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Análisis de NBA 2K14

Dormir es de cobardes.

Para los que pertenecemos a la Generación Plus, los que nos quedábamos hasta las 2 o 3 de la madrugada para ver un Pacers - Hornets intrascendente solo por vivir la magia del baloncesto de la mano del añorado Andrés Montes y el gran Antoni Daimiel -quien, dicho sea de paso, repite en los comentarios de esta entrega junto a Sixto Miguel Serrano y Jorge Quiroga- la compra de NBA 2K se nos antoja indiscutible. Lógico, sobre todo si tenemos en cuenta que el equipo de Visual Concepts lleva años facturando un juego que raya la matrícula de honor, ajeno totalmente al hecho de no tener competencia.

En NBA 2K14 se repite la misma historia. Puede que para el ojo más inexperto no existan cambios que justifiquen una nueva entrega, y es posible que en los últimos años, a falta de ver cómo responde la franquicia al regreso de NBA Live, el ritmo de novedades se haya relajado un poco. Reconozco, incluso, que durante mi primer partido no noté nada raro o diferente: los jugadores respondían a mis órdenes como siempre lo habían hecho, encestando, pasando, haciendo alguna que otra puerta atrás o destrozando el aro a dos manos, algo que sigue siendo tan espectacular como increíblemente satisfactorio. Pero una vez experimentas un poco con el control y comienzas a fijarte en los pequeños detalles, la cosa cambia.

En primer lugar, las nuevas animaciones introducidas consiguen que por fin los jugadores se muevan con tanta plasticidad como realismo. Un base no se mueve igual que un pívot, y eso es algo que la gente de 2K ha querido enfatizar, otorgándole una sensación de mayor agilidad y destreza con el balón en las manos a los jugadores exteriores y contundencia y seguridad a la hora de plantar los pies a aquellos más cercanos al aro. También la forma de defender ha sufrido cambios. Para empezar, se acabó el entrar en zona con facilidad, dar pases fáciles a la bombilla y entrar hasta la cocina con tu jugador franquicia. Ahora los jugadores rivales se imponen frecuentemente, obligándote a fijarte en si tienes ganada la posición y a pensar en tu próximo movimiento, moviendo el balón por fuera o haciendo que tus compañeros vayan al bloqueo o corten para recibir en una buena posición de tiro.

"Las nuevas animaciones introducidas consiguen que por fin los jugadores se muevan con tanta plasticidad como realismo; un base no se mueve igual que un pívot, y eso es algo que la gente de 2K ha querido enfatizar."

En segundo lugar, tanto la actualización diaria de estadísticas reales como la importancia de saber leer el juego hacen que aquellos que vivimos la NBA con pasión año tras año estemos de enhorabuena otra vez más. Quedando claro que el juego tiene su propio ritmo y su propia manera de jugarse, resulta obvio que aquellos cuyos conocimientos baloncestísticos no vayan más allá de pase y tiro están en clara desventaja ante aquellos más acostumbrados a tirar de pick & roll o saber hacer una continuación tras un bloqueo. Aquí jugar a lo loco puede servir una o dos veces, pero no esperes que a la tercera tu penetración no termine con otra cosa que con un buen pincho de merluza y una canasta al contraataque.

Si todo esto que estoy diciendo os suena a chino es posible, de hecho, que NBA 2K14 os dé cierto respeto. No es un juego de fácil acceso, y sus múltiples capas de profundidad están pensadas para que los fanáticos del baloncesto, tanto los de pizarra como los de showtime, vayamos mejorando nuestro juego y empleando las muchísimas opciones que se nos presentan. Por suerte, la introducción de un nuevo sistema de control más casual ayudará tanto al que ocasionalmente ve algún partido de la NBA como al jugador curtido que quiere mayor rapidez a la hora de ejecutar. Muy similar al sistema de control de FIFA, el uso del stick derecho para fintar, regatear, tirar o matar es tan sorprendentemente cómodo como intuitivo. Vale, no es totalmente nuevo, pero el grado de afinación al que lo han sometido y la introducción de nuevas órdenes disponibles hace que, pese a ser jugador de 2K desde hace unos cuantos años, opte muchas veces por ignorar los botones tradicionales y me decante por la comodidad de hacer una bandeja moviéndolo ligeramente hacia canasta.

Pero si hay algo que de verdad destaque en la edición de este año es en la importancia que da al baloncesto y a todo lo que le rodea. Lejos queda ya la casi omnipresencia de Jay-Z vista el año pasado: este año es Lebron James, el crack mediático del momento, el mejor jugador de la NBA y del juego, el encargado de protagonizar portada, menús e incluso un nuevo modo propio con el rimbombante nombre de 'Lebron James: Camino a la Grandeza'. En él no sólo podremos ayudarle a disputar finales y sumar anillos a su palmarés, sino que también tendremos que superar una serie de desafíos concretos encuadrados en un futuro más que hipotético cuya dificultad en los niveles más altos, creedme, hará que más de uno sude casi tanto como sus ídolos en pista para conseguir las 3 estrellas de rigor.

"Si el mejor piropo posible para un juego como este es que dan ganas de no dejarlo, os aseguro que yo, al menos durante unos cuantos meses, ni pienso ni seguramente pueda parar."

Puede dar de nuevo la impresión de ser un juego excesivamente complicado, con una inteligencia artificial superior a la media y una lista de opciones digna de admirar, pero por suerte tanto el tutorial -recomendable como siempre empezar por ahí- como los muchos y variados modos de juego ayudan y animan a ir cogiendo poco a poco soltura y probar cosas nuevas. Al modo 'Mi Carrera', tan adictivo como siempre, y a esa suerte de Ultimate Team de nombre... bueno, 'Mi Equipo'; hay que sumarle el regreso de 'The Crew', aquí conocido como 'La Asociación'. Para aquellos que no lo recuerden, este modo nos permite utilizar al jugador que hayamos creado anteriormente para disputar partidos online de 5 contra 5, pudiendo comparar tus estadísticas con la de otros jugadores e ir subiendo en los rankings.

Aunque gráficamente sigue una cosa como de otro mundo, lo cierto es que aquí sí se echa en falta un salto hacia adelante, una mejora sustancial que, esperemos, llegue con la nueva generación. Aun así, a una cuidadísima presentación, con los clásicos montajes de vídeo pre-partido y una banda sonora actual y variada, hay que añadirle la presencia de 14 de los mejores equipos de la Euroliga actual con jugadores, equipación y demás características bien trasladadas al terreno de juego virtual. Siendo así, la verdad es que pequeños fallos como el que algunos tiempos de carga sean excesivamente largos, la falta de algún modo radicalmente diferente al resto o la excesiva importancia que los VC, la moneda del juego, tienen a la hora de comprar todo tipo de parafernalia relacionada con el baloncesto o mejorar nuestro equipo parecen fácilmente perdonables.

Insistiendo una y otra vez en la misma idea, NBA 2K14 puede ser un poco repetitivo, un poco continuista y, quizás, un poco cómodo de más. Pero NBA 2K14 es también uno de los mejores juegos deportivos hasta el momento, y una demostración más del grado de perfección que Visual Concepts ha logrado con los años, siendo capaz de emocionar y enganchar por igual a los que tantas noches volamos en las Aerolíneas Jordan y a los que disfrutan viendo sin más los mejores mates del All-Star. Si el mejor piropo posible para un juego como este es que dan ganas de no dejarlo, os aseguro que yo, al menos durante unos cuantos meses, ni pienso ni seguramente pueda parar.

9 / 10

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