Análisis de Tekken Hybrid
Una remasterización muy poco inspirada.
Tekken Tag Tournament fue uno de los títulos que acompañó el lanzamiento de PlayStation 2 hace ya más de once años. Destacaba especialmente por incluir por primera vez en la saga combates con dos personajes. Era un juego de lucha bastante aceptable, a pesar de encontrarse lejos de reinventar el género.
Pero ya sabéis, en esta generación se ha puesto especialmente de moda adaptar determinados títulos en HD. Este interés nostálgico por juegos que apenas tienen una década, y que -seguramente- comenzó tras confirmarse la ausencia y fin de la retrocompatibilidad en las consolas de esta generación, ha tenido un éxito dispar. Realmente es fácil apreciar qué compañías han tratado de hacer un homenaje digno a sus sagas trasladando con mimo sus obras a la alta definición, y quienes han tratado simplemente de generar ingresos fáciles por el simple hecho de tener un nombre detrás. Lamentablemente, en este caso nos encontramos con el último modelo de negocio mencionado.
Tekken Hybrid es una excusa, tan perfecta como discutible, de hacer caja gracias los seguidores más acérrimos del arcade de Namco - no creo que la inclusión de una demo del próximo Tekken Tag Tournament 2 sea producto de un ataque repentino de generosidad. Además de esto, incluye la versión en HD del previamente mencionado Tekken Tag Tournament y la película de animación Tekken: Blood Vengeance.
Lo ideal en este tipo de remasterizaciones en alta definición es incluir alguna novedad, por mísera que sea. Lamentablemente este tampoco es el caso. El juego es exactamente igual que hace once años, pero con una calidad gráfica adaptada a nuestros tiempos. Aunque a medias, ya que al tratarse de una resolución mayor deja entrever con mayor claridad los defectos, lo que no habla muy bien del empeño de Namco en mimar su estreno de su saga de lucha por excelencia en la generación de los 128 bits. Es evidente que desde el estudio nipón han ido a lo fácil. Eso sí, tiene trofeos… ¡Impresionante!
Por lo demás, como ya hemos comentado, se trata de la adaptación del título de la saga que por primera vez incluía combates con dos luchadores - motivo por el que en su momento recibió muchas críticas. Incluye 20 luchadores más 10 desbloqueables. Aunque haya pasado más de una década, sigue siendo igual de reconfortante completar la historia de cada personaje y continúa aportando la misma satisfacción hacer que la puñetera Uknown (la enemiga final del modo arcade) bese el suelo ante nuestros mamporros.
Y es que a pesar de todo, nunca viene mal echar la vista atrás y, aunque no sea con la mejor de las adaptaciones, a uno se le escapa la lagrimilla (o no) al recordar el título con el que la mayoría de los que adquirieron PlayStation 2 el día de su lanzamiento estrenaron la consola de Sony. Personalmente, he vuelto a recordar que sigo siendo prácticamente invencible con el tándem Yoshimitsu-Hwoarang y que se me sigue dando bastante mejor el peculiar Tekken Bowl que las boleras de verdad. Y encima sin necesidad de ponerme esas horribles zapatillas.
El plato estrella es la demo de Tekken Tag Tournament 2. Y tiene muy buena pinta, aunque poco cosa más se puede decir. Sólo incluye cuatro personajes; las versiones demonizadas de Jin y Kazuya Mishima, Ling Xiaoyu y Alisa Bosconovitch. A nivel jugable sigue los mismos patrones que su predecesor, pero con una mayor espectacularidad, sobretodo en los ataques Tag, coreografiados de manera sensacional.
Al fin y al cabo es una demo que podemos completar en diez minutos, y aunque la hayan incorporado Trofeos, no es de recibo que se incluyan este tipo de contenido como principal atractivo en un producto con valor económico, más cuando en esta generación las demostraciones son totalmente gratuitas con los servicios online que ofrecen las consolas.
Tekken Hybrid es una excusa, tan perfecta como discutible, de hacer caja gracias los seguidores más acérrimos del arcade de Namco
Por último, dentro del pack encontramos la aberrante película Tekken: Blood Vengeance. Es una japonesada 100% y la protagonizan Alisa y Xiaoyu. La trama es una continua exaltación de la amistad entre las dos intérpretes principales, que comienzan su relación con un fortuito choque en el instituto y luchando por el amor del guaperas de turno. Todo esto desemboca en la aparición de los personajes más conocidos de Tekken, dando lugar a diversos combates. Gran parte de ellos absurdos y trillados, como la batalla final a tres bandas que resulta monótona, predecible y esperpéntica.
En definitiva, nos encontramos con un pack que debería ir destinado a los fans más acérrimos de la saga, aunque es fácil que estos puedan sentirse ofendidos. Una versión poco cuidada de un juego de hace once años, una simple demo y una película olvidable es escaso aliciente para desembolsar 40€. Quedándonos con un aspecto positivo, Tekken Tag Tournament 2 parece ir por el buen camino.