Análisis de Inazuma Eleven Strikers
Estrellado contra el poste.
Cualquier aficionado a los RPG conoce los Inazuma Eleven de Nintendo DS. Su original mezcla de rol y fútbol ha conseguido cautivar tanto a jugadores como a crítica, alcanzando un gran éxito en todo el mundo. Pero este Inazuma Eleven Strikers de Wii (uno de los últimos juegos que saldrán para la sobremesa de Nintendo) es algo totalmente diferente a los anteriores. En esta ocasión estamos ante un auténtico arcade de fútbol en el que únicamente disputamos encuentros contra otros equipos. Sin historia, sin exploración y sin diálogos. En su lugar podemos jugar amistosos, torneos, mini-juegos y crear nuestro propio club, siendo este último el modo más interesante y cercano a lo que sería una historia o carrera. Es cuestión de cambiar de chip y mentalizarnos de que estamos ante una especie de Mario Strikers, solo que… no tan bueno.
Lo mejor de Inazuma Eleven Strikers es que ahora los encuentros son más fieles que nunca al anime. Los que ya somos mayorcitos y rondamos la treintena hubiéramos dado cualquier cosa por poder disfrutar de un videojuego de Oliver y Benji que recrease de forma fidedigna la serie. Y es que cuando empecé a jugar a Inazuma Eleven Strikers lo primero que sentí fue una envidia enorme hacia los chavales de ocho o nueve años que, siendo acérrimos seguidores del anime, tienen la posibilidad de coger el mando, convertirse en sus personajes favoritos y ejecutar tiros espectaculares, paradas imposibles e incluso unir las fuerzas de todo el equipo para derrotar a rivales que en un principio parecían invencibles. En este aspecto estamos ante un juego épico, algo que solo se siente si uno ha sido un gran fan de Oliver y Benji durante la infancia.
Esta vez tenemos control total sobre los jugadores (al contrario que en los títulos de DS) y podemos pasar, chutar, cortar, segar o ejecutar las famosas super-técnicas, que ahora son más protagonistas que nunca - de hecho, son tan cruciales que no se pueden ganar partidos sin ellas. Lamentablemente no sirve de nada chutar de forma normal, ya que el portero rival lo parará todo, así que estamos obligados a utilizar un tiro especial, algo que contribuye a que los partidos acaben siendo monótonos.
El componente de rol entra en juego en el momento en que nuestra super-técnica se encuentra con la del adversario: los puntos técnicos, las estadísticas de los personajes y la afinidad elemental es lo que determina si nuestro tiro superará la parada del cancerbero rival o el bloqueo que realicemos como defensa impedirá el regate del delantero del otro equipo. Aunque no deja de ser entretenido y bastante espectacular, es una mecánica demasiado simple y repetitiva, y acaba cansando a las pocas horas si jugamos en solitario.
El multi consigue alargar la vida del juego y hacerlo más divertido, pero Level-5 merece un fuerte tirón de orejas por no incluir el juego en línea, algo incomprensible en un título de este tipo y con los tiempos que corren.
Los modos de juego son escasos y poco profundos. Quizá se salva el modo Club, en el que podemos crear nuestro propio equipo, fichar jugadores (hasta 150 disponibles), jugar amistosos, comprar objetos y hacer frente a desafíos. Como hemos comentado al principio, es lo que más se acerca a un modo historia o carrera, pero está lejos de satisfacer al jugador medio.
El título es tan fiel a la serie que debería ser imprescindible para todos los chavales (o no tan chavales) fans del anime, con un doblaje perfecto y unos gráficos cell-shaded que están bastante bien dentro de las posibilidades de Wii, pero peca de una jugabilidad demasiado simple y repetitiva para quien busca un juego de fútbol arcade. Si hubiera tenido más modos u online la cosa hubiera sido distinta, pero nos tememos que Level-5 tenía como único objetivo satisfacer sin mucho esfuerzo al joven público sigue las aventuras de Mark y sus amigos en su televisor.
Inazuma Eleven Strikers nos dará unas cuantas horas de diversión, bastantes más si jugamos con amigos, e incluso nos proporcionará momentos épicos, pero dura lo que dura y no tardaremos en quitar el disco o guardarlo para ocasiones especiales, de esas que nos juntamos con tres o cuatro amigos para echar unos vicios. En definitiva, Inazuma Eleven Strikers es un arcade que entusiasmará a los fieles seguidores de la serie, pero que acabará aburriendo rápidamente al resto de jugadores.