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Análisis de Jet Set Radio HD

Block Rockin' Beats.

Parece mentira que entre la salida de Dreamcast y su cese de fabricación apenas pasasen dos años. Uno se pone a ver la lista de juegos, y las cuentas no salen. Tal concentración de creatividad en tan poco tiempo, tantos pasos adelante en géneros tan dispares y tantos títulos carismáticos en tan poco tiempo, para acabar de esa manera. Dreamcast vio nacer algunos de los primeros títulos que decidieron saltarse aquella máxima de la industria de que había que aprovechar el 3D para buscar el realismo y optaron por inventar nuevos estilos, desde ese REZ que parece salido de un pantallazo de AutoCAD al después continuamente copiado cel-shading de Jet Set Radio.

Jet Set Radio fue rompedor en su estilo y su propuesta: unos skaters inline que se enfrentaban al régimen establecido a base de pintar graffitis en unos escenarios que gracias al mencionado cel-shading parecían un anime jugable, con una paleta de colores más amplia que la de toda la actual generación al completo, y todo ello aderezado por una banda sonora que abarcaba desde el funk o el trip hop hasta el metal. Doce años después, SEGA se ha decidido a hacerle el tributo que se merecía con una remasterización HD que incluye todo el contenido de la edición más completa, De La Jet Set Radio, que solo vio la luz en Japón.

El trabajo visual es impecable. Como ya demostró la colección de Sly Cooper, el cel-shading es muy agradecido a la hora de cambiar de SD a HD, y se ha pasado de 4:3 a 16:9 sin afectar a la proporción, simplemente abriendo la cámara. Técnicamente solo tiene una pega: en general el framerate es estable y muy fluido, pero en los dos escenarios de Grind City del capítulo 2 se producen bajadas importantes cuando hay mucha acción en pantalla.

"Dreamcast vio nacer algunos de los primeros títulos que decidieron saltarse aquella máxima de la industria de que había que aprovechar el 3D para buscar el realismo y optaron por inventar nuevos estilos. Jet Set Radio fue uno de sus máximos exponentes"

Dreamcast vio nacer algunos de los primeros títulos que decidieron saltarse aquella máxima de la industria de que había que aprovechar el 3D para buscar el realismo y optaron por inventar nuevos estilos

A la hora de ponernos al mando nos encontramos con que el control no ha envejecido demasiado bien en algunos aspectos: el stick sigue siendo algo proclive a hacernos girar más de lo debido, algo que nos deja vendidos en los saltos más precisos, aunque se ha compensado un poco al habilitar el segundo stick para girar la cámara. Es difícil de explicar que teniendo cuatro gatillos en los mandos actuales no hayan dado la opción de que el centrado de cámara y pintar graffitis se puedan mapear en diferentes botones.

Incluso con estos problemas, pasearnos por las calles de Tokyo-To sigue siendo tan divertido como antaño. Cada uno de los escenarios es un prodigio de diseño repleto de raíles donde grindar, huecos aparantemente inaccesibles donde pintar y lugares secretos donde conseguir nuevos diseños de graffiti o simplemente escapar de la policía. Benten y su noche eterna, Kogane y sus canales y la colorida Shibuya son lugares que apetece visitar una y otra vez.

A algunas personas se les parece haber olvidado que ya en su día JSR era un juego difícil, que requería mucha concentración y conocernos al dedillo los escenarios si queríamos conseguir las mejores puntuaciones o simplemente sobrevivir a los refuerzos que Golden Rhino lanzaba sobre nosotros para quitarnos del mapa. Un plataformas excepcional que premia al jugador que sabe manejar las velocidades y el espacio en su propio beneficio.

Un reto enormemente satisfactorio una vez lo completábamos, eso sí, y que recompensaba al jugador capaz de trazar la ruta más eficiente en función de la dificultad de ejecución de los graffitis y elegir hábilmente al personaje más adecuado. No es lo mismo jugar con un personaje equilibrado como Beat que optar por un personaje con las estadísticas inclinadas hacia el graffiti como Piranha, que te obliga a buscar botes más a menudo pero te suma más puntuación, que alguien como Garam que es bueno en las misiones de persecución pero necesita hacer muchos trucos en el aire para compensar sus malas pintadas.

Por otro lado, se me ocurren pocas banda sonoras con tanta fuerza y carácter como la de Jet Set Radio. Hideki Naganuma realizó un trabajo antológico con melodías pegadizas que además le imprimían un carácter especial a cada ciudad, como Let Mom Sleep, Rock it On o Humming the Baseline, acompañado de composiciones de Deavid Soul como Miller Ball Breakers o Up-Set Attack. Las canciones licenciadas tampoco se quedaban atrás, especialmente los temas de Guitar Vader en los niveles de Japón o Rob Zombie y Jurassic 5 en EEUU. La única ausencia destacable es la de Yappie Feet, aunque a cambio recibimos todas las canciones que no llegaron a Europa.

El mayor detalle a los fans es la inclusión de un pequeño documental (podéis verlo aquí) de algo menos de un cuarto de hora sobre el nacimiento del juego. Incluye algunas entrevistas interesantes, pero dejan con ganas de mucho más. También podemos desbloquear algunos temas de la banda sonora de Jet Set Radio Future de Xbox (Concept of Love está, no os preocupéis), aunque se agradecería una galería de artworks o algún extra similar que hubiese terminado de convertir a JSR HD en toda una edición especial del juego.

Jet Set Radio HD es, a pesar de ciertas pegas, la mejor manera de introducirse en el clásico de SEGA para los no tuvieron una Dreamcast y un homenaje excepcional para los fans. Un título que a pesar de los años sigue impactando tanto visual como sonoramente, fruto de una SEGA que apostó por propuestas diferentes y arriesgadas y consiguió títulos atemporales que permanecen en el imaginario de los videojuegos.

9 / 10

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