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Análisis de New Super Mario Bros. 2

¿Quién quiere ser millonario?

La intención del primer New Super Mario Bros. parecía estar clara desde el título. Un nuevo Super Mario Bros.: plataformas en dos dimensiones, setas, flores, monedas; el ejercicio de nostalgia era fuerte y el juego acabó siendo suficientemente sólido, aunque le faltó, se ve mejor ahora desde la distancia, un plus de brillantez que consiguiera diferenciarlo un poquito de ser demasiado literalmente un nuevo Super Mario Bros.. Ahora a New Super Mario Bros. 2, que a primera vista podría pasar por una continuación conformista del original de DS, está un poco en las mismas: otro título que le sería apropiado es New New Super Mario Bros., porque hace con el primero un poco lo que este a su vez quiso hacer con el original de NES.

El juego principal tiene el detonante y la estructura que todos esperamos: la princesa Peach es secuestrada y tenemos que ir castillo tras castillo siguiendo su pista, atravesando mundos y superando niveles. Navegamos por cada mundo gracias a un mapa que hace referencia directa a Super Mario Bros. 3; superamos cada nivel avanzando y saltando, como mandan los cánones de los Mario bidimensionales. Hay dos cosas que hacen que New Super Mario Bros. 2 destaque: el extraordinario diseño de niveles y los suavísimos controles.

New Super Mario Bros. 2 es un juego muy divertido; y no sólo eso, sino que además es un juego cuyo desarrollo parece haber sido muy divertido. Se nota que la gente que se encargó de hacer las pantallas se lo pasó bien: son creativas y consiguen sorprender constantemente. Gran parte de su atractivo radica en el puro placer de saltar, algo que habla muy bien de un juego de plataformas. Incluso cuando recuperan elementos de Super Marios anteriores, con especial énfasis en el 3, suelen darles una vuelta de tuerca que añade un frescor muy de agradecer, algo que no acababa de hacer el primer New Super Mario Bros. El diseño de niveles me recuerda mucho al de Yoshi's Island, tan imaginativo y fascinante y lleno de magia.

También han encontrado el punto justo en los controles. Esto ya lo llevaron bien en el anterior, pero en esta ocasión tiene un plus de importancia: han conseguido la velocidad e inercia exactas para todas las acciones (salto y carrera, por descontado, pero también a la hora de volar o trepar por verjas), esencial para que la otra gran novedad del juego se sostenga. Hablo, sí, de la hiperbólica cantidad de monedas que salen a nuestro paso en cada nivel.

Si algo marca el carácter de New Super Mario Bros. 2, ese algo son las monedas. Son las que nos dan vidas, pero también las que marcan los récords de cada nivel, las que compartimos durante el multijugador cooperativo, las que sirven de puntuación en el muy bien nombrado modo extra Fiebre del Oro; también son las que determinan el objetivo último del juego: conseguir un millón de monedas, momento en el que se desbloquea algo todavía muy secreto pero que, al parecer, merecerá la pena. En mi partida, para que os hagáis a la idea, conseguí alrededor de 30.000; me pasé todo el juego casi dos veces (con una segunda vuelta más por encima, dedicada a conseguir monedas estrella) y uno de los tres mundos secretos, así que conseguir el millón parece ser complicado.

Tenemos ayudas, por suerte. Una es el modo Cooperativo, en el que podemos compartir la partida principal con un amigo. Tenemos vidas en común y las monedas se multiplican por dos, así que coordinarse para conseguir los mejores resultados es importante. Otra es Fiebre del Oro, un modo adicional que añade una ligera variación a la estructura normal del juego: tenemos tres niveles aleatorios, 99 segundos y una vida, y tenemos que intentar superarlos consiguiendo el mayor número de monedas. Está pensado para añadir otra capa de arcade al juego, animándonos a perfeccionar nuestra actuación en cada nivel para maximizar las monedas que conseguimos y llegar a lo alto del asta de la bandera al final, consiguiendo así un multiplicador que dobla nuestra puntuación. En ambos modos, las monedas se suman al marcador total, con lo que llegar al millón es (un poco) más fácil si exprimimos el juego del todo.

El paso adelante en lo gráfico, entrando en el apartado técnico, es mínimo: es cierto que podría ser un juego de Nintendo DS sin ningún problema, aunque hay que alabar un efecto 3D (el gimmick de la portátil de Nintendo) que ni cansa ni molesta, y que de base parece mejor planteado que en general: los juegos de desenfoques funcionan muy bien, incluso mejor aún en la pantalla de la nueva 3DS XL. La música, aunque va por la línea luminosa, positiva y pegajosa que era de esperar, no termina de echar raíces.

Tomando New Super Mario Bros. 2 como el spin-off que es (un chute de nostalgia, un apretón de manos con los plataformas clásicos), es fácilmente uno de los juegos más disfrutables del catálogo actual de Nintendo 3DS. Está dos pasos por delante de New Super Mario Bros. en casi todo, y al menos uno por encima de Super Mario 3D Land. Los amantes de las plataformas, fans de Mario o no, no quedarán para nada decepcionados; es un juego feliz, sorprendente, divertido. Después del relativo atracón de esta subserie New (hemos visto cuatro en muy poco tiempo), era dable esperar un producto perezoso y sin demasiada ambición: es bueno comprobar que no ha sido así, y han sabido recuperar la auténtica esencia de sus antiguos plataformas en lugar de conformarse con simplemente trasladar lo dibujado en sprites a modelos tridimensionales.

9 / 10

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