Análisis de Tekken Tag Tournament 2
El nuevo Tekken de siempre.
Mientras Street Fighter volvía a situarse como uno de los juegos más populares con su cuarta entrega Tekken 6 y su mediocre acabado hundían la saga en el más absoluto ostracismo. Gracias, sobre todo, a un online que no funcionaba bien. Un fallo imperdonable cuando casi todos los juegos competitivos giran en torno a este modo de juego.
Ahora, del mismo modo que tras Tekken 3, Namco Bandai hace un parón en la línea principal de la saga y nos ofrece un título que podríamos calificar como recopilatorio de la saga. Un "Tekken Collection" si queréis. Tekken Tag 2 es un gran juego, pero no ofrece prácticamente nada nuevo. Y este es el arma de doble filo que empuña Namco Bandai. Por un lado el juego ha afinado mucho la fórmula; ha aumentado ligeramente la velocidad, por ejemplo, gráficamente es bastante llamativo, los luchadores hasta se manchan, y el online parece que va genial.
Pero, por otra parte, hay cero novedades. Los personajes vienen de otras ediciones de la franquicia, los movimientos son prácticamente los mismos que los de los juegos anteriores, el modo Tag ya se había usado e incluso la mayoría de nuevos personajes son solo apariencias distintas de los luchadores disponibles.
La ausencia de novedades empaña un poco el resultado del juego, pero los ajustes realizados en todas las áreas compensan. El número de luchadores es mareante, con más de cincuenta, y además, según el bueno de Harada, no habrá contenido adicional importante de pago, así que no esperamos los típicos DLC que acaban segmentando a los usuarios. El modo por parejas es muy divertido y funciona a la perfección. Determinados golpes nos permiten llamar a nuestro compañero para que continúe con el combo, podemos hacer llaves combinadas, poner a los dos luchadores en pantalla a la vez por unos instantes con determinados combos e incluso hay agarres especiales para algunas parejas en concreto como Law y Paul o Jin y Jun.
El número de luchadores es mareante, con más de cincuenta, y además, según el bueno de Harada, no habrá contenido adicional importante de pago.
El nuevo modo Laboratorio sirve de entrenamiento para los menos expertos y para aprender las nuevas posibilidades en pareja. Aquí controlamos a Combot, un robot propiedad de Violet (pseudónimo de Lee), mientras recibe su instrucción de combate. Tenemos que superar pruebas de todo tipo, nos encontramos con enemigos gigantes, esquivamos bombas en el suelo mientras un Power Ranger pasado de kilos nos dispara con una pistola laser, acabamos con enemigos en condiciones especiales etc.
A sabiendas de que estos modos de juego generalmente acaban siendo un aburrimiento interminable, el Laboratorio está diseñado para sorprender y divertir al jugador. Mientras aprendemos los entresijos del combate, Violet no para de gastarnos bromas, los enemigos parecen sacados de La Hora Chanante... cualquier locura hortera que se os pase por la mente tiene cabida en el modo Laboratorio. Hasta osos con tutús bailando sevillanas.
Al mismo tiempo, con el dinero que vamos consiguiendo podemos comprar movimientos para el Combot. De esta manera, creamos un nuevo personaje para usar en los demás modos de juego. Así que ya sea por ver qué locura nos encontraremos en el próximo nivel o por crear un personaje a nuestro antojo el Laboratorio sabe tirar de nosotros para que acabemos cada capítulo.
El modo arcade no va más allá de la lista de combates random, con los dos últimos fijos. Primero contra Heiachi y Jinpachi (una pareja imposible si no fuera por lo poco que le importa a este juego la relación espacio/tiempo) y el último combate contra Jun. Como de costumbre cada personaje cuenta con una cinemática final de unos minutos -con suerte- que tampoco son nada del otro mundo. Aunque prestad especial atención al de Law y Paul, que siempre tienen un carisma especial.
Pero el modo que de verdad ha sufrido una mejoría sustancial y que hace que el juego de Harada vuelva a la primera fila de los juegos de lucha es el online. Sin contar con ninguna revolución, hace todo lo que tiene que hacer, y lo hace bien. Ahora tenemos la posibilidad de filtrar la búsqueda de contrincantes según varios niveles de conexión, por lo que podemos elegir jugar solo contra conexiones óptimas. Adiós al dichoso lag que fastidió el anterior Tekken. Además, mientras busca rival, el juego nos permite entrenar contra Mokujin, como si fuera el modo entrenamiento, así que se acabó esperar aburridos hasta desesperarnos y dejar de buscar. Tenemos partidas igualadas y salas de combate infinito, donde hasta seis jugadores pueden jugar al "rey de la pista" y formar parejas. Como ya se está convirtiendo en costumbre en los juegos de lucha, también contamos con un modo para ver repeticiones, pero la gran novedad del online es el Tekken World Federation. Un modo que además de gestionar el historial de combate de los personajes o mostrar listas de clasificació permite crear equipos de usuarios, y eso lleva un paso adelante a la comunidad de Tekken.
Como el iPhone 5, Tekken Tag Tournament 2 es una evolución y no una revolución. Todo funciona correctamente, el modo por parejas da mucho juego, el Laboratorio es interesante y útil, las opciones de personalización son enormes, el online funciona como debe y visualmente está al más alto nivel, no solo en calidad sino también en cantidad, con los más de veinte variopintos y destructibles escenarios. Pero nos queda ahí esa espinita de no contar con más luchadores nuevos -nuevos de verdad- o algún modo de juego original como nos tiene acostumbrados la saga. Y aun así, es el mejor Tekken hasta la fecha.