Análisis de FIFA 13
La guinda del pastel.
Actualización: Si te interesa el juego pásate por nuestra Guia FIFA 13
Siempre ha habido un debate sobre si la edición de cada año supone una evolución o una revolución: FIFA 13 no es ni lo uno ni lo otro. Es, si nos ponemos un poco esotéricos, lo más parecido a la tranquilidad mental. Su gran virtud es que consigue perfeccionar todo lo que se ha ido trabajando desde 2007 y ofrecerte una experiencia extremadamente satisfactoria.
Es curioso porque FIFA 13 destapa, sin querer, los defectos de los juegos anteriores. Prácticamente todas las novedades de otros años consiguen graduarse con matrícula. El sistema de colisiones que se implementó el año pasado, por ejemplo, tuvo varios detractores porque no acababa de ir fino: tenían razón. Era una mejora sustancial y necesaria pero en demasiadas ocasiones nos encontrábamos con barullos raros y reacciones no demasiado creíbles. Ahora está ajustado razonablemente y, de hecho, lo han aprovechado para que acabe de tener un efecto decisivo en los partidos, algo que antes no pasaba. Los jugadores corpulentos imponen la ley del más fuerte a golpe de espalda -y hasta hay logros/trofeos relacionados con ello-, los tiros y pases cambian cuando estás desequilibrado y hasta los controles son menos precisos si estás metido en algún rifirrafe. Y de camino te quedas con la boca abierta con según qué animaciones: no sé cuántas nuevas animaciones hay, pero en casi cada partido descubrirás alguna.
Pasa lo mismo con en el sistema de defensa posicional que debutó en FIFA 12, que es un poco como cuando bebes cerveza por primera vez: unos pocos no la vuelven a tocar pero la mayoría podemos probar el cariño que le tenemos simplemente enseñando la barriga. En FIFA 13 es menos severo y se integra de forma más natural en partido. Los cambios que incorpora la jugabilidad, en definitiva, están destinados a poner un punto y aparte y a trastear con los límites de lo que es posible en esta generación. Es algo que notas a los pocos minutos; ya no hay fallos que te alejan del partido, más bien lo contrario, se te pide que estés atento y tienes la sensación de que estás haciendo lo que quieres pero dentro de unos márgenes de error comprensibles.
Su gran virtud es que consigue perfeccionar todo lo que se ha ido trabajando desde 2007 y ofrecerte una experiencia extremadamente satisfactoria.
Ahí entran el control al primer toque y la espectacular inteligencia artificial, que actúan como el 3-en-uno, como un pegamento que une todas las piezas y las hace girar harmónicamente. La potencia, el efecto o la calidad del lanzador y del receptor afectan a cómo controlas el balón; en cada jugada se generan microsituaciones que requieren de picardía y anticipación, tanto en defensa como en ataque. Puedes decidir arriesgarte a intentar bajar ese pase por alto y estarías en buena situación para armar un ataque... pero como se te vaya más de la cuenta el defensa podría quitártela y aprovechar el espacio que has dejado. Entonces, ¿qué haces si nos sabes qué sucederá? ¿Intentas un sombrero, un pase de primeras, la dejas pasar? Como defensa lo mismo, vas aprendiendo a leer cada rival por lo valiente o conservador que puede llegar a ser.
También tienes que aprender a ensanchar tu campo de visión, porque ahora los personajes controlados por la IA se mueven mucho mejor. Por fin podemos dejar de avanzar abusando de las paredes, ahora sí, que era la única forma eficaz para que nuestros compañeros subiesen al ataque de forma agresiva. Según las características de cada jugador actuarán de una u otra forma -lanzando diagonales, esperando en el área para un remate o un control de espaldas a portería...- pero siempre tendrás más de una opción que te obligará a pensar rápido y a aprovechar oportunidades que duran milésimas de segundo. El efecto de este dinamismo es fundamental para entender la genialidad de FIFA 13 y supone uno de los cambios más importantes en la historia de la franquicia. Lo acerca más al fútbol, a estilos concretos de entender los partidos y de leer un equipo, y lo aleja de esos automatismos de control que teníamos memorizados.
Y cuando el fútbol sale a flote de esa forma, debieron de pensar en EA, es el mejor momento para que todavía más gente aprenda a jugar. Los nuevos juegos de habilidad son una muy buena puerta de entrada al universo de FIFA. Te plantean unos retos que primero te ayudan a aprender a ejecutar acciones básicas y que luego sirven para que perfecciones y profundices en controles complejos: pases cortos y largos, regates, remates, defensa... una especie de minijuegos que son divertidos por sí mismos pero que además, y lo hemos comprobado, hacen que todo aquél que no esté demasiado acostumbrado a juegos de fútbol de un salto cualitativo en pocos minutos.
