempo se dedican a la propia huída y a charlas sobre temas sin gran importancia.

Si queremos explorar al completo las relaciones con todos los personajes, tenemos que repetir el juego; en ese sentido no le hubiese venido mal alguna opción para saltarse las misiones de día en sucesivos intentos. En una partida donde nos centremos en un solo personaje no podremos hablar más que en seis ocasiones, y ninguna de ellas logra estar tan cargada de emotividad como pretende. Las horas se quedan cortas para que desarrollemos en profundidad afecto por ellos.

No puedo evitar pensar en cómo los dos últimos Shin Megami Tensei: Persona hibridan el RPG con el simulador de citas como medio para generar afecto hacia multitud de personajes a lo largo de decenas de horas de juego. La manera de administrar nuestro tiempo juega un factor clave en esas relaciones: decidir en todo momento con quien pasamos tiempo o no, e incluso arriesgarnos a que no nos de tiempo a completar una mazmorra para poder vernos con alguien. A Alone With You le hubiese venido bien dejarnos más tiempo para conversar, obligarnos a tomar decisiones importantes más a menudo e incluso algo más de libertad en las respuestas.

Alone With You produce más decepción que desasosiego; tiene elementos de sobra para plantear una historia más interesante y madura de la que cuenta. Nuestro trayecto por los restos de la colonia espacial es entretenido pero poco trascendente, y las conversaciones son más ligeras que íntimas. Le falta tiempo y profundidad para su argumento y sus personajes nos dejen suficiente poso. Siendo un juego sobre romances, cuesta demasiado enamorarse por completo de él.

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