Análisis de Star Wars: The Old Republic
BioWare contraataca.
Ha transcurrido ya un mes desde el lanzamiento Star Wars: The Old Republic, el último bombazo de BioWare que aprovecha una saga con renombre como Knights of the Old Republic (y, evidentemente, la licencia Star Wars) para adentrarse en el mercado de los masivos. La apuesta ha sido arriesgada, especialmente por contar con unos gastos sin precedentes, y tras años de desarrollo lo tenemos aquí por fin.
Matizar que se agradece el cambio de temática tras tanta ambientación de fantasía medieval. Sin embargo, para el que conozca Star Wars sabrá que no hablamos de una estética sci-fi convencional, sino una más bien fantasiosa, y no me refiero exclusivamente a los sables de luz y a la Fuerza. Tumbas malditas, espíritus poseídos, secretos milenarios, bestias de todas las formas y tamaños... Además, en contraposición a las películas, durante una época en que Jedis y Siths campan a sus anchas.
Entonces, ¿cumple las expectativas? Sí y no. No podemos negar que en muchos apartados se ha hecho un trabajo fantástico, hasta el punto en que no sería una locura considerar a TOR como uno de los mejores MMO de la actualidad. Sin embargo, como es ya costumbre en el género, las prisas de la distribuidora por sacarlo en 2011 (y cuadrarlo antes de la salida de títulos como Diablo 3 o Guild Wars 2) han mermado considerablemente su calidad final, pues no son pocos los detalles a los que les falta un repaso o un cambio de rumbo, así como aspectos básicos de cualquier MMO que se han negado a implementar.
Analizar un MMORPG no es fácil, y mucho menos uno de semejante envergadura. Por ello, he decidido dividir el texto en tres apartados, relativamente independientes pero complementarios, que creo que dejarán las cosas mucho más claras.