Análisis de F1 2013
Haciendo nuevo lo viejo.
Ya estamos de nuevo en otoño, una época en que es habitual que vuelvan muchas cosas, como el curso escolar o las colecciones por fascículos. Algo que también vuelve tras el verano -y que seguro os interesa más- son los títulos anuales de las diversas franquicias deportivas, y como prueba de ello tenemos la ya clásica guerra entre FIFA y PES, que coincide también con la vuelta de algo tan esperado como es el campeonato de la Liga.
Ahora bien, aunque la Fórmula 1 no vuelva en otoño -permitidme ignorar las tres semanas en blanco de agosto-, la edición anual del videojuego oficial del Campeonato del Mundo FIA también se apunta a esta moda. Y como con cualquier otro título de lanzamiento anual, habrá que tomar nota de las principales novedades.
No es que a Codemasters se lo pongan fácil. Aunque los horribles "morros de ornitorrinco" del año pasado ya no son obligatorios, algunos bólidos siguen usándolos. Sebastian Vettel sigue dominando las carreras, y las demás caras conocidas de la parrilla siguen dando resultados parecidos a años anteriores. ¡No es que las novedades sean muchas! Bueno, parece que tendremos que esperar al año que viene para que los anunciados cambios en el reglamento tengan un impacto más interesante en la competición... o puede que no.
Entonces, ¿qué mejoras ha recibido la edición de este año? Más allá de actualizar el plantel de pilotos, equipos y el calendario, se ha aprovechado para acabar de pulir algunos asuntos que quedaban pendientes en las anteriores entregas. Para empezar, ya es posible usar exclusivamente los indicadores de la cabina del vehículo para leer todos los detalles que realmente importan, e incluso existe la opción de quitar completamente el HUD para tener una sensación aún más realista. Donde más se nota este apartado es con los retrovisores, que ya muestran con un profundo detalle lo que uno esperaría ver por el retrovisor de un fórmula 1. A su vez, la física del juego ya eran muy buena en la anterior edición, así que no hay grandes cambios ni quejas en este sentido.
Otro novedad muy agradecida es la posibilidad de grabar partida en medio de cualquier sesión, ya sea de entrenamientos, calificación o carrera. Y mejor aún es la carga de estas partidas, ya que nos llevan a una interfaz como la de repetición cinemática que nos permite reanudar el juego en cualquier punto de dicha repetición, eliminando parte de la tensión de una partida mal grabada en un momento de estrés o de desastre no advertido. Este modo de salvar partida nunca se usa como guardado automático, así que en carreras largas es recomendable usarlo con cierta regularidad.
Por otro lado, a pesar de haber anunciado mejoras en la IA de los pilotos rivales y en el criterio de adjudicación de las penalizaciones, no me ha parecido que hayan variado mucho respecto a la edición de 2012. En el caso de los pilotos, sí se nota que son ligeramente más agresivos, mas el comportamiento general es muy similar a lo que ya vimos.
"La gran novedad, a la que se le ha dado más bombo, es algo que irónicamente es viejo: la posibilidad de correr con bólidos clásicos."
En el apartado técnico tampoco hay muchas novedades. El doblaje es prácticamente idéntico a lo que ya se había visto previamente y gráficamente el juego sigue usando el motor EGO, que ofrece buenos detalles visuales. Afortunadamente, en este último apartado hay algunas mejoras, siendo la más positiva la menor carga gráfica cuando todos los vehículos están en pista.
Pero sin duda, la mejora gráfica más espectacular es la lluvia. Ahora se ve mucho más realista en carrera, de forma que incluso deja la pantalla mojada tal y como se puede ver desde una cámara a bordo. Aunque puede llegar a distraer un poco al principio, con el tiempo uno se acostumbra y jamás llega a deformar la parte central de la visión.
Y ahora sí, lo interesante lo he dejado para el final. La gran novedad, a la que se le ha dado más bombo, es algo que irónicamente es viejo: la posibilidad de correr con bólidos clásicos. ¡Nostalgia al ataque! Por suerte no se han limitado simplemente a que sean modelos 3D que se desbloquean y punto. Cuando entramos en este modo desde el menú, el juego de repente cambia completamente de estética. Desaparecen los elaborados túneles de viento y precisos automóviles modernos de la era del iPhone, para transportarnos a un taller más simple con un precioso bólido como puede ser el Williams FW12 o el Lotus 100T, todo en un tono sepia que acentúa aún más este viaje en el tiempo. Si jugamos en la versión original, el narrador pasa a ser el octogenario comentarista de la BBC, Murray Walker que, para aquellos que no lo conozcan, es una leyenda dentro de este mundillo.
Lo que más satisface de los vehículos clásicos es que se comportan tal como deberían. Y si no me creéis, poneros al volante del Williams FW07 de Alan Jones y decidme si se nota o no el espectacular agarre al asfalto del ala invertida. Para organizar carreras con estas parrillas, también se han añadido circuitos de esa época, tal como estaban durante esos días, aunque sólo Brands Hatch y Jerez están disponibles en la edición normal. Incluso podemos perdonar algún pequeño detalle, como el que supongo es una falta de derechos de imagen lo que provoca que el Ferrari F1/87/88c tenga en el lateral escrito "M. Schumacher" en vez del nombre de Michele Alboreto.
Como añadido está claro que supone un punto de referencia dentro de la franquicia. Pero que la melancolía no nos engañe: correr con coches clásicos supone un soplo de aire fresco, pero no considero que llegue a ser ni un modo entero en toda su regla. Se mezclan todos los coches de una misma década, con las escuderías repetidas de distintos años, y el catálogo de circuitos es bastante reducido. Además, si queremos los coches de los años 90 y las pistas de Imola y Estoril, hay que adquirir la edición clásica del juego en vez de la estándar, o bien pagar por sus respectivas descargas cuando esté disponible.
No hay que olvidar que, mientras que los bólidos históricos son mas bien un contenido de soporte, el núcleo duro del juego sigue estando orientado a los que quieran desarrollar una trayectoria deportiva en la actualidad. Como prueba de ello, aunque sus características apenas han cambiado, la mayoría de ellas han mejorado lo justo respecto la versión de 2012 para ofrecer una experiencia mucho más agradable. El siguiente paso lógico, desde mi punto de vista y si la compañía dispone de recursos para hacerlo, es "dividir" el juego en dos. De esta forma se puede seguir ofreciendo el juego de la temporada anual, y además ofrecer un juego exclusivamente de clásicos con el que poder dar rienda suelta a todo el potencial de este modo, que tal y como está ahora, en un juego independiente se parecería más a una demo comercial que a un juego terminado. Con todo, F1 2013 sigue siendo un juego a la altura de la llamada categoría reina del motor.