Análisis de Granblue Fantasy: Relink - Nos prometieron los cielos y nos han dado esto
Farmea que algo queda.
La esencia de los gachas son sus personajes: resultar atractivos, interesantes, que sientas la necesidad de poseerlos. Aunque históricamente esto se haya conseguido a través de hacer mecánicas cada vez más poderosas y claramente desequilibradas con respecto de lo que había antes, como ha ocurrido en no pocos juegos de cartas y en ciertas etapas de juegos como League of Legends, el videojuego móvil ha encontrado un modo más sutil de conseguir ese mismo efecto. O más sutil para el observador externo, al menos: ha hecho que los personajes resulten más atractivos físicamente. Ha explotado el interés intrínseco en los personajes, llevándolo al extremo y convirtiéndolos a todos en alguna clase de fantasía, sexual, de poder, o de cualquier otra clase. Han reforzado la idea de los personajes como objetos de deseo a poseer.
Aunque es una idea que funciona muy bien en los gachas, se traduce bastante mal a la hora de intentar convertir esta clase de diseño a cualquier otra clase de videojuego, especialmente en aquellos que no sólo giran alrededor de sus personajes. Porque en el momento que quieren adentrarse en géneros que se preocupan de otros elementos, como el JRPG — donde la historia importa, el world building tiene gran importancia, y el paso del tiempo es un elemento clave del mismo —, la ligereza de sus pretensiones choca contra la comparativa densidad propia del género. Granblue Fantasy: Relink intenta navegar para hacer un juego que consiga superar esta barrera, pero sin gran éxito.
Granblue Fantasy: Relink, desde que comenzamos, se siente como un Final Fantasy clásico. Teniendo entre sus filas grandes nombres como Nobuo Uematsu, Tsutomu Narita, o Hideo Minaba, esto no se nos hace extraño. Tiene una evidente dimensión épica, un sentido de la fantasía no estrictamente medieval — algo en lo que rompe con la clásica fantasía occidental, demasiado inspirada por J.R.R. Tolkien —, un pellizco de alta tecnología aquí y allá, además de una sensación general de maravilla al presenciar un universo más grande que nada de lo que vayan a hacer nuestros personajes en él. Toda una declaración de intenciones que nos promete algo similar a lo que siempre han hecho los Final Fantasy, pero que la mayoría asociarán particularmente con lo que hicieron las tres entregas de PlayStation, excepto porque lo que desarrolla GranBlue Fantasy: Relink está más cerca de un gacha, o de un clon de Monster Hunter, que de un Final Fantasy.
Aquí no hay mapa del mundo que explorar. Tampoco numerosos pueblos con tiendas con equipo de creciente calidad y costo. Todo es más práctico y directo: dividido en capítulos, tenemos dos pueblos en el juego, donde podemos conseguir misiones secundarias, y cada capítulo tiene un escenario donde transcurre la totalidad de los eventos del mismo. En estos escenarios hay puntos donde podemos guardar y comprar objetos parar mejorar nuestros personajes y armas, y entre los mismos se suceden los combates, con pequeñas distracciones entre medio para mantenernos siempre enganchados en un flujo constante de puro gameplay.
Porque algo es innegable: en Granblue Fantasy: Relink siempre hay algo que hacer. No importa que estemos en medio de una misión principal, siempre hay objetos que recoger, cofres que abrir, pruebas de velocidad que hacer, y pruebas de derrotar a enemigos en un tiempo límite que acabar. Todo esto es opcional, pero crea una sensación muy clara de lo que quiere el juego de nosotros. Que no nos distraigamos. Que no pensemos. Involucrarnos con el mundo o lo que ocurre en el mismo es menos relevante que lo que nos ofrece el juego: entretenimiento constante. La imposibilidad total de que se cuele nada diferente al placer inmediato a cada instante.
A esto contribuye el combate. Completamente circunscrito al ARPG, todo en el juego está hecho para que sea fácil, inmediato y que no requiera ninguna acción que pueda resultar inconveniente. Las pociones se regeneran cuando descansamos o guardamos la partida, nuestras habilidades se regeneran cuando pasa determinado tiempo, y podemos tener un máximo de cuatro de estas habilidades al mismo tiempo, que se activan con la pulsación del gatillo y un botón. Fácil. Sencillo. Directo.
Eso no significa que el juego no sufra absolutamente ninguna fricción, incluso si las que tiene están rebajadas y diseñadas para serlo del modo menos inconveniente posible. Porque la complejidad del juego reside en el desarrollo de las características y habilidades de los personajes; con tres tableros diferentes por cada uno de ellos, con más de una docena de personajes una vez desbloqueados todos, elegir la ruta óptima puede llegar a ser desafiante. O lo sería de no ser porque el juego tiene claro que su público proviene del gacha y no quiere enfrentarlo ante ninguna clase de inconveniencia. Todo lo que has de hacer es elegir tus cuatro favoritos, centrarte en optimizarlos según su rol y apreciar el valor del farmeo cuando sea insuficiente.
De hecho, ahí reside el auténtico valor de Granblue Fantasy: Relink, en el farmeo, en la repetición de escenarios y combates para conseguir materiales y subir al máximo nuestros personajes favoritos. Esto es especialmente propicio gracias a la inclusión de un cooperativo de hasta cuatro personas que hace que las misiones más complejas se vuelvan razonables, y las más sencillas un paseo, haciendo que este sea un juego muy enfocado en el late game, momento en el que el juego logra brillar con luz propia y logra ser exactamente lo que quiere ser: un RPG de acción no demasiado complejo donde su interés radica en jugar con amigos y maximizar las estadísticas de nuestro personaje favorito.
A esto contribuye una campaña a la que le cuesta mantenerse en pie por sí misma. Dando por hecho que conocemos los acontecimientos ocurridos en la franquicia hasta el momento, si no estamos al día con el gacha, o como mínimo hemos visto el anime y estamos dispuestos a no enterarnos de un buen pedazo de los acontecimientos, el juego comienza in media res. No se molesta en explicar en detalle nunca nada, más allá de algunas pinceladas gruesas que pueden complementarse con la enciclopedia y el diario, pero que tampoco nos hace sentir partícipes de lo que está ocurriendo. Más bien, nos hace sentir como si necesitáramos leer una wiki para ser capaces de entender por qué nos debería importar esta gente y lo que les está ocurriendo.
Incluso conociendo todo lo anterior, no ayuda que la historia del juego sea, siendo muy amables, mediocre. Con enemigos que aparecen de la nada y son idénticos a otros anteriores, amenazas mundiales desconocidas hasta ese mismo instante, y dramas personales nunca explicados o nombrados y nunca desarrollados, la inmediatez de todos los elementos del juego perjudican seriamente la capacidad para disfrutar o empatizar con la historia. O con ninguno de los implicados. Un problema bastante serio con un juego que no logra desarrollar su mundo y cuyo punto de venta acaba siendo, precisamente, el interés en esos mismos personajes.
Esto no será ningún problema para quienes vengan ya enamorados de casa de Granblue Fantasy. Estos usuarios encontrarán aquí lo que ya les ofrecía el juego original, y quienes disfruten del gacha y conozcan sus detalles, tengan un personaje favorito, y lo que busquen es esa acción directa con un envoltorio más bonito, disfrutarán inmensamente de este juego. El resto, depende. Depende de si buscan una alternativa a los Final Fantasy de PSOne o un RPG de acción sencillo, en el cual el grindeo y el endgame es su propósito principal.
Los primeros, se verán decepcionados. Los segundos, seguramente harían mejor buscando alternativas como Monster Hunter Rise, pero quizás encuentren aquí aquello que buscan.