Análisis de Sonic Generations (3DS)
Sí, ¡Green Hill Zone en 3D!
Recorrer por primera vez niveles como Green Hill Zone o Mushroom Hill en tres dimensiones es el mayor atractivo que nos ofrece este de Sonic Generations para Nintendo 3DS. Como en su versión para consolas de sobremesa, la idea de este juego es celebrar los 20 años de la mascota de SEGA haciéndolo de la forma que siempre han preferido los fans del erizo azul, es decir, controlando a Sonic en niveles donde se primen velocidad, los looping y los saltos imposibles; nada que ver con las transformaciones que no vienen a cuento ni los inventos raros a los que, lamentablemente, se ha visto sometido este personaje en los últimos años.
Como ya apuntamos en nuestro análisis de la versión para consolas de sobremesa, la apuesta decidida de sus creadores por ponernos delante del juego de plataformas frenético que todos los fans de Sonic desean es todo un acierto, sin embargo hay que lamentar que esta versión para 3DS nos ofrezca algo menos contenido. Nuevamente, para pasarnos el juego hemos superar los niveles disponibles (que en este caso son 7 en lugar de 9) jugando con el Sonic clásico y el moderno. Esto hace que la suma total de niveles sea de 14, a los que habría que añadir las fases especiales de bonus y las de los jefes finales, pero aún así esta versión para 3DS tiene menos contenido -cosa que no quiere decir que sea un juego corto.
Donde este Sonic Generations para 3DS no se queda corto es en todo lo relativo a la presentación. Seguramente, los más veteranos darán su visto bueno a la fantástica recreación que hacen los tres primeros niveles del juego de escenarios míticos correspondientes a los juegos de Sonic para Megadrive. El diseño de estos niveles respeta mucho el original -me atrevería a decir que más que en el juego de sobremesa- y si a esto le sumamos unos espectaculares gráficos llenos de detalle y unos remixes de las canciones originales en el punto justo de cocción, el resultado es una gran puesta al día -¡y en 3D!- de los Sonic clásicos. El impacto no es tan grande con los siguientes niveles, correspondientes a los Sonic Adventure de Dreamcast, Sonic Rush para DS y Sonic Colours de Wii. Éstos no despiertan tanta sorpresa simplemente porque son juegos que tenemos más frescos en la memoria y ya salieron con todas estas filigranas visuales.
No hay que olvidar la naturaleza caótica que siempre ha caracterizado controlar a Sonic. Los más forofos dirán que no, que Sonic se controla a la perfección, pero están ciegos por el amor a SEGA; si no eres un maestro de la anticipación -ni te sabes de memoria los niveles- no es difícil que te pase como a mi, que pierdas totalmente el control de Sonic. Esto se acentúa cuando, para aprovechar la sensación de profundidad Sonic se va al fondo del escenario, convirtiéndose en una pequeña bola azul (dentro de una pantalla de 3,5'') a la cual es muy fácil perder de vista. A todo esto, me da la sensación que el control va bastante duro, tanto con stick como con cruceta, y los saltos son algo más lentos de lo que estamos acostumbrados, algo que unido a un diseño de niveles que hace que la acción se frene de forma demasiado brusca, rompe demasiadas veces con el momentum.
Para acabar con el control, no me ha gustado que a partir del cuarto nivel el Sonic clásico sea capaz de hacer el ataque guiado de su homólogo moderno. No me gusta porque me parece una decisión que solamente contribuye a hacer que los dos estilos de juego se parezcan más, en lugar de diferenciarse, que sería lo más óptimo.
Cambiando radicalmente de tema, en algo en que coincide plenamente con la versión de sobremesa es en la desastrosa forma que tiene el juego de explicarnos su "argumento", dentro de lo que es el modo 'Aventura'; de hecho, en el caso de esta versión para 3DS, el despropósito narrativo alcanza unas cotas extremas. Realmente sería mucho mejor que se dejaran de historias y simplemente nos presentaran los niveles uno tras otro y los enemigos finales (que están bastante bien, por cierto), y ya está. Sin duda, sería mucho más digno para los jugadores veteranos, pero también para los más jóvenes.
Sonic Generations acierta en su apuesta decidida por ofrecer aquello que siempre han querido los fans: la velocidad clásica de los juegos de Megadrive
Como decía, una vez superado el modo principal nos quedan otras opciones que alargan la vida del título. La primera es conseguir la máxima puntuación en todos los nivels. Los piques online por llegar antes a la meta son -aunque para poco más que unas pocas partidas- otro interesante añadido, especialmente en las fases de bonus. Otra opción que nos queda son las misiones, que van desde superar el nivel en un tiempo determinado, conseguir tantos anillos en tal tiempo, etc. Todo ello mientras coleccionamos los típicos extra, que no son muchos.
En definitiva, Sonic Generations acierta en su apuesta decidida por ofrecer aquello que siempre han querido los fans de un juego de Sonic, que es la velocidad clásica de los juegos de Megadrive, pero lamentablemente falla en otros pequeños detalles que hacen que su propuesta no acabe de brillar tanto como en su versión para consolas de sobremesa. De todas maneras, la variedad de modos que nos propone y su espectacular acabado, tanto visual como sonoro, consiguen que este título sea un juego recomendable dentro de su género.