Análisis de Asura's Wrath
Potencia sin control.
Asura's Wrath es espectacular. Solo con ver un minuto de cualquiera de sus numerosos vídeos y a poco que os guste la estética del manga o el anime al estilo Dragon Ball, caeréis enamorados del juego. CyberConnect2 ha sabido trasladar el anime al videojuego 3D de la mejor forma posible; cuesta siquiera imaginar otra manera mejor de plasmar la esencia de la animación clásica japonesa. De hecho el juego se divide en 3 bloques, cada uno de 6 capítulos, que fácilmente podrían ser 6 episodios de 3 temporadas de una serie. Al principio de cada capítulo vemos parte de los créditos, a la mitad aproximadamente tendremos un pequeño interludio con un par de artworks e incluso al final hay un avance del capítulo siguiente. Todo está mimado al detalle para hacerte pensar que estás ante una serie y no ante un videojuego.
Asura, uno de los 8 semidioses que protegen la Tierra, es traicionado por sus iguales y no descansará hasta que ejecute su venganza, pase lo que pase. Movido por su ira y su sed de venganza será capaz de todo, desde acabar con cientos de simios furiosos hasta luchar con enemigos del tamaño de nuestro Sistema Solar. La furia mueve a Asura, es su motor, su impulso y también el nuestro. CyberConnect2 consigue que sintamos esa rabia y que la traslademos de inmediato al mando de la consola; han sabido qué botón tocar dentro de nosotros para ponernos on fire y lo han machacado hasta niveles inimaginables.
Para que os hagáis una idea, Asura's Wrath es lo más cercano a la secuencia de Gohan y Célula en Bola de Dragón, como destacó nuestro compañero Pep Sanchez, o a Kratos cebándose a puñetazos con la cara de Zeus. Cada escena, cada movimiento, cada línea del guión, cada gesto de los personajes; todo está predispuesto para que encaremos la siguiente pelea con unas ganas enfermizas de golpear a nuestro adversario.
Artísticamente es una pasada, es capaz de mezclar la iconografía oriental más clásica con escuadrones de naves espaciales sin que nada rechine lo más mínimo. No podréis quitaros de la cabeza la imagen de una estatua budista gigante apuntándote con un lanzacohetes. El diseño de los personajes principales roza la perfección con unos sombreados parecidos a los que vimos en Street Fighter IV y que encajan a la perfección con el resto de elementos. Las animaciones faciales, en la línea de todo lo demás, se han cuidado al detalle y son uno de los elementos más importantes a la hora de crear la ilusión de estar ante un anime; geniales especialmente las caras de los enemigos al recibir nuestros golpes.
Desafortunadamente los escenarios no están al mismo nivel de lo anteriormente comentado, pero sin embargo, en este juego, es algo que se ve totalmente escoltado por todo el diseño artístico del que hemos hablado.
Asura's te lleva de la mano, te dice lo que debes hacer para seguir contándote la historia de un hombre traicionado, juega con tus emociones, hace que ansíes ver el siguiente capítulo... Y aquí es donde comienza la polémica.
No querremos jugarlo, querremos verlo. Y es que realmente estamos ante un videojuego y por mucho que nos lo maquillen como a una serie al final llega un punto en el que queremos coger el mando y repartir estopa por nuestra cuenta y entonces a Asura se le va la fuerza por la boca. Vayamos por partes; por un lado tenemos los famosos QTE que están presentes en todo momento, sin darnos un minuto de tregua. Personalmente no estoy en contra de estas mecánicas, siempre que estén bien implementadas, y después de jugar a God of War III el listón en este apartado queda muy alto. Primero no se entiende por qué, a la vez que se le da tanta importancia a la espectacularidad de todos sus vídeos, nos muestran el botón que debemos pulsar en el centro de la pantalla tapando gran parte de la acción de la batalla. Lo inesperado es que prácticamente no influyen en el resultado de la lucha ni de la historia; podemos dejar el mando en el suelo y el resultado será prácticamente el mismo que si nos dejamos los músculos de los antebrazos aporreando botones. Te sientes algo desorientado cuando te dicen que pulses círculo todo lo rápido que puedas para ir llenando la barra de furia y te das cuenta de que si sueltas el mando la barra casi no se inmuta. Estas decisiones evidentemente están tomadas a conciencia y no son fruto de un descuido, y de hecho cuando pulsas los botones que te indican hay 3 niveles de sincronización; bien, genial y excelente, pero ninguno te dice que lo has hecho mal. No se puede.
Después tenemos los momentos de shooter al estilo Panzer Dragoon o Rez. Disponemos de dos tipos de disparos, el rápido y el de fijación. En estos niveles además de disparar a todo lo que se mueva debemos esquivar y devolver los ataques enemigos. Pese a ser escenarios bastante vistosos y espectaculares no suponen ningún reto para el jugador y se pueden resolver haciendo barridos por toda la pantalla y disparando con el modo de fijación.
Por último están las partes más importantes, en las que controlamos a Asura a pie y luchamos cuerpo a cuerpo haciendo uso de sus 2 u 8 brazos según su nivel de cabreo. Básicamente se trata de machacar el botón de ataque rápido y calcular el timing para usar el ataque fuerte. No disponemos casi de combos o de movimientos especiales, todo se resume en golpear y contraatacar alguna vez hasta que llenamos nuestra barra de furia para sacar toda la rabia y acabar con los enemigos pasando así a la siguiente zona. Además de no suponer un reto puedes acabar el juego en dificultad normal y ni mirar la barra de salud; los enemigos secundarios suelen ser feos o repetitivos. De hecho tendremos que luchar varias veces contra los mismos animales gigantes de dudoso gusto. Solo se salvan los combates contra los enemigos más importantes y, de nuevo, por sus escenas prefabricadas, su estética y los personajes en sí.
Asura's Wrath te deja un sabor agridulce después de haberlo jugado. Consigue exaltarte como ningún otro juego lo ha hecho antes, gracias a su historia de venganza e injusticia, gracias a su ambientación y estética, gracias a sus diálogos, gracias a sus combates épicos y gracias a sus personajes. Especialmente gracias al protagonista. Pero también consigue aburrirte y, lo peor de todo, desilusionarte cuando te da el timón del barco. Es valiente y nos ha gustado, pero aunque parezca no querer serlo, es un videojuego.