Análisis de NBA 2K23 - Lo mismo de siempre, pero con Michael Jordan
Como diría His Airness, "era todo lo que necesitaba".
Hace años la saga NBA 2K era considerada como el mejor videojuego deportivo, y esa era una afirmación incontestable. Pero esto se ha ido destruyendo desde dentro en el propio estudio, no porque la calidad del juego haya disminuido, que no es el caso, sino por las desmedidas microtransacciones que acompañan a sus modalidades online. Eso hace que miremos con recelo cada vez que llega una nueva entrega; da un poco de pena que eso prevalezca, pero es lógico porque durante varias campañas han sido muy abusivos en ese respecto. Y aunque es cierto que han levantado un poco el pie del acelerador, en NBA 2K23 siguen estando muy presentes, entorpeciendo el disfrute máximo de una obra que no necesitaría de esos aditivos para llenar las arcas de la compañía. Al menos, no de esa manera.
Modos como MyTeam o Mi Carrera, por ejemplo, están plagados de micropagos. No voy a descubriros nada diciendo esto y, realmente, casi que no merece la pena profundizar en ello; cuando arranqué mi partida a MyTeam - que, por si no lo sabéis, es el homólogo del Ultimate Team de FIFA - me sentí bastante incómodo después de varios minutos abriendo sobres y recompensas que se obtienen tras hacer girar una especie de Ruleta de la Fortuna. Es la deriva a la que los usuarios hemos llevado el deporte fantasía en los videojuegos y, lamentablemente, con los miles de millones que genera parece difícil poder frenarlo a estas alturas.
Este recelo del que hablo, y que es común para todos los amantes del baloncesto que rehúsan a caer en la trampa, hace que pasen más desapercibidos otros aspectos de NBA 2K23 que sí son sensacionales. Aprovechando el factor numérico, 2K ha querido rendir homenaje al que para muchos es el mejor deportista de la historia: Michael Jordan. A él se le dedica un modo de juego específico que es uno de los mayores homenajes interactivos que ha parido el sector, y si disfrutasteis con “El último baile”, ese documental de Netflix hecho con tanto cariño y que recordamos por los memes de que a MJ le valía cualquier cosa para picarse con alguien y hundirle su carrera, os podéis hacer una idea de lo que se representa aquí.
Ya tuvimos un Desafío Jordan en NBA 2K11, pero lo que han implementado ahora es bastante más profundo y emotivo. Básicamente, se trata de revivir toda la carrera de Jordan, comenzando por las finales universitarias con North Carolina en su año de novato contra Pat Ewing, pasando por partidos con el Dream Team de USA, momentos inolvidables como “The Shot” o, por supuesto, aquella canasta en la que Dios volvió a disfrazarse de jugador de baloncesto, dándole el sexto anillo a aquellos gloriosos e irrepetibles Bulls, que helaron todo Salk Lake City solamente con una pelota naranja entrando en el aro.
Es un modo que está hecho con un cariño bestial, en el que todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. Incluso los partidos tienen filtros visuales para que los disputemos como si estuviéramos viendo el encuentro por televisión, filmado con una cámara de la época, con escasa resolución y granulados que ahora nos harían estallar las retinas. El objetivo de este modo es el de cumplir una serie de desafíos que suelen limitarse a replicar las estadísticas que Jordan logró en la vida real, algo que no es sencillo cuando, por ejemplo, toca imitar los 63 puntos que cosechó en el Boston Garden. Estoy seguro de que si se publicara un juego así de forma independiente, sería una auténtica triunfada y atraería a cualquier seguidor de este deporte, pero es un complemento que parece que está oculto en el menú del juego, y que quedará lapidado por las menciones a los micropagos cada vez que se hable de NBA 2K23.
Pero no es la única carta de amor al baloncesto que incluye NBA 2K23. También contamos con Eras de Mi NBA, que por un lado es donde se ha reubicado de alguna manera el Modo Franquicia, pero ahora no necesariamente tenemos que limitarnos a la temporada actual de la NBA, sino que podemos elegir entre cuatro épocas distintas, desde los 80 para revivir el pique entre Lakers y Celtics liderado por Magic Johnson y Larry Bird, los 90 para tratar de imponernos en la supremacía de Jordan, los 2000 con Kobe Bryant como máximo exponente y el surgimiento de Lebron James o una época más moderna. Podemos liderar cualquier equipo de esas eras, con sus plantillas actualizadas, evidenciando un descomunal trabajo de documentación y representación, y también podemos ir viendo la evolución que ha tenido el basket en todos esos años, como la ausencia de línea de triples hasta los distintos cambios de nombre o ubicación que han tenido algunas franquicias de la NBA. De esta forma, desde el salón de nuestra casa, podemos cambiar la historia de este deporte de la forma que se nos ocurra, desde coger a los Memphis Grizzlies de Pau Gasol y conseguir una dinastía o hacer que los “Bad Boys” de los Pistons fueran capaces de ganar más veces a Jordan y a sus Bulls, enterrando la historia del más grande.
Sí, de momento llevamos mucho texto y no hemos hablado de la jugabilidad. Pero aquí podemos decir que estamos con “el mismo juego 23”... y no tiene por qué sonar despectivo, porque la fórmula lleva bastantes años rozando la perfección, y se añaden diversos retoques procedentes del feedback que la comunidad da cada temporada. Un punto importante es que se ha añadido un nuevo nivel de dificultad pensado para que los jugadores novatos no tengan un punto de entrada tan denso, ya que cuesta varios partidos asimilar todo el funcionamiento de un partido en cualquier NBA. Por lo demás, hay varios retoques visuales, como cambios en el indicador de tiro, o un nuevo medidor centrado en el desgaste físico del jugador que ahora se segmenta en tres barras que se vaciarán más rápido dependiendo de cómo de exigente sea la acción que realicemos. A nivel gráfico, NBA 2K23 vuelve a ser una auténtica barbaridad, y si entra alguien a vuestra habitación y os ve jugando lo más probable es que os pregunte qué partido estáis viendo, porque cada vez resulta más difícil distinguir el videojuego de la realidad.
NBA 2K23 es un hueso duro a la hora de hacer un balance. A nivel de contenido ofrece un montón de posibilidades que están muy bien cuidadas y trabajadas, siendo el Desafío Jordan la mejor guinda que se nos ocurre para disfrutar de este deporte en formato virtual. Pero todas esas virtudes quedan un poco sepultadas debido a las microtransacciones que empañan algunos de los modos de juego que están destinados a ser los más importantes del producto. Puede que con el tiempo hayamos dejado de darle importancia, especialmente tras años jugando a MyTeam, pero es evidente que es un aspecto muy criticable y que nunca hay que dejar pasar por alto.