Análisis de Middle Manager of Justice
¡No es un pájaro! ¡No es un avión! ¡Es el SuperGestor!
¿Qué sería de los X-Men sin los consejos, la guía y las enseñanzas del profesor Xavier? Seguramente habrían sucumbido muchas más veces ante Magneto y sus esbirros - es más, quién sabe si todavía existiría esta mítica saga de Marvel. El caso es que, como diría cualquier autor de libros de auto-ayuda, no deberíamos menospreciar el poder de la mente, y si no que se lo digan a Charles Francis Xavier, probablemente el más temible de los integrantes de la Patrulla-X, un hombre cuyos prodigiosos poderes mentales están muy por encima de sus debilidades. Sin sus decisiones, Lobezno, Cíclope, Tormenta y compañía se quedarían en la Mansión X sin saber que hacer. Sin embargo, qué pocas veces hemos tenido la oportunidad de ponernos en la piel del carismático estratega creado por Stan Lee y Jack Kirby, y en cambio cuántas nos hemos acabado aburriendo de dar mamporros sin sentido con el resto de la tropa...
Afortunadamente, esto se ha acabado porque el nuevo juego de Double Fine - el primero que el estudio de Tim Schafer crea específicamente para dispositivos móviles - nos propone precisamente eso: convertirnos en el gestor de una agencia de superhéroes. Así surge Middle Manager of Justice, una maravillosa vuelta de tuerca sobre el tema de los superhéroes que convierte la acción habitual de este tipo de juegos en algo más parecido a un título de gestión y estrategia, un género que se adapta mejor al tipo de dispositivo para el que ha sido creado y que también lo convierte en un juego mucho más interesante. La idea podría recordarnos un poco a Evil Genius de Elixir Studios, pero evidentemente en este caso controlamos a “los buenos” y la mecánica de estrategia en general está más cercana a la de títulos como XCOM o los pequeños simuladores de Kairo Soft, es decir, tenemos una base desde la que podemos entrenar a nuestros héroes y una serie de misiones que ir cumpliendo.
"Qué pocas veces hemos tenido la oportunidad de ponernos en la piel del Profesor Xavier, y en cambio cuántas nos hemos acabado aburriendo de dar mamporros sin sentido con el resto de la Patrulla-X... ¡Esto se ha acabado!
Sin necesidad de enfundarnos un traje de licra ni de salir volando por la ventana, nada más empezar debemos elegir a nuestro primer superhéroe de entre los que nos propone el juego. Siempre con el toque de humor marca de la casa y un estilo visual cartoon que podría recordarnos a “Los Increíbles” de Pixar el juego nos va guiando en las que serán nuestras primeras tareas, que van desde entrenar a nuestro héroe para mejorar sus atributos hasta la menos glamurosa actividad de oficina para aumentar los ingresos de nuestra agencia de la justicia. Poco tardaremos también en afrontar nuestra primera misión y en darnos cuenta de que estamos ante un pequeño gran homenaje al mundo de los superheróes. ¿Por qué lo digo? Pues porque seguramente deberemos impedir que unos ladrones roben el banco de la ciudad, detener un autobús escolar sin frenos, salvar a una persona de un incendio, o acabar con los planes de dominación mundial de un malvado supervillano MUAH-MUAH-MUAH... Todas ellas situaciones clásicas que se resuelven en simpáticos combates automáticos a los que asistimos como espectador pero sobre los que podremos decidir cuando activar los ataques especiales de nuestros personajes y ayudarlos con una serie de potenciadores y objetos que podremos adquirir mediante el dinero que nos darán los distintos distritos de la ciudad - y que variará dependiendo del nivel de satisfacción que tengan con nuestros servicios.
Estas son las líneas básicas de un juego que, como todos los títulos de este estilo, va creciendo a medida que vamos avanzando. Al poco de partida veremos cómo se va ampliando nuestra plantilla de superhéroes y cada vez deberemos preocuparnos más de gestionar mejor nuestras acciones para poder atender todas las peticiones de auxilio de la ciudad antes de que expiren. Cuestiones como la moral de nuestros empleados enmascarados, su nivel de cansancio, su propio progreso a base de acumular experiencia y subir niveles o incluso la aerodinámica de su traje, nos preocuparán tanto como mantener al día nuestras instalaciones, comprar mejor equipamiento para el gimnasio, mejores camas para descansar, e incluso proporcionarles una área de recreo para que se olviden del estrés superheroico.
Sin ser el juego más profundo de su especie la cantidad de opciones disponibles consigue darle esa profundidad necesaria para generarnos continuamente esa necesidad de seguir jugando y notar cómo va mejorando nuestra eficiencia. Asimismo, superada la primera mitad del juego el número de opciones disponibles para ampliar nuestras instalaciones se multiplica por dos y se introducen elementos como la posibilidad de crear objetos o un laboratorio. No cabe duda de que la parte de gestión es mucho mejor que los combates, los cuales además de ser muy repetitivos no son tan emocionantes como deberían. Es quizás el principal lastre de este título, el hecho de que no tarde demasiado en hacerse un poco repetitivo, algo que unido a una dificultad no demasiado elevada empaña un poco todo el resto.
Como juego free-to-play es interesante que las micro-transacciones no arruinen la experiencia, algo que afortunadamente no pasa con este Middle Manager of Justice. De la misma manera el juego se sostiene por si solo sin apoquinar ni un céntimo, cosa que también es imprescindible. Teniendo todo esto en cuenta, el resultado de este curioso experimento surgido de las imaginativas sesiones de brainstorming en Double Fine es un simulador de gestión y estrategia absolutamente recomendable que destaca sobre todo por estar rodeado del encanto de un planteamiento totalmente genial como el de ser no un superhéroe, sino un supergestor.