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Análisis de Botanicula

Una 'buddy movie' dentro un árbol.

Olvídate de la lógica, simplemente interactúa. Esto es todo lo que te diría si estuvieras a punto de iniciar tu andadura por el interior del gran árbol que sirve como escenario de este Botanicula, el nuevo juego de los creadores de Samorost y Machinarium.

Resulta que un malvado ente oscuro, a medio camino entre una araña y un agujero negro, está acabando con la vida dentro de nuestro micro-cosmos vegetal. Acompañando a un grupo de cinco intrépidos seres difíciles de clasificar tenemos que evitarlo a toda costa. Éste vendría a ser el punto de partida de la nueva propuesta de Amanita Design, una especie 'buddy movie' dentro de un árbol que se presenta ante el jugador como uno de los mundos más imaginativos, mágicos y - por qué no decirlo -alucinógenos que podemos encontrar en un videojuego.

Los cinco colegas del árbol avanzan siempre unidos siguiendo las ordenes que les dicta nuestra curiosidad, manifestada a través de los clicks de ratón. Con un solo botón de acción y un planteamiento jugable cercano a las aventuras point & click podríamos pensar que estamos ante la nueva "aventura gráfica rara" de este estudio checo, pero realmente no creo que este sea el género en el que clasificaría Botanicula.

Si has llegado a este juego con el afán de resolver intricados rompecabezas y asistir a hilarantes conversaciones es bastante probable que acabes decepcionado. No es ya que los personajes no hablen, que apenás se nos diga qué está pasando o qué debemos hacer... Botanicula usa su propio lenguaje visual y sonoro para presentarse ante nosotros como un mundo que espera ser explorado. ¿La forma de hacerlo? A base de toquetearlo todo y de probar todas las interacciones posibles mientras dejamos que este mundo microscópico nos sorprenda. En cierta manera, me recuerda mucho a los llamados Grow Games, ese sub-género de los juegos en Flash basado en descubrir una animación completa en base al simple prueba-error. En este sentido, Botanicula no deja de ser como la propia naturaleza en la que se ambienta, un gran organismo interactivo que reacciona a los estímulos de nuestros clicks de ratón creciendo y abriéndose como una flor.

"Botanicula no deja de ser como la propia naturaleza en la que se ambienta, un gran organismo interactivo que reacciona a los estímulos de nuestros clicks de ratón creciendo y abriéndose como una flor"

Ahora bien, que no os lleve a engaño pensar que estamos ante una visión cándida y vitalista de la naturaleza como en Flower. Tranquilos, Amanita Design le deja los anuncios de compresas interactivos a la gente de thatgamecompany. La naturaleza de Botanicula puede llegar a ser oscura y muy siniestra, pero también adorable hasta decir basta. El humor absurdo y las situaciones imaginativas con las que han contado los anteriores juegos de este estudio están aquí potenciadas. De hecho, me atrevería a decir que esta vez Amanita ha llevado más allá que nunca su particular forma de entender los videojuegos, convirtiendo Botanicula en su obra más extrema y racidal.

No obstante, también suele ocurrir, a veces, que la experimentación y el "artisteo" acaban causando un efecto negativo en la jugabilidad. El planteamiento de los puzles, a veces excesivamente lineal, la casi obligatoria necesidad de explorar todo el escenario para avanzar, o los reiterativos encargos de recolección de objetos, le restan capacidad expresiva al jugador. Se diría que Botanicula es una explosión de creatividad tan inmensa que nuestro papel queda irremediablemente reducido al de asombrados espectadores.

Y es que no es extraño que el jugador acabe hipnotizado por el despliegue visual y el mundo extremadamente bonito creado por el animador Jára Plachý. Lo mismo ocurre con el descomunal apartado sonoro, un aspecto que a veces trasciende la simple función de acompañamiento para convertir Botanicula en casi una suerte de juego rítmico. Sin ir más lejos, la banda sonora y los efectos creados por el dúo checho DVA ha sido reconocidos con el premio a la Excelencia en Audio en la última edición de los IGF.

En definitiva, es difícil explicar con palabras un juego que carece totalmente de ellas para presentar ante el jugador uno de los mundos más imaginativos que un servidor recuerda haber visto en un videojuego. Solamente por eso ya merece la pena dejarse atrapar por Botanicula.

Por cierto, si alguien sabe lo que fuman en Amanita Design que comparta la información.

8 / 10

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