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Análisis de Monument Valley

Stairway to Heaven.

No conocía a la gente de Ustwo, y en parte esto es algo normal porque no son el típico estudio de videojuegos. Se trata de una compañía ubicada en Londres y que está especializada en el desarrollo de apps para móviles, y entre ellas también tienen algunos juegos. No es una empresa pequeña, según su web dan trabajo a casi doscientas personas y parece que las aplicaciones con una fuerte carga visual y estética son su especialidad; por ejemplo la que han desarrollado para la cadena de tiendas Tesco o para los teléfonos Xperia de Sony. Nada más entrar en su web puede leerse un grandilocuente lema: "Dreamers and Doers". Me recuerda a aquel "The true enterpreneur is a doer, no a dreamer" que decía el gran Nolan Bushnell.

Con estas credenciales lo que uno se esperaría de una compañía como esta sería un breeding game de esos de criar/crear criaturas/edificios con incontables marcadores de tiempo, sugerentes micropagos everywhere y tira que te va. Pero Monument Valley es algo muy distinto.

Monument Valley es una pequeña y compacta obra de arte digital que se presenta como un misterioso cuento pero que se explica a base de sencillos rompecabezas donde se juega con la perspectiva. El juego no se puede concebir sin la existencia previa de dos títulos como EchoChrome y FEZ. En Wired, mencionan también la influencia de títulos como Mirror's Edge por el uso que hace de los colores para resaltar zonas, pero la sombra de los juegos de Sony Computer Entertainment y de Polytron Corporation están demasiado presentes.

En el papel de una niña llamada Ida el jugador ha de superar un total de diez capítulos que lo sumergen en unos laberintos de perspectiva imposible que recuerdan irremediablemente a los dibujos de Escher y, más en el ámbito del ocio electrónico, la técnica Filmation de gráficos isométricos en "3D" que seguro recordarán los más viejos del lugar.

Los puzzles son sencillos pero están bien diseñados. Se resuelven casi enteramente mediante manivelas que hacen girar algunos elementos del escenario y que responden de forma precisa y (¿elegante?) a los controles táctiles del iPad. En cada nuevo capítulo se presenta una nueva dimensión de esta misma mecánica y poco a poco el título va ganando en complejidad, aunque sin llegar a suponer nunca un reto demasiado complicado. La dificultad está al alcance de todo tipo jugadores -entre ellos los más pequeños, a los que también puede seducirles el misterio y el encanto de Monument Valley. Mención aparte merece el maravilloso homenaje al tan famoso cubo de compañía de Portal -al menos yo lo veo así- que aquí toma la forma de un "personaje" cuya breve aparición seguro que emocionará a grandes y pequeños.

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Además del puro goce visual que desprende un apartado visual excelente, el conjunto gráfico y sonoro del título dirigido por el hasta ahora desconocido Ken Wong es estimulante en el sentido de que genera esta curiosidad atávico-digital por saber cómo será la siguiente pantalla. Todo ello a lo largo de las dos horas que puede llevar a uno superar todos los niveles -que es lo que he tardado yo.

La historia enigmática de Monument Valley quizá puede tener algún significado para aquellos que sean capaces de encontrarlo. Uno prefiere verla como la excusa para darnos la oportunidad de escapar durante un rato a este bello y misterioso mundo de escaleras y puertas hacia lo desconocido creado por una compañía de la que no dejaré de seguir su trabajo. Como The Room, el juego de Ustwo es otro perfecto ejemplo de cómo debe adaptarse un género como el de los rompecabezas a los dispositivos móviles. Monument Valley es una pequeña experiencia con principio y final que un día jugamos y de la que guardaremos un buen recuerdo.

9 / 10

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