Análisis de Black Mesa
Volviendo a los orígenes.
Aún recuerdo, cuando a finales de 2004 y principios de 2005, me hablaron de Half-Life 2: "¡Es una pasada! ¡Must have!". Buff, era difícil superar a su antecesor. La ópera prima de Valve revolucionó el género de los shooters, por no decir que lo inventó, si consideramos que Wolfenstein o Doom no dejaban de ser el típico arcade, pero que en vez de matar de izquierda a derecha, se hacía en vista isométrica. Quake, por su parte, fue un paso intermedio entre esa jugabilidad y la de Half-Life.
Yo, por supuesto, jugué a Half-Life 2. Fue un juegazo, y quien lo niegue no merece seguir leyendo este artículo, pero era suficientemente distinto a la primera aventura de Gordon Freeman como para seguir recordando la primera parte con un cariño también distinto. Pues bien, tras jugar a Black Mesa, recordé esta verdad, el porqué no hay que olvidar nunca a Half-Life y el porqué Half-Life 2 no rivalizó nunca con su primera parte.
Si dejamos de lado Half-Life: Source, que fue una actualización del juego original al motor gráfico de la segunda parte, hemos tenido que esperar 8 años para que este equipo de 40 fans haya realizado esta nueva pieza, 14 años después de su aparición original. Como se suele decir en el mundo del cine Black Mesa es un remake, una reinterpretación del juego original. Sin embargo, y tal y como indica el nombre, de momento el producto que hay disponible se ciñe a la parte de la aventura que transcurre en el centro de investigación de Black Mesa y termina justo tras hacer el salto al teletransporte hacia el mundo fronterizo de Xen.
Pero como dijo Chip Foose en su programa de remozado de coches se tiene que saber cuándo hay que innovar y cuando hay que rendir tributo, y los desarrolladores de este mod para el Source Engine tenían claro qué había que hacer. La galería de enemigos tan característica, desde las criaturas cangrejo a los vortigaunts, o los marines y los Black Ops, hacen su presencia con las mismas características que los hicieron famosos. Lo mismo se puede decir de las armas, que incluyen la mítica palanca, y están basadas en su forma original y no en la actualización HD posterior - es decir, que el arma principal de los marines es el subfusil MP5 y no el rifle de asalto.
A pesar de usar mapas mucho más grandes y con diseños bastante distintos, los momentos más característicos de Half-Life siguen estando presentes en Black Mesa: el complejo de oficinas, el monstruo de tentáculos en el laboratorio de pruebas de cohetes, la puesta en órbita del satélite, la adquisición de la ballesta para derrotar al monstruo acuático, el almacén lleno de explosivos, la presa... y podría continuar con decenas de ejemplos más.
Pero si todo es tan parecido, ¿era necesaria hacer esta revisión? Es una pregunta que no siempre tiene una respuesta lógica, sobre todo si hablamos de mods hechos por fans. Pero en este caso creo que la respuesta es un rotundo sí. Para empezar, da a conocer un juego imprescindible para entender la generación actual de shooters a aquellos que eran demasiado jóvenes para haberlo disfrutarlo en su día, y además lo hace sin transmitir en ningún momento nada que haga creer que se trata de un juego de hace 14 años.
Algunas de las novedades que más destacan están relacionadas con el Source Engine, y ya se han vistos en otros juegos que lo utilizan, como la manipulación de objetos. Como ejemplo más claro tenemos la forma de eliminar enemigos en la primera fase tras el accidente, cogiendo bengalas y disparándolas para freírlos. Otro recurso habitual que usa esta técnica es la manipulación de enchufes para suministrar corriente eléctrica. Lo único que quizás se pueda considerar anticuado es la linealidad necesaria para explicar la historia, pero tampoco es algo que haya sido olvidado en los juegos actuales.
A pesar de que estas novedades son más bien escasas, y sin dejarse llevar por la nostalgia, hay que felicitar a todos los integrantes del proyecto por este excelente trabajo. El hecho de que sea gratuito es una razón muy de peso para animaros a descargarlo y a revivir esas sensaciones que tuvimos hace 14 años, cuando descubrimos que se podía jugar a "Doom con el mouse" mientras empezábamos a engancharnos una historia que aún hoy da de qué hablar.