Análisis de Detective Pikachu: El Regreso - Amable y moderadamente perspikachu
Elemental, querido Watchog.
Es bastante peculiar que un concepto tan exótico como el de un Pikachu que a la vez es un detective con malas pulgas y adicto al café haya llegado a sus cotas de popularidad actuales, pero lo cierto es que Detective Pikachu: el regreso consolida bastante bien la idea que se planteó originalmente en el juego Detective Pikachu, para Nintendo 3DS, y se expandió más tarde en la adaptación cinematográfica del año 2019.
La mejor virtud de esta secuela, creo, es precisamente saber aunar los dos conceptos con bastante gracia. En ella, interpretamos de nuevo a Tim, detective aprendiz, y nos acompañará el mismísimo Detective Pikachu, claro, en el estudio de un nuevo caso en el que, sin querer separarse mucho del juego anterior, la trama trata de que algo está afectando a los Pokémon de Ryme City y haciendo que se metan en líos en contra de su voluntad.
Así que, claro, tendremos que descubrir el misterio que hay detrás de sus acciones y, por el camino, intentar atar algunos cabos sobre el que es en este punto el misterio más grande de la saga: la desaparición de Harry, el padre de Tim y compañero original de Pikachu.
Detective Pikachu: el regreso se juega esencialmente como una aventura gráfica: al principio de cada episodio se nos planteará un problema, generalmente relacionado con una falsa acusación hecha sobre un Pokémon, que tendremos que investigar y resolver. Pero también se le han añadido algunos aspectos que hacen que la propuesta sea un poco más amplia, más abierta; que nos de la sensación, durante unas horas, de estar viviendo en el universo Pokémon. Así, nos moveremos de manera relativamente libre por el escenario en el que se ambienta cada uno de los seis casos, entrando y saliendo a nuestro antojo de sus distintas áreas en busca de pistas. Y, claro, interactuando con los Pokémon que allí habitan.
Muchos de los Pokémon que conoceremos durante la historia - y con los que podremos comunicarnos, gracias a nuestra habilidad de comunicarnos con Pikachu, nuestro traductor simultáneo del idioma Pokémon al idioma humano - tendrán papeles importantes en la trama: muchos de ellos nos prestarán sus habilidades para descubrir pistas nuevas o descubrir cosas nuevas sobre las que ya tendremos. Pero otros estarán colocados allí para darle un poco de profundidad a su mundo, para que veamos pequeños detalles de lo que sería una ciudad normal, pero en la que estas criaturas conviven con los humanos. Algunos Pokémon son mascotas y otros, como el Ludicolo de la cafetería favorita de Pikachu, echan una mano a sus dueños en el trabajo; todos los personajes que conozcamos tendrán Pokémon acompañantes que definan o resuman su personalidad y, en general, ver cómo los Pokémon se adaptan a la vida con los humanos es uno de los aspectos más llamativos del juego.
A esto ayudan, en gran medida, las misiones secundarias. Todas ellas, al menos que yo haya visto, son opcionales, pero si las completamos, conoceremos un poquito mejor el universo del juego, las dinámicas generales de Ryme City, y algunos datos y curiosidades sobre las rutinas, habilidades y comportamientos de los Pokémon. A lo tonto, he acabado haciendo casi todas las que me he encontrado; apenas cuestan un par de minutos si sabes donde buscar, y algunas de sus resoluciones son bastante dulces o amables.
En cuanto a la historia principal, la dinámica es muy similar a la del juego anterior. Iremos avanzando entre los distintos escenarios recabando pistas sobre el objetivo en cuestión, tratando de probar la inocencia de la persona a la que tratemos de ayudar. Si en algún momento nos atascamos, podemos pedirle a Pikachu que nos de alguna pista sobre cómo continuar. Una vez hayamos recabado suficiente información, la organizaremos a través de nuestro cuaderno de detective: una libreta que Tim siempre lleva encima y en la cuál se marcarán las principales incógnitas que tenemos sobre el caso y las posibles respuestas que podemos encontrarles. Generalmente, tendremos tres o cuatro opciones, como mínimo, para elegir como posible solución a cada enigma. No pasa nada si nos equivocamos, eso sí, ya que podremos intentarlo todas las veces que queramos.
Detective Pikachu: el regreso añade un poquito más de variedad al gameplay añadiendo pequeñas secciones de jugabilidad un poco diferente, que nos permiten montar a lomos de otros Pokémon con Pikachu o resolver algunas QTE para lograr un objetivo. No son muy complejas, pero se agradecen en medio de la estructura más lineal.
El mayor defecto del juego en sí mismo es que es una experiencia bastante sencilla. Es de esperar, claro, que un título de estas características, y claramente enfocado a un público más infantil, no tenga una trama extraordinariamente complicada, ni nos obligue a hacer enormes y complejas deducciones. Sin embargo, también es cierto que, incluso siendo un título enfocado a los más jóvenes, la sobreexposición y la sencillez de la mayoría de los puzzles pueden hacer resolverlos una tarea un poco frustrante. En prácticamente todas las ocasiones he llegado a la solución del caso al menos cuarenta minutos, o incluso una hora antes que Tim y Pikachu; me cuesta pensar que no habrá niños ahí fuera que serán capaces de adelantarse al progreso del juego de manera similar.
Aun así, y si disfrutasteis la primera entrega, encontraréis un poquito más de lo mismo en esta segunda. Un título que no destaca por su complejidad técnica ni mecánica pero que compensa sus carencias con carisma y con cariño hacia la franquicia que representa, incluso si eso significa, a veces, llevarnos de la mano un tanto de más.