Análisis de Mark of the Ninja
Bailar en la oscuridad.
Hay muchos juegos que supuestamente son de ninjas, pero que en realidad de ninja tienen poco. Ninja Gaiden, Ninja Blade, Shinobi, son buenos ejemplos de cómo suele trasladarse esta mítica figura al contexto de un videojuego, más como arcades de acción - Rambos a la japonesa - que como algo que de verdad encaje con la forma de actuar sigilosa pero mortalmente letal de estos mercenarios japoneses que tanta fascinación generan. Hasta ahora, pocos juegos habían logrado capturar la esencia y el estilo de combatir de estos guerreros - la saga Tenchu es una de las pocas excepciones - pero parece ser que Mark of the Ninja ha llegado para cambiar las cosas. Y es que este nuevo juego Klei Entertainment es un auténtico manual de cómo deberían ser todos los juegos de ninjas.
Lo primero que deberemos hacer es acostumbrarnos a la oscuridad, y es que Mark of the Ninja es ante todo un juego oscuro. Al principio sorprende, porque realmente no se ve un carajo - y es posible que penséis que se han pasado un poco - pero al rato os daréis cuenta de que empezáis a ver mejor el entorno y os estáis moviendo con bastante agilidad por el escenario - y no es precisamente porque alguien haya decidido encender la luz. Es algo parecido a moverse a tientas dentro la oscuridad de un entorno que no conocemos. En este sentido, la capacidad de nuestro ninja de poder trepar por casi cualquier superficie como si fuera Spider-Man le confiere al juego una importante dimensión que casi podríamos definir como táctil.
A esta lograda sensación que nos transmite la necesidad de palpar constantemente nuestro entorno se suma un muy logrado - y hasta me atrevería a decir revolucionario - sistema de iluminación. Partiendo de una mecánica de líneas de visión al estilo Metal Gear Solid, de forma muy directa y sobre todo visual, Mark of the Ninja se las arregla para que combinando diferentes niveles de penumbra y de enfoques veamos en todo momento cual es la visión de nuestro personaje y al mismo tiempo podamos intuir hasta donde ven los guardias que deambulan por los escenarios. No hay que descuidar tampoco el ruido que hagamos o incluso nuestro propio olor, dos componentes más que se materializan de forma visual sobre la pantalla, dándonos en todo momento información sobre nuestro entorno.
"Este nuevo juego Klei Entertainment es un auténtico manual de cómo deberían ser todos los juegos de ninjas"
Es sorprendente cómo viniendo de dos juegos de acción loca tan visceralmente aparatosos como Shank y Shank 2, este estudio canadiense ha logrado crear un juego con un gameplay tan cargado de sutilezas, un título que apela al uso de los sentidos desde el punto de vista más puro y a la concentración como nuestra principal arma. Es, como decíamos, un juego que es una auténtica representación de la esencia ninja.
A través de una docena de niveles que os darán para cerca de 5 horas de juego (y con un nuevo modo de dificultad desbloqueable tras superarlo por primera vez) la tónica siempre será ir de un punto a otro del mapa evitando ser descubiertos. A su vez, a medida que se desarrolla su historia también iremos aprendiendo nuevas habilidades y obteniendo nuevas armas; todo ello dentro de una progresión en la que seremos testigos de nuestra propia evolución como jugador, hasta el punto de interiorizar sus controles de manera que vernos jugar será puro espectáculo. Todas nuestras habilidades y el propio entorno encajan como un gran puzzle, y de hecho, podríamos decir que Mark of the Ninja tiene tanto de juego de acción como de juego de puzzle. Un gran puzzle que, por cierto, es bastante rejugable si lo que queremos es picarnos con nosotros mismo y conseguir mayor puntuación.
Lástima, eso sí, que lo que podría ser un mecanismo perfecto se queda ligeramente empañado por pequeñas cuestiones de diseño. Así, desde un punto de vista personal, la más flagrante de ellas es una habilidad que obtenemos una vez superada la mitad del juego y que nos permite ver todo el contorno del escenario, las trampas y los enemgios como si tuviéramos una especie de filtro de rayos-X al estilo Predator. Puede parecer una tontería, pero este poder se carga en gran parte toda esa dimensión táctil de la que hablábamos hace un momento. Lo mismo ocurre con un diseño de situaciones que peca de ser un pelín repetitivo - aunque lo podemos entender si nos tomamos el diseño de niveles como un marco desde el que explorar las posibilidades del gameplay - o, finalmente, una IA enemiga que podría ser menos previsible.
De todas maneras, estos pequeños errores no son prácticamente nada si tenemos en cuenta lo sólida que es la propuesta de este Mark of the Ninja. Realmente nos encontramos ante un juego redondo y un claro candidato a competir entre los mejores del año en Xbox Live Arcade (y pronto también en PC). Klei Entertainment ha creado su mejor juego hasta la fecha y de paso ha dado una lección a todos sobre lo que deberían ser los juegos de ninjas.