Análisis de Nintendo World Championships: NES Edition - Mi Primer Speedrun
Summer, games done quick.
Dos de mis semanas favoritas del año coinciden con la celebración de sendos eventos benéficos centrados en speedruns: la Games Done Quick y su homólogo veraniego. Estos eventos reúnen a los fans de pasarse juegos a toda velocidad (con glitches, con mandos extravagantes o incluso con un perro a los mandos) y consiguen contagiar su entusiasmo gracias a la pasión de los propios runners y a comentaristas que explican qué está sucediendo en pantalla, algo que no siempre es autoevidente.
Muchos de ellos tratan de responder a la pregunta “¿qué juego es ideal para empezar a aprender a speedrunnear?”, una respuesta que se vuelve más fácil cada año con el lanzamiento de juegos donde el speedrun es una mecánica integrada en el conjunto como Neon White, Anger Foot o el futuro I Am Your Beast. El speedrun goza de un momento de forma ideal, y quizá no hay mejor prueba de ello que el título que nos ocupa, un lanzamiento veraniego de Nintendo que nos invita a completar sus juegos clásicos a toda velocidad.
Nintendo World Championships: NES Edition es un recopilatorio de desafíos cronometrados basados en juegos de la NES original como Metroid, The Legend of Zelda o Super Mario Bros. Los desafíos varían enormemente en duración y dificultad: reventar un globo en Balloon Fight nos llevará menos de dos segundos, mientras que empezar Super Mario Bros. en 1-1 y llegar al final del juego se acerca a los 10 minutos.
El juego es sucesor de la saga NES Remix para Wii U y 3DS; algunos de los desafíos de NES Remix ya estaban enfocados al tiempo, aunque aquel juego tenía más variedad; en ocasiones nos pedían completar fragmentos de juegos sin morir o con un personaje de una aventura distinta. Este tipo de remezclas se llegan a echar en falta para añadir algo de extravagancia y variedad en la propuesta, aunque a cambio recibimos un juego donde todas y cada una de las decisiones están orientadas a ayudarnos a mejorar como velocistas.
El modo principal en solitario es Speedrun, que nos ofrece 150 desafíos de 13 videojuegos distintos, si bien el reparto no es exactamente equitativo; Ice Climber o Excitebike tienen apenas media docena cada uno, mientras que Super Mario Bros. 3 supera fácilmente los 20 desafíos únicos. Cada desafío viene con una serie de herramientas para ayudarnos: antes de entrar podemos ver un vídeo para comprender cuál es el objetivo y qué nos vamos a encontrar, una vez establecemos un juego podemos ver una repetición de nuestro mejor tiempo en paralelo mientras jugamos o directamente podemos poner nuestra repetición a pantalla completa y pausarla fotograma a fotograma comprobando qué botones pulsamos en cada momento.
Los desafíos cubren prácticamente todo lo que uno podría esperar de los juegos de NES: tendremos que superar habitaciones (conseguir el traje de tanuki en SMB3, eliminar a los brujos berenjena en Kid Icarus), eliminar a jefes finales (Ridley en Metroid, Aquamentus en Zelda) o directamente completar fases conocidas (1-1 de SMB o Kirbys’s Adventure). NWC sabe escalar la duración y complejidad de las pruebas, empezando por recoger la espada en Zelda o encontrar una verdura en Super Mario Bros. 2 y elevando la exigencia con brío.
Especial mención merecen los desafíos de dificultad legendaria, donde se nos exige completar misiones más largas. Nintendo World Championships nos va entrenando poco a poco para estos desafíos introduciendo algunos segmentos en otras fases anteriores. Por ejemplo, un desafío de Zelda 2 nos pide aprender a eliminar al mismo jefe que espera al final de la mazmorra que debemos completar en el desafío legendario. Algunos de estos desafíos no duran segundos, sino minutos, pero por suerte el juego nos ofrece aquí una guía de estrategia con pequeños trucos, destacando a nivel visual por una maquetación que recuerda a las revistas de principios de los 90. El desafío más extremo del juego nos invita a completar todos los desafíos legendarios seguidos; tendrás que reservar casi una hora para completar esta hazaña.
Para llegar a ese punto tendremos que dedicarle media decena de horas al juego, ya que inicialmente apenas tendremos desafíos desbloqueados; se abren obteniendo monedas a base de conseguir ciertos rangos o mejorar nuestros tiempos. Esto no es muy molesto al principio, donde prácticamente la participación nos asegura desbloquear un nuevo reto, pero hacia el final se vuelve algo tedioso; abrir un desafío Leyenda cuesta 300 monedas, y lo máximo que obtenemos por conseguir una S en un desafío As son 60, así que en más de una ocasión nos encontraremos farmeando jefes finales de Super Mario Bros. 3 para poder avanzar.
Quizá quiera ser un incentivo para que repitamos fases, pero lo cierto es que el juego ya tiene incentivos de sobra para que volvamos a jugar fases una y otra vez. Los propios desafíos tienen el suficiente empaque como para invitarnos a mejorar nuestras calificaciones y tratar de obtener una S… al menos en los juegos que nos gustan (lo siento, Ice Climber). Hablando de las puntuaciones, aquí Nintendo World Championships podría ser un poco más claro, ya que no indica cuáles son los límites entre rangos y tiene demasiadas subcategorías. No sé si tiene mucho sentido que entre la S y la A existan la A+ y la A++, ya los tres tipos de A tienen la misma recompensa monetaria, pero en algunos casos hay diferencias notables de tiempo entre una y otra.
La clave del éxito de Nintendo World Championships a la hora de iniciarnos el speedrun, y también para invitarnos a repetir fases, es emplear juegos de NES y no de generaciones posteriores. Son juegos simples, pero no por ello fáciles; en la mayoría de casos no necesitamos emplear más que el D-Pad y dos botones (Start creo que solo se usa en Zelda 2), así que la dificultad no se añade por los controles, que se pueden interiorizar casi de inmediato, sino en las mecánicas y en los timings, que es donde se suma la complejidad. Saltar con Mario en Super Mario Bros.: The Lost Levels es intuitivo; dominar el salto con viento requiere práctica. Aprender los ritmos exactos de cada nivel, competir contra nuestro fantasma e ir rascando décimas de segundo a nuestro tiempo es el principal atractivo del juego; no hacía falta obligarnos a farmear monedas para desbloquear nuevas fases.
Más allá de las puntuaciones individuales empieza el aspecto más divertido del juego: el multijugador, tanto online como local. A nivel online tenemos dos modos principales: Campeonato de Supervivencia y Campeonato Mundial. El primero nos propone enfrentarnos a los fantasmas de varios jugadores online en tres pruebas que conocemos de antemano (pero se presentan en orden aleatorio) en forma de eliminatorias, empezando con 8 jugadores y terminando con un 1 ganador. Teniendo en cuenta que solo se cuenta la primera victoria de cada semana, no es un modo que añada mucha vida al juego, aunque sirve para fijarse en estrategias ajenas… y eso no está nada mal porque sus desafíos se comparten con el otro modo online.
Campeonato Mundial es más interesante: NWC escoge cinco desafíos para todo el mundo y nos permite repetirlos todas las veces que queramos para mejorar nuestro tiempo. Cuando finaliza la semana se lanzan unas clasificaciones online, aunque durante el periodo de review solo hemos podido marcar tiempos; la primera clasificación llegará en unos días. Al enfocarse en solo cinco desafíos es más fácil concentrarse en mejorar sus tiempos, que se guardan para el modo Speedrun si mejoramos el tiempo. De vez en cuando es interesante entrar en Supervivencia para buscar nuevas estrategias, ya que los mejores tiempos muchas veces se obtienen ignorando las instrucciones del propio juego.
En el plano local (adecuadamente llamada “Fiesta”), la propuesta nos permite seleccionar los desafíos en los que queremos competir o, mucho más divertido, escoger una selección de varias pruebas seguidas que comparten algún tipo de idea: desafíos para principiantes, jefes finales variados, obtener mejoras para Samus, usar bombas en distintos juegos... No entiendo por qué no se integra esta selección en el modo individual, porque estos desafíos me parecen una de las mejores formas de disfrutar el juego; pruebas con un mismo hilo temático que nos permiten saltar entre juegos para probar nuestra versatilidad.
En el multijugador local he echado de menos algunas de las particularidades de NES Remix. Los minijuegos en los que se trasplantaba a un personaje de un universo a otro (por ejemplo, Link con su incapacidad de saltar enfrentado a los niveles de Donkey Kong) habrían aportado algo más de intensidad a unas partidas que, pese a divertidas, quizá tengan un recorrido limitado en su vertiente de party game.
Como persona aficionada a los speedruns he disfrutado de cada minuto de la experiencia, pero creo que el conjunto se quedará un poco corto para el público general. En el momento de escribir este análisis no sabemos si hay planes para lanzar más desafíos para los modos locales, aunque sí sabemos que se alimentará el multijugador online con retos semanales. El contenido completo de Speedrun se puede desbloquear en un fin de semana, pero si la compañía decide dar soporte al juego, muchos de los títulos de NES tienen aún muchísimo potencial para recibir más desafíos. ¡Ni siquiera está el combate contra Ganon en The Legend ofZelda!
Una pregunta que me surge también, conociendo el campo del speedrun, es si habrá lugar para elementos que se escapen del control de la compañía japonesa, en particular la presencia de glitches. Por ejemplo, la estrategia más eficaz para un speedrun any% de Super Mario Bros. pasa, además de saltar hacia atrás en numerosas ocasiones, por atravesar un par de muros y tuberías. ¿Se aceptarán resultados así en NWC? Supongo que lo descubriremos en unos días, pero me ha llamado la atención que el juego ya intente “tapar” algunos itinerarios más rápidos en el 1-1 de SMB indicando que “no puedes ir por ahí”.
Nintendo World Championships: NES Edition es una amable introducción al speedrun que aprovecha la obra pasada de la compañía japonesa para ofrecer toda clase de desafíos cronometrados. Al centrarse en una sola tarea, es un juego que cuenta con herramientas más adecuadas que NES Remix para ayudarnos a mejorar nuestros tiempos, pero también se pierde ese punto de irreverencia que podría sentarle especialmente bien a los modos multijugador.