Los nuevos juegos de habilidad son una muy buena puerta de entrada al universo de FIFA.
Los que ya lleváis más tiempo con esto tampoco os preocupéis, que hay unos cuantos regates más con los que practicar -ojo al hocus pocus de Neymar- o algunas mecánicas que se han potenciado brutalmente. Los controles con el stick derecho son mucho más efectivos, y podemos lanzar sombreros o pinchar balones que harán que no paren de escucharse ooooohhhss en el salón. Pero lo más importante es, sin duda, el poder encarar siempre a portería con los dos gatillos: te sirve para girarte y moverte sin perder de vista el objetivo, y dejas siempre la posibilidad a un cambio de ritmo o a un pase seguro. Del mismo modo, también puedes pisar el balón como en FIFA Street si presionas LB/L1 cuando estás parado.
Tampoco os confiéis, porque no todo el mundo es igual de bueno y aquí la situación cambia rápido. El otro día estaba intentando vacilar con Pato y no me salía nada: sus estadísticas han bajado y ya no puede hacer regates de cinco estrellas. Con Match Day, que es una función gratuita y opcional que se actualiza muy a menudo -resquicios de aquello que se llamaba Adidas Live Season y que era de pago-, el valor de los jugadores tiene una correspondencia con el rendimiento en los partidos de verdad. No es extraño ver como alguien tiene, de repente, cinco puntos más de media que en la jornada anterior. O, si hay alguien lesionado, no lo podrás alinear. Los cambios son bastante drásticos, y por eso mismo todavía añaden más motivación a cada partido: ¿quién no querría jugar con un Tello con 83 tras un buen partido de Champions o un Higuaín pletórico tras marcar un hat-trick el día anterior? O Isco, que ayer mismo tenía una media mucho mayor de la habitual tras su recital contra el Zenit.
Y quién lo iba a decir, pero Temporadas Cara a Cara se ha convertido de repente en lo más jugado de FIFA. El éxito de su debut en FIFA 12 pilló por sorpresa a EA, que se ha afanado a adecentarlo. Por fin podemos guardar las alineaciones y las tácticas para no tener que editarlas en todos y cada uno de los partidos que jugamos; también hay premios especiales para aquellas temporadas en las que más destaquemos, nuevas copas y una vitrina de trofeos donde guardaremos nuestros éxitos. La nueva opción de jugarlas en cooperativo también dará mucho que hablar.
FIFA 13 es la guinda a toda una generación muy afortunada para los juegos de fútbol. Consigue llegar a la excelencia en prácticamente todos sus aspectos: jugabilidad, modos de juego, elementos sociales y experiencia online.
El modo Carrera también ha sufrido cambios, que se agradecen, pero quizás son menos vistosos que todo lo demás. Con todo, lo dejan en una muy buena posición. Entre las novedades hay un sistema de traspasos en el que puedes ceder jugadores u ofrecerlos como parte de un traspaso, o un sistema de ojeadores que te permite crear una cantera en la que moldearás a las perlas del futuro. El rendimiento de cada uno también afecta considerablemente a su valor de mercado, y eso hace que jugar con clubes modestos sea más divertido. Si lo haces bien podrás sacar buena tajada de jugadores en estado de gracia y comprar a aquellos que tengan un talento natural todavía por pulir. Además siempre que juegas un partido en FIFA 13 te dan experiencia que luego puedes cambiar por opciones extra en una especie de catálogo que hay dentro del juego: nuevas celebraciones, la posibilidad de repetir un partido que te ha salido mal...
De forma muy parecida, Ultimate Team no cambia drásticamente pero sí que introduce una aplicación para smartphones, por ejemplo, con la que trastear mientras no estés en casa; también prometen más dinamismo en cuanto a eventos y promociones. Todavía no está activo en la versión que tenemos, así que volveremos a él en cuanto podamos jugarlo en condiciones.
FIFA 13 es la guinda a toda una generación muy afortunada para los juegos de fútbol. Consigue llegar a la excelencia en prácticamente todos sus aspectos: jugabilidad, modos de juego, elementos sociales y experiencia online. Incluso mejora gráficamente, con algo más de fluidez en prácticamente todo. Marca un techo en esta generación, con un estilo pulido y más sólido que nunca. Una sorpresa constante.