Análisis de Trine 2
Érase una vez...
Trine 2 es una segunda parte en su sentido más clásico y continuista: añade las mejoras justas sin tocar demasiado los fundamentos de la primera entrega. Solamente tenéis que ver un vídeo del juego para apreciar que repiten la estética de fantasía medieval, los tres personajes protagonistas, la misma acción, los mismos rompecabezas... De acuerdo, la aventura que tenemos por delante es completamente nueva, pero en el fondo es la misma aventura de plataformas y combates con regusto a edulcorado cuento de hadas.
La gran novedad en esta ocasión es la posibilidad de jugar online con hasta dos amigos al mismo tiempo, algo que hasta ahora solo era posible hacer de forma local. Cuando decides hacer una de estas partidas por Internet el juego te da dos opciones: empezar la aventura de cero o jugar desde el último nivel en el que se ha quedado el jugador que crea la partida - en caso de que anteriormente haya jugado. Los poderes que ha desbloqueado cada jugador en otras partidas se mantienen para sus personajes y, por lo menos en nuestras partidas online a la versión de PC, todo ha funcionado rápido y fluido. ¿Es un buen añadido esta nueva campaña online? Sin ninguna duda.
Sinceramente, a partir de aquí poco puedo añadir a lo que dijo nuestro compañero Pedro Tonda en el análisis del primer Trine. La mecánica de juego es típicamente "noventera", los más veteranos quizás recuerden aquel clásico Lost Vikings (1992), con aquellos fantásticos vikingos llamados Erik, Olaf y Baleog que tenían que colaborar para volver a su hogar después de ser abducidos por un alienígena. En Trine no hay tanto cachondeo mental, pero también tiene sus salidas humorísticas si uno se fija, sobre todo cuando se permite el lujo de bromear (siempre muy ligeramente) sobre el propio sub-género gracias a sus clichés, su narrador chapado a la antigua, el tono de sus poemas sobre gestas, o diálogos como esta genialidad entre el mago y el guerrero que me encontré en una de mis partidas.
- Mago: ¡Serpientes titánicas y caracoles gigantes! ¿Qué será lo próximo?
- Guerrero: ¡Espero que sea un buen cerdo asado!
Como veis, todo es muy inocentón, de cuento; y aunque la historia es totalmente prescindible e innecesaria uno entiende que la hayan incluido. Además, siempre os la podéis saltar.
Como en la primera parte, hemos de ir alternando entre tres héroes que han de ayudarse para superar diferentes pantallas haciendo uso de sus habilidades únicas. El mago puede hacer levitar objetos y crear unas cajas mágicas que pueden servir como plataformas; el guerrero es eso, el guerrero; y la ladrona es el personaje ágil capaz de trepar con su gancho y disparar flechas.
La mayoría de los puzles tienen un único objetivo: permitirnos superar un obstáculo que nos impide avanzar, ya sea desde una puerta, un conducto que escupe fuego o una rana gigante. Las formas de solucionar cada uno de estos rompecabezas son muchas, y esto es algo muy meritorio dado que el juego ha de estar preparado para muchas variables, empezando por algo tan básico como si estamos jugando solos o acompañados. Lamentablemente, y eso no se ha corregido respecto al primer juego, estos mecanismos que nos permiten avanzar no son demasiado variados y tampoco consiguen crear demasiada sorpresa cuando damos con ellos. No esperéis rompecabezas con la genialidad de juegos como Portal, Braid o Zelda.
En muchas ocasiones acabaremos saliendo de un entuerto a base de probar cosas a lo loco, especialmente en el cooperativo, donde pueden hacerse bastantes "trampas". En otras, como en los saltos ajustados, maldeciremos que la respuesta del control no sea todo lo precisa que se esperaría. Sin embargo, todos estos pequeños errores no quitan que, como típico juego de "avanzar pantallas" que es, Trine 2 cumpla perfectamente su cometido. Encontrar la forma de derrotar a un gigantesco enemigo final es emocionante, tanto como sobrevivir a una brutal emboscada de goblins y orcos, o algo tan sencillo como disfrutar del gran despliegue visual y el detallismo del que gozan los escenarios del juego.
A nivel de concepto artístico Trine 2 es un título pobre, que tirá básicamente de clichés y que no aporta nada propio al imaginario de fantasía medieval. Sin embargo, esto último es tan cierto como innegable es que a nivel visual es un juego cuidadísimo y lleno de detalles. El trabajo puesto en los escenarios, su diseño e iluminación es extraordinario, una completa maravilla que no debería echaros atrás simplemente porque no os gusta el artwork. Cada nivel es distinto del anterior y aunque no dejan de basarse en los típicos ambientes (ruinas abandonadas, pantano humeante, ciénaga musgosa, la casa del árbol) siempre son variados y espectaculares. Solamente por algo tan sencillo como eso ya recomendaría que le dierais una oportunidad a este juego de vocación clásica realizado con tanto mimo.