Assassin's Creed: La Hermandad
Expansecuela.
Por otro lado, además de las misiones secundarias, que son muchas y variadas, y que implican estrambóticas invenciones de Leonardo Da Vinci, recolección de todo tipo de ítems o trabajos con los Gremios, por ejemplo, una de las actividades más gratificantes es la de ir creando nuestro ejército. Ezio ya no es el lobo solitario de antes; podrás unir gente a tus filas salvando a determinados ciudadanos en apuros. Estos se convierten en asesinos, que incluso podrás entrenar –mediante un sistema de menús- mandándolos al extranjero a que peleen y adquieran experiencia. Esta troupe te ayudará, luego, a eliminar a ciertos objetivos o a despejar zonas demasiado pobladas de enemigos. No son fundamentales pero sí, digamos, curiosos.
Poco más, en realidad, aparte de cuestiones anecdóticas como el poder ir en caballo a todos lados, el ver que todavía existe una exceso de misiones de seguir a malos o las eventuales idas y venidas del Animus. Sigue siendo lo mismo que en la segunda parte pero con unos cuantos toques que le dan un poco más de vida.
Lo que sí que es genuinamente nuevo es el multijugador. En Ubisoft han sido inteligentes y en vez de intentar calzar viejas fórmulas de manera artificial han sabido crear algo que se adapta a su particular mecánica. Y esto es básicamente una buena actualización del clásico juego del escondite mezclado con el pilla-pilla.
Está dividido en cuatro modos y permite una enorme progresión. Con cada nivel ganarás nuevas habilidades, que luego podrás combinar y configurar en los distintos perfiles. Todo va orientado a que mates mucho y bien. Cuando empieza la partida te asignan un objetivo a aniquilar y, a su vez, tu pasas a ser la diana de alguien. Debes mantener ese equilibrio de ir deprisa para que no se te escapen pero, también, ir con cuidado de no desvelar tu posición y que te identifiquen fácilmente. Para evitarlo, puedes mezclarte entre los personajes no jugables –muchos tienen tu mismo skin, y si consigues que tu rival se confunde y mate a otro, ganas puntos- o recurrir a distracciones o carreras. A la hora de asesinar, gratificarán terriblemente que te acerques sin ser visto a tu objetivo o que lo finiquites acrobáticamente o valiéndote de tus poderes.
Assassin's Creed: La Hermandad es un producto destinado, sobre todo, a los que adoraron la segunda parte de la franquicia. Y no os arrepentiréis si lo compráis: por un lado está la historia, que es totalmente continuista y te dejará saber algo más del Animus, Desmond y las aventuras de Ezio. Por otro tenemos la jugabilidad, que aunque sigue siendo básicamente lo mismo sí que incorpora unas cuantas ideas curiosas. Y, finalmente, el multijugador, que saca petróleo de la fórmula y consigue divertir y ofrecer una experiencia medianamente duradera y atractiva.