Análisis de Natural Selection 2
Evolución convergente.
Os propongo un experimento. Por un lado, coged cualquier FPS de ambientación futurista/espacial de los que, por cierto, no hay pocos. Por otro, coged un RTS, principalmente Starcraft por el mero hecho de estar uno de sus equipos basado en alienígenas con protuberancias afiladas hasta en lugares donde no esperaríais y la constante ambientación de mucosidad extendida por todo a lo que llegan a extenderse. Mientras que estos dos tipos de juegos ya están muy vistos - o más bien, ya están inventados - la cosa cambia radicalmente si decimos de juntarlos en una sola obra. Esto mismo fue lo que hizo Charlie 'Flayra' Cleveland ya hace 10 años con el primer Natural Selection. Es una fórmula que fácilmente puede generar esperanza y, por el simple hecho de realizarla con rigurosidad y sentido común ya merece un reconocimiento.
Esa misma fórmula nos ofrece un conflicto entre los ya clásicos marines espaciales contra los alienígenas Kharaa, muy del estilo de las películas de Alien o citados los Zerg de Starcraft. Un conflicto que se extiende por escenarios cerrados como los restos de una nave espacial, una refinería llena de material peligroso o unas profundas minas abandonadas. La esencia de esta fórmula consiste en que uno de los jugadores gestiona su bando desde el punto de vista de un RTS, mientras que sus compañeros salen al campo de batalla a repartir estopa en primera persona. Aquí terminan las similitudes entre los dos bandos, unos bandos muy asimétricos y bastante bien equilibrados, aunque desde luego no de forma perfecta.
Los marines tienen el enfoque más clásico; el comandante decide qué estructuras y qué mejoras se desarrollan, mientras los soldados son versátiles en que deciden si quedarse a construir y mantener esas estructuras o dedicarse a disparar con sus armas de fuego. Los alienígenas, por su parte, basan cada una de sus distintas unidades a una tarea específica, pero sobre todo están centradas en tácticas de guerrilla usando, principalmente, el camuflaje que necesitan desarrollar previamente.
Hablamos de bandos asimétricos porque cualquier relación que intentamos hacer entre elementos específicos entre el uno y el otro se ven dinamitadas por claras diferencias hechas a propósito. Varios ejemplos: los marines usan armas de fuego y los alienígenas dominan en el contacto físico directo; las diferentes armas se adquieren accediendo a la armería mientras que a las distintas unidades alienígenas se acceden y se personalizan sus rasgos tras esperar un tiempo de evolución; los nuevos centros de comandancia se pueden ubicar tan solo tras construir la fuente de energía próxima a ellos, mientras que para las nuevas colmenas hay que ir construyendo cadenas de quistes para extender infección; las tecnologías bélicas finales se basan en hacer daño masivo de lejos, mientras que las formas biológicas más poderosas se basan en alto índice de blindaje o el uso de ataques furtivos, etcétera, etcétera.
Podríamos seguir con cada posible relación imaginable y no acabaríamos nunca. Como he dejado intuir previamente, el equilibrio no es absolutamente perfecto ya que, por ejemplo, el comandante marine tiene muchísimo más trabajo que el alienígena, o el Onos, la forma más grande de los aliens, es notablemente superior al exoesqueleto, que requiere más escolta. Las partidas convergen rápidamente en marines corriendo a parar la expansión de infección suficientemente temprano para evitar que los alienígenas dispongan de muchas mejoras demasiado pronto. Por fortuna, el juego es fácilmente modificable y los ajustes por parcheado están a lo orden del día, algo que quizás no sea demasiado serio en otras superproducciones millonarias pero que, por lo menos, es efectivo.
"Natural Selection 2 está 100% orientado al multijugador, cosa que hace muy difícil su aprendizaje, que no es sencillo ni trivial".
Todo el planteamiento es prometedor, pero hay algo que puede mermar la experiencia, y es la misma complejidad de este planteamiento. Natural Selection 2 está 100% orientado al multijugador, cosa que hace muy difícil su aprendizaje, que no es sencillo ni trivial. Los únicos modos de aprender por cuenta propia los tenemos con el modo exploración, o bien como espectadores. El primero, y como se deduce de su nombre, sirve para explorar los mapas sin ningún tipo de compañía y experimentar con las distintas armas, formas, y opciones más básicas de gestión. Con el segundo, podemos observar qué hacen los distintos jugadores de una partida ya montada. Pero en ninguno de estos casos se nos ayuda a ponernos en situación real ni a practicar tiro al blanco; para ello hay que aventurarse en partidas reales y dejar el sentido del ridículo a un lado.
Otro punto muy importante a tener en cuenta es que toda esta complejidad implica que la organización es fundamental para conseguir la victoria. Toda la experiencia multijugador que podamos tener de un FPS como Call of Duty no garantiza un buen resultado, y lo mismo puede decirse del dominio que se tenga con los botones de acceso rápido jugando a Starcraft, pues se trata de un híbrido en el que no se consigue la victoria sin el otro complemento.
Evidentemente, con disponer de un clan propio - o a lo mínimo un grupo de cinco colegas más- se podría ir aprendiendo coordinación de grupo a base de derrotas, pero no es algo que todo el mundo tiene la suerte de tener o encontrar. En ese caso, habrá que poner en marcha nuestra sociabilidad y dominio de idiomas, pues el juego está universalmente en inglés y los servidores disponibles están esparcidos por toda Europa occidental.
El motor gráfico Spark, de creación propia y como sustituto del suministrado por Valve en el pasado, es suficiente para el tipo de partidas multijugador del título, aunque el frenético nivel de movimientos al que se llega aumenta aún más la diferencia entre jugadores noveles y veteranos. El motor en sí también da facilidad a la creación de mapas nuevos por parte de la comunidad de usuarios.
Natural Selection 2 es una experiencia que para muchos será nueva, una que requiere fe en el juego y en uno mismo, y a la que si se le da la oportunidad puede resultar en un entretenimiento muy satisfactorio - o muy frustrante a veces. En todo caso, aunque tener pericia en juegos FPS y/o RTS no asegura la victoria, los experimentados con estos géneros tendrían que darle una oportunidad, pues la ocasión de complementar esa experiencia con la aleatoriedad que da el organizarse con seres humanos reales no es algo que se presente cada día.