Análisis de Blue Estate
Apuntar y disparar.
Hay dos elementos que llaman poderosamente la atención en este juego; el primero es el guion, del que ahora hablaremos, y el segundo es el control: Blue Estate es un shooter sobre raíles. ¿Necesitaba el mundo un revival de este género? ¿No es mejor dejar descansar, apoyado suavamente en la mullida almohada del recuerdo, a juegos del estilo Time Crisis? Desde luego si lo vas a jugar con mouse y teclado el juego te sabrá a poco. Solo tendrás que apuntar y disparar y tras media hora de juego posiblemente ya querrás pasar a otra cosa. Pero hay muchas otras posibilidades que mejoran la experiencia. En PS4 puedes jugar con el giroscopio del mando -no hace falta Move- y la pantalla táctil. En Xbox One puedes tirar de Kinect. Y en PC puedes o bien enchufarle una Light Gun, si tienes alguna, o bien probar con tecnologías como Leap Motion -control con los dedos, en el aire. Los controles con movimiento y giroscopios funcionan bien, en este juego; no espléndidamente bien pero sí lo suficiente como para pasar un buen rato. En todas las plataformas está disponible, también, un control más tradicional.
En cuanto al guion, Blue Estate está basado en la novela gráfica de Viktor Kalvachev, pero en esta ocasión no controlamos al detective privado de los cómicos sino que llevamos a Tony Luciano, el desastroso pero sorprendentemente eficaz hijo de un mafioso y a Clarence, un exsoldado al que, por mucho que quiera, no le dejan ser todo lo profesional que debería. El tono es de comedia negra de aventuras, lleno de referencias bastante ocurrentes a personajes bastante reconocibles -como el líder mafioso coreano que recuerda mucho a Kim Jong Il- y un doblaje muy resultón, muy de homenaje a Los Soprano. El narrador que cuenta la historia es constantemente interrumpido por unos carteles de un FBI de mentira que te harán soltar más de una carcajada y en general se combinan con acierto situaciones de acción con escenas de slapstick y mucha broma. No es un tipo de humor para todos, supongo, tiene mucha broma fácil y un cinismo considerable, con situaciones que rallan el sexismo y hasta el racismo, pero hay que entenderlo, siempre, como una parodia -en ningún momento me sentí ofendido por su uso de los clichés.
Gráficamente tira mucho del estilo de la novela gráfica. El juego es en 3D pero con un toque a cómic agradable y unas animaciones fluidas. La pantalla sigue siempre un camino prefijado y se va llenando de enemigos; cuando aparece una redonda amarilla a su alrededor quiere decir que están a punto de disparar y, por lo tanto, deben ser nuestra prioridad. Pero no solo hay que ser rápidos con el gatillo, también hay que intentar ser precisos si queremos ganar el máximo de puntos posible al final de cada nivel. Por un lado tenemos un indicador de combo en la parte superior que se mantiene activo si matamos a alguien cada cierto tiempo y por el otro están los disparos especiales -en la cabeza o en las partes íntimas- que suman un extra considerable.
La fórmula de apuntar, disparar y recargar solo se ve interrumpida por la posibilidad de cubrirse en algunos tramos y por el incentivo de disparar a ciertos objetos ocultos y coleccionables, como gatos de la suerte chinos o chihuahuas dorados. También hay situaciones en las que se nos pide rapidez y gestos especiales, como cuando tenemos que mover el cursor hacia arriba para apartar el mechón de pelo de Tony o para los ataques cuerpo a cuerpo. En otras fases deberemos prestar atención a elementos del escenario que nos facilitan un poco la vida, como explosivos pegados a la pared, y que pueden acabar con varios enemigos a la vez. En cada escenario también hay paquetes de salud y varias armas -la pistola básica tiene munición ilimitada pero estas armas hay que ir llenándolas de balas- que, a pesar de tener cierto atractivo, no ofrecen una forma de jugar demasiado distinta ni son especialmente locas.
Blue Estate es un juego muy de nicho, pensado para ese grupo de fans que siente tanta nostalgia por esas tardes en las recreativas dándole al pedal en la máquina del Time Crisis que se han comprado una Light Gun. También para aquellos que quieran experimentar con Leap Motion. Para todos los demás no deja de ser una curiosidad: una comedia negra entretenida pero con un valor jugable muy bajo, un juego divertido pero que se hace aburrido a la media hora.