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Análisis de Disney Infinity

Hasta el infinito y... ¿más allá?

Recuerdo cuando era pequeño -atención, momento entrañable- y mi madre, con cuatro palos y un par de sábanas, armaba un fuerte donde me pasaba el día jugando con mis muñecos tirado en el suelo. Envuelto en la burbuja que mi madre, poniendo en práctica sus conocimientos de ingeniería más avanzados había creado para mí, podía salvar el mundo, ganar una carrera o sacar el ganado a pastar tranquilamente. Todo era posible allí dentro. Disney Infinity viene a ser un poco eso, la evolución digital de ese fuerte; no se trata de controlar a Jack Sparrow o a Mr. Increíble, se trata de jugar con sus versiones de juguete, pero en la pantalla.

La cosa funciona así: el pack de inicio (del que disponemos para la el análisis) cuenta con el juego, tres figuritas, la base USB donde colocarlas, una ficha de Playset y otra que, si la colocamos debajo de uno de los personajes, nos dará un power-up. La pieza de Playset es la que nos permite adentrarnos en los distintos universos de Disney, en este caso Los Increíbles, Piratas del caribe y Monstruos University, mientras que las figuritas de los personajes permiten que, como por arte de magia, estos aparezcan dentro de nuestra pantalla y podamos jugar a las aventuras cerradas de cada personaje. Cada figura está asociada a uno de los tres universos que antes hemos nombrado (aunque podemos comprar figuras de más personajes del mismo universo) por lo que no podemos meter al capitán Sparrow, por ejemplo, en el mundo de Los Increíbles para jugar su campaña.

Cualquier niño puede disfrutar de las pequeñas aventuras de cada personaje sin ningún problema: son sencillas, rápidas y están repletas de coleccionables que encontrar escondidos por todos los rincones. No cuentan con historias ni desarrollos dignos de mención pero las cinco o seis horas que ofrecen cada una son suficiente, con sus pocas mecánicas básicas, como para entretener a un chavalín. De las tres que hemos podido probar, la del Capitán Sparrow es la que más destaca. Surcar los océanos de juguete en nuestro barco a lo Assassin's Creed 4, buscando nuevos tesoros y recompensas con los que poder mejorar nuestro buque, es bastante más divertido y épico que las flojas mecánicas de combate y de sigilo de Los Increíbles y Monstruos University -donde acabaremos repitiendo tareas y recogiendo ítems sin mucha gracia, la verdad.

Si bien, ya que jugamos con juguetes y encima estamos dentro de un universo Disney, con todo lo que eso conlleva, esperábamos un poco más de imaginación a la hora de plantear estas misiones. Además, ya que son juguetes, queremos mezclarlos, queremos que Jack acompañe a Sully por muy descabellado que parezca, porque eso es lo que hacíamos con nuestros juguetes tirados en el suelo dentro de nuestros fuertes: mezclarlo todo y crear nuestra pequeña gran fantasía. Aunque no todo está perdido.

Todo esto engloba, digamos, una de las dos grandes partes que forman Disney Infinity, los juguetitos con sus aventuras, sus mecánicas simples, sus enemigos simpáticos y todos esos objetos que destruir tras los que encontramos jugosos ítems. Quizás las aventuras propiamente no suponen un problema para cualquier chico, pero sí que se antoja un poco más complicado de lo que debería, a priori, el tema de la instalación, el paso por lo menús y demás. Aunque, bueno, hoy en día los niños ya tienen móviles y Facebook desde muy pequeños, puede que el problema, en realidad, no lo sea tanto.

"Disney Infinity es un juego para que padre e hijo pasen la tarde juntos, y el cooperativo es una de las mejores opciones para ello."

La otra mitad -la más importante diría yo- que completa Disney Infinity es la Toy Box, el gigantesco editor con el que podemos crear nuestros propios niveles y compartirlos con el resto del mundo o descargar los que hayan creado otros usuarios. ¿Queréis crear un gigantesco castillo para que Jack Sparrow entre y le de estopa a los malotes que anden por ahí?, hecho; ¿Queréis crear un circuito lleno de enemigos y trampas mortales para que Mr. Increíble entrene sus bíceps?, hecho.

La Toy Box nos permite crear miles universos Disney a nuestro antojo, sin más limitaciones que nuestra propia imaginación. El problema es que, claro, ser un dios arquitecto no es tan fácil como parece. Primero, para desbloquear todos los elementos que podemos aplicar en nuestras creaciones necesitamos desbloquearlas en cada uno de los universos disponibles, y para conseguir algunos necesitamos un personaje concreto por lo que el pack inicial se nos queda pequeño. Luego, por mucho que los niños de ahora tengan móviles y todo eso, difícilmente podrán explotar todo el potencial que ofrece el editor, completo y complejo a partes iguales. Aunque bien diseñado, precisa de un empeño, un cuidado y una paciencia que pocos niños tienen. Al fin y al cabo Infinity es un juego para que padre e hijo pasen la tarde juntos, y el cooperativo es una de las mejores opciones para ello aunque, eso sí, necesitamos dos figuras de un mismo universo para poder jugar a pantalla partida y en el pack inicial solo viene uno de cada mundo Disney, por lo que, una vez más, tocará pasar por caja si queréis jugar a este modo.

Y no solo es un inconveniente por el hecho de tener que volver a soltar la guita y dar otro paseo hasta la tienda, sino que para colmo, los distintos personajes no aportan nada realmente nuevo al desarrollo, más bien se limitan a sumar unos pocos desafíos más y permitir que consigamos algún ítem que solo podemos conseguir con él. Está claro que la venta de figuras es uno de los mayores atractivos de Infinity para Disney, pero haber hecho un sistema un poco más flexible en este sentido no le habría venido nada mal. Porque jugándolo en compañía de un pequeño es cuando realmente se disfruta. No es un juego al que vayamos a jugar solos -digo yo- pero si tenéis un pequeño al que acompañar en su aventura o al que asistir a la hora de crear mundos y demás, no solo él se lo pasará bomba sino que también nosotros pasaremos un buen rato descubriendo todo el potencial que el juego pone sobre nuestras manos. Pensadlo bien: seguro que vuestros mejores recuerdos en vuestros fuertes, alfombras o donde quiera que jugaseis de pequeños incluyen a alguien mayor junto a vosotros.

Disney Infinity es un buen juego, aunque más por su potencial que por lo que ofrece realmente. El contenido de inicio, sin ser corto, no parece lo suficientemente profundo como para justificar el desembolso y el tiempo que necesita que le dediquemos, pero si añadimos las infinitas posibilidades que aporta la Toy Box, todo cobra mucho más sentido. La ambientación de los universos es fantástica y si somos perezosos o no os apetece liarnos mucho con el editor, siempre podéis descargar las creaciones del resto de la comunidad. Infinity refleja muy bien qué es lo que ofrece el juego y hasta dónde quiere llegar, hasta el infinito y más allá -lo siento, no lo he podido evitar- pero, quizás, ese mismo infinito de posibilidades es un arma de doble filo que juega en contra de los más pequeños de la casa, a quienes está destinado el juego.

7 / 10

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