Skip to main content

Análisis de Anomaly Warzone Earth (XBLA)

Estrategia para todos los públicos.

La estrategia es de esos géneros que difícilmente se adaptan al concepto de juego de una consola. Sus momentos pausados y reflexivos, su mecánica y, fundamentalmente, su control hacen que no proliferen muchos juegos de este tipo en estas plataformas. Sin embargo Anomaly Warzone Earth se atreve a acercárnosla y logra que resulte divertida incluso con un pad.

No os dejéis engañar, el planteamiento en esta ocasión es muy sencillo: controlamos a un grupo reducido de vehículos (un convoy de generalmente no más de dos o tres unidades) bajo una perspectiva cenital. Tenemos el mismo objetivo para cada escenario: lograr atravesar un campo de batalla lleno de enemigos; y nuestras acciones se limitan a dos: decidir la ruta del convoy y emplear ciertos artilugios para distraer al enemigo, recibir ayuda o reparar nuestras unidades.

Como habréis adivinado no tenemos un control real de la situación como en un RTS de toda la vida, Anomaly Warzone Earth roza la estrategia pero dista mucho de ser como un Halo Wars, por ejemplo. Tampoco es un juego de horas enganchado al pad, sino como una partida al Monopoly o una batalla en el Risk, algo que debe ser jugado en pequeñas dosis o acabará aborrecido en un rincón del disco duro de la consola.

"Anomaly Warzone Earth roza la estrategia pero dista mucho de ser como un Halo Wars, más bien es como una partida al Monopoly o una batalla en el Risk, algo que debe ser jugado en pequeñas dosis o acabará aborreciendo"

Los escenarios se ubican entre las calles de dos ciudades diferentes. La forma de cuadrícula de las mismas sirve para trazar rutas que podremos alterar en función de la situación de los enemigos, generalmente torretas y otros elementos estáticos. Aquí juega un papel importante contemplar el mapa completo y decidir por dónde atravesar, si preferimos un ataque directo o rodear y atacar poco a poco.

A partir de este momento se inicia la acción, nuestras tropas siguen la ruta inicial y atacarán a todo enemigo que se ponga a tiro, siempre sin abandonar la formación. Es nuestra obligación escoger un camino adecuado para evitar un ataque frontal cuando nos superan en número o recurrir al recorrido más corto cuando andamos justos de recursos. En todo momento se puede parar la acción para variar la ruta - aunque solo hay algunos puntos del mapa donde se puede cambiar de dirección - y además contamos con un número finito de apoyos como botiquines de reparación, señuelos o ingenios de camuflaje.

Y no hay más. La variedad es quizá el punto más flojo del juego. Comenzamos manejando un par de tanques y aunque existe la posibilidad de comprar nuevas y variadas unidades, enseguida descubriremos que resulta más práctico tener pocas y subirlas de nivel que tener muchas que controlar, pues eso nos hace lentos y vulnerables. Para obtener mejoras hay que buscar por el escenario al margen del objetivo inicial lugares con "premios" que podrán ser canjeados en el mismo fragor de la batalla.

A su favor cuenta con un nivel de dificultad progresivo bastante bien ajustado, y que una vez empezamos a controlar la mecánica querremos entretenernos destruyendo el ejército enemigo antes de concluir la misión en escenarios cada vez mayores y con enemigos más duros, por el puro placer de obtener una medalla de oro en la valoración final que resuelve la máquina.

Juega en su contra, además de la falta de variedad, la duración de su modo historia y la brevedad de algunas de sus misiones, algo perdonable si seguís mi consejo de jugar espaciado en el tiempo pero que le impide obtener una mejor nota incluso para un juego arcade.

Si tienes la posibilidad de descargar la demo sin duda dale una oportunidad y piensa que el juego completo ofrece exactamente lo mismo, para bien y para mal. Es una opción interesante pese a que pediríamos más enemigos, más escenarios, más misiones y más unidades. Hubiese sido un juego redondo.

7 / 10

También te puede interesar