Análisis de UFC Undisputed 3
Ganador por sumisión.
Ya hace dos años desde que UFC Undisputed 2010 se convirtió en el gran estandarte dentro del género de las artes marciales mixtas. En ese tiempo, el éxito cada vez mayor de este deporte-espectáculo ha propiciado la llegada de nuevos rivales; algunos serios como un EA Sports MMA que no acabó de funcionar, u otros que directamente parecían de coña, como Supremacy MMA. El caso es que, desde entonces, el juego de THQ y Yuke's ha mantenido el título de campeón del mundo sin ningún problema. Hasta hoy, cuando su legítimo sucesor ha aparecido para arrebatarle el trofeo.
Se nota que UFC Undisputed 3 ha estado dos años en desarrollo porque viene cargado de nuevos contenidos, novedades que sin llegar a ser revolucionarias van a ayudar a que el juego llegue a más gente y, por otro lado, a que los aficionados a la UFC sientan la necesidad de hacerse con la nueva entrega de este simulador de lucha. Se mantiene la gran profundidad por la que se ha hecho famosa la saga, pero al mismo tiempo se ha conseguido que el juego sea algo más accesible, y todo ello acompañado de mucho nuevo contenido, de entre el que destaca la inclusión de la extinta modalidad PRIDE, una competición de artes marciales mixtas hoy desaparecida y cuyo legado aquí recreado podría constituir un juego en sí mismo.
Todo lo que funcionaba en la anterior entrega sigue estando presente. Siguen ahí esos combates donde predominan estrategia y técnica, siguen esas retransmisiones televisadas que emulan a los grandes eventos, sigue el espléndido modo Carrera en el que nos metemos de lleno en la piel de un luchador. Todo eso sigue, pero hay novedades, como una que nos encontramos nada más empezar, y que es la posibilidad de escoger entre dos tipos de control: Pro o Amateur. El primero es el mismo de siempre, el que se basa en movimientos circulares de los sticks para llevar a cabo las transiciones, es decir, cuando los luchadores intentan cambiar de posición en los agarres. La nueva modalidad Amateur está indicada para los novatos y con ella es más fácil efectuar esas transiciones. Ahora bien, el sistema está bien balanceado, porque un jugador Pro siempre lo tendrá más fácil para bloquear la transición de un jugador Amateur.
El sistema de combate ha experimentado varios retoques que solamente notarán los más veteranos, así, el sistema de combos entre golpes rápidos y fuertes, las técnicas de balanceo y el timing de esquivas, el contra-ataque, las golpes exclusivos de cada luchador, o las presas han ganado un poco en realismo y profundidad, algo que acerca este título cada vez más a la simulación. Es muy gratificante comprobar el gran componente estratégico de UFC 3, darse cuenta que analizando la forma de luchar y moverse de nuestro rival, daremos con la forma más eficaz para derrotarlo. Otro cambio importante tiene que ver con el sistema de sumisión (cuando inmovilizamos al rival) ya que ahora se resuelve con una especie de mini-juego abstracto en el que un jugador persigue y el otro ha de escapar.
La inclusión de la extinta modalidad PRIDE podría constituir un juego aparte en sí mismo
También ha cobrado mucha más importancia todo el combate con las piernas y las patadas, por ejemplo ahora es más fácil evitar la efectividad de los derribos del rival si previamente le hemos castigado las piernas. Pues bien, factores que parecen tan pequeños como este último cuentan en UFC 3. Por su parte, el sistema de Stamina, y la forma como nuestro luchador recupera energía también es ahora más realista. Si todo esto lo acompañamos de la gran cantidad de nuevos movimientos y animaciones empezaremos a comprender los motivos por los que el estudio japonés Yuke's se ha tomado dos años para preparar esta puesta a punto de un juego que en su anterior entrega ya consiguió llegar muy alto.
Un buen ejemplo de hasta que punto estamos hablando de un simulador profundo lo encontramos en algo tan sencillo como la posibilidad de hacer de espectador de un combate. No luchamos, solamente miramos, pero en cualquier momento podemos parar la partida y observar todo el historial de acciones y las posiciones que han hecho los personajes controlados por la IA. Con esto podemos descubrir nuevas