Análisis de House Flipper 2 - Buena secuela, port mejorable
Me flipan las casas.
Si estáis leyendo este texto, anticipo que es porque, de una u otra manera, entráis dentro de este selecto público que disfruta más viendo realities de reformas y casas en venta que prácticamente cualquier otra manera de entretenimiento audiovisual. Lo sé porque reconozco a aquellos que son de mi especie; y precisamente por eso sé que House Flipper 2 puede ser vuestro nuevo juego favorito.
House Flipper 2 es un título sobre reformar casas que están hechas una ruina para tratar de venderlas y obtener más beneficio de lo que hemos invertido; pero al principio del juego y durante la mayoría del modo historia, sobre todo, cogeremos pequeños encargos. Remodelar una habitación, limpiar una casa muy sucia, cambiar unos azulejos a los que les han salido humedades o darle un nuevo aspecto al salón de una casa. Conforme avancemos, iremos desbloqueando nuevas herramientas que nos permitirán remodelar los espacios de formas más específicas, y ganaremos más presupuesto para comprar muebles, pintura, azulejos, ventanas, puertas y todo lo que necesitemos.
O sea: que House Flipper 2 es un juego de trabajar.
Llegados a cierto punto, los “juegos de trabajar”, desde PowerWash Simulator a los simuladores de granja como Stardew Valley o la saga Story of Seasons han ganado gran popularidad, y no se me escapa por qué: eliminando las partes más complejas o más tediosas de las tareas que trasladan al videojuego, nos dejan experimentar únicamente los segmentos verdaderamente estimulantes o relajantes. Con esto quiero decir que tengo claro que reformar una casa es una tarea compleja, extenuante y que requiere un montón de esfuerzo, pero todas las mecánicas de este House Flipper 2 están pensadas para sacar la incomodidad de las acciones y dejarnos con los pequeños momentos de paz: pintando una pared sin salirnos de los bordes ni un momentito y sin mancharnos de pintura, o encargando muebles y haciendo que aparezcan, por arte de magia, en nuestro salón, montados y en perfecto estado.
No obstante, en el House Flipper original, que salió en el año 2018, los momentos divertidos o relajantes del proceso estaban, en muchas ocasiones, apagados por unos controles un poco frustrantes o una manera quizás no del todo fina de aproximarse a la colocación de objetos, al acabado de superficies o a la construcción. No poder terminar un encargo porque nos mostraba la pintura de una habitación como incompleta, pero no nos daba ninguna pista de cuál era el huequito que se nos había quedado sin rellenar, o volvernos locos intentando ordenar una estantería o encontrar un trocito de suciedad oculto tras un mueble era, la verdad, bastante frustrante. En los años que han transcurrido desde el lanzamiento de la primera entrega, los desarrolladores han tomado buena nota de estos detalles, que la comunidad de jugadores ha señalado en gran cantidad de ocasiones.
Por eso, las mejoras más notables de la secuela son añadidos de calidad de vida que, si bien todavía dejan margen para evolucionar un poquito más, facilitan bastante las tareas. Por ejemplo, ahora tenemos una especie de “visión detective” - sí, en serio - que nos permite, al pulsar un botón, ver los elementos restantes con los que tenemos que interactuar para acabar una tarea. Por ejemplo, si hay un trozo de suciedad que no hemos limpiado o un objeto que deberíamos haber vendido pero no hemos quitado todavía de en medio, lo resaltará en color naranja. Las opciones para clonar estilos de muebles y “pegarlos” en otros objetos, uniformizando el aspecto de las habitaciones, o para copiar y mover elementos también son muy agradecidas y contribuyen mucho a que el juego sea más dinámico. Además, el modo de montaje de muebles - que también podía llegar a ser una de las cosas más frustrantes del original - es ahora casi igualmente frustrante, pero al menos es opcional.
House Flipper 2 sigue siendo un poco aparatoso en algunos aspectos, pero en general es una mejora sustancial respecto al original en prácticamente todo. El aspecto visual también ha cambiado bastante. El juego original, en su sencillez, tenía una dirección de arte bastante genérica. No es que esta segunda entrega sea un juego puntero, pero sí se esfuerza bastante en presentar variedad de muebles y objetos con diseños contemporáneos y reconocibles.
Uno de los mejores elementos que se ha añadido, y lo probablemente será la mejor parte para los fans del original, es el modo sandbox, que nos permite saltarnos el trámite de las misiones iniciales del modo historia y pasar directamente a construir nuestras propias casas y niveles desde cero, simplemente porque nos apetezca o para compartirlas a través de la plataforma de mods del juego. No me he atrevido a sumergirme en él tantísimo como querría, pero está claro que, simplemente con este modo, House Flipper 2 tiene contenido más que suficiente para convertirse en nuestro juego de cabecera para cuando no sepamos qué jugar o simplemente queramos tener un rato tranquilo, escuchando música o un podcast mientras escogemos baldosas.
A pesar de que no es un juego perfecto, House Flipper 2 cumple su cometido de manera más que notable: ser un simulador de construcción y reforma un poco raro, un poco relajante, en el que podemos expresarnos tranquilamente y crear casas preciosas, horrendas o un poco de ambas. Si no estáis viendo un sello de “Recomendado” encabezando esta página es porque las versiones de consolas, que son el lanzamiento más reciente del estudio y la versión que acabamos de probar, no son particularmente pujantes. Adaptar unos controles tan específicos al mando no era fácil, pero la versión de PlayStation y Xbox de House Flipper 2 fallan en elementos tan básicos como el no asignar botones a la navegación de los menús de muebles, colores de pared y decoraciones básicos para la casa, haciendo francamente difícil y tedioso manejarlos. Apuntar dentro del juego tampoco es particularmente sencillo. Las tareas menos precisas, como la recogida de basura o la limpieza, exigen menos precisión y pueden resolverse tranquilamente, pero colocar objetos pequeños o tratar de acercar los muebles a las paredes es, en ocasiones, extremadamente complicado. El juego nos ofrece dos modalidades de colocación, una libre y una ajustada a una cuadrícula, pero ninguna de las dos resuelve el problema particularmente bien.
Esto, unido a unos cuantos bugs presentes en el juego que han hecho que la aplicación se reinicie - al menos en la versión de PlayStation 5 - hacen que la experiencia en consola sea, de manera bastante evidente, inferior a la versión de PC. Hay que sumarle un punto positivo al hecho de que el juego cuenta con soporte para mods incluso en la versión de consola, pero su uso es un tanto más aparatoso, también, que el de la Steam Workshop en la versión para ordenadores. Aun con todo, la experiencia de House Flipper 2 en consolas no es del todo desastrosa, y puede ser disfrutable si le dedicáis el tiempo a dominar mejor sus herramientas de movimiento; pero esta torpeza hace palidecer lo que es, por lo demás, una gran secuela del título anterior, que conoce a su público y busca mejorar su experiencia en todos los sentidos.