Análisis de Ratchet and Clank: Nexus
Lo bueno, si breve...
Insomniac ha ido a lo seguro con esta última entrega de Ratchet and Clank para PlayStation 3, que representa el epílogo de la serie Future. Justo cuando se cumplen once años del debut de las criaturas más famosas de la desarrolladora y ante el amanecer de una nueva generación, el estudio decide ceñirse a una fórmula tradicional que no busca innovar ni cambiar las bases de nada, y prefiere seguir las directrices básicas de los títulos de la saga. Eso tiene su lado positivo: quien esté buscando una aventura clásica de los dos héroes, accesible, dirigida a los fans y con el humor característico, va a encontrar exactamente lo que busca en Nexus, ni más ni menos. Pero también su lado negativo: para los demás, puede que esta nueva aventura sea insuficiente.
Todo empieza con un ejercicio rutinario: la malvada Vendra Prog ha sido capturada y Ratchet y Clank se ofrecen para escoltar a la peligrosa criminal hasta el centro de detención de Vartax. Sin embargo su hermano, Neftin Prog, un primate con serios problemas de oligofrenia, consigue llevar a cabo su malvado plan y termina liberándola, lo que deja a nuestros amigos perdidos en lo más profundo del espacio y con la tarea de atrapar de nuevo a Vendra mientras se mueven entre distintas dimensiones.
A pesar de recoger todos los elementos que ya conocíamos Nexus se atreve a cambiar las cosas en algunos puntos, y depende de las armas y las estructuras de los escenarios, algo simples por su condición de juego más modesto, para dar fuerza a su personalidad y ofrecer situaciones nunca antes vistas en la serie. Uno de los elementos más importantes y que resultan centrales en el juego es el uso de la gravedad, y cómo las opciones que de ella se derivan se van ampliado en distintos puzles que se caracterizan por su asequibilidad: como ya es tradición en la saga no son desafíos complejos y la solución casi siempre es lo primero que se nos pasa por la cabeza, por lo que la mayor amenaza es despistarse por un momento y, por ejemplo, caer al vacío.
El diseño en general no es nada nuevo y todo se estructura de forma muy conocida, como si el molde se hubiera creado desde el principio para dar cabida a una experiencia más corta y mucho menos ambiciosa. El plataformeo basado en la gravedad lleva el peso de las novedades y empieza de forma simple con Ratchet, con el que podemos saltar de plataforma en plataforma en gravedad cero o activar unos paneles que habilitan un flujo gravitatorio que nos traslada gentilmente entre dos puntos, entre otros. También podemos controlar a Clank en determinados niveles en 2D en los que relucen algunas de las ideas más inspiradas del título y que consiguen mantener la variedad adecuada.
"Para el jugador experimentado Ratchet and Clank: Nexus puede saber a poco por falta de desafío y una historia poco concisa y con interrogantes, pero encaja como un guante con el público infantil"
Probablemente lo que ayuda a que la linealidad sea menos acusada es el hecho de que podamos alternar cuando queramos entre unos de los cinco planetas disponibles para superar la aventura y completar objetivos secundarios, o incluso participar en una arena en la que debemos competir contra oleadas de enemigos para conseguir premios exclusivos. Ofrece un paréntesis más que bienvenido entre las secciones de tiros y puzles, pero es más corta y asequible de lo deseable; el resto de planetas, excepto uno con escenarios más abiertos, son una mezcla de las mecánicas ya vistas con plataformas lineales y muchos, muchos tiroteos que resultan entretenidos gracias al esperpéntico e inventivo arsenal con el que cuenta Ratchet, entre el que se incluye una pistola que convierte a los enemigos en muñecos de nieve o una que los asusta haciendo aparecer a unos fantasmas de ojos saltones. Si encontramos suficientes cristales de raritanio podemos mejorar las armas con un sistema de nivel bastante resultón que, sin embargo, pone las cosas demasiado fáciles. No es un material que escasee mucho, tampoco.
Para el jugador experimentado Ratchet and Clank: Nexus puede saber a poco porque los desafíos no consiguen extender una campaña que puede superarse fácilmente en unas cinco horas y que se amplía artificialmente con tareas opcionales que hacen que la historia, a pesar de su corta duración, se sienta más estirada de lo que debería. También chirría un humor menos inspirado y más desgastado que en anteriores guiones. Pero encaja como un guante con un público infantil; más allá de su característico estilo visual hay muchas cosas que hacer, y el retorno del Nuevo Juego +, con el que podemos repetir la aventura una vez terminada manteniendo todas las armas y mejoras, ayuda a que la rejugabilidad tenga un poco más de sentido.
Hacia su tramo final evidencia sus mayores puntos flojos debido a tareas repetitivas y faltas de inspiración que recuerdan a las misiones de recolección más tediosas de los MMO. La conclusión de la historia, ya de por sí simple y carente de detalles, es poco concisa y deja en el aire algún interrogante para, probablemente, retomar la aventura de los personajes en un nuevo título. A pesar de su precio reducido, unos treinta euros, Into the Nexus se siente más como una recopilación de grandes momentos de la pareja, como un viaje en el tiempo por sus hitos más remarcables, que como una entrega propiamente dicha. Pero no es algo necesariamente malo. Insomniac, como decía al principio, no ha buscado revolucionar nada, sino simplemente satisfacer a los fans ofreciendo una última dosis de lo que mejor saben hacer: un producto entretenido con un combate equilibrado y unos puzles asequibles. Into the Nexus nos reconcilia con los juegos de plataformas más tradicionales, y reivindica, con mayor o menor fortuna, la continuidad de las criaturas más conocidas de Insomniac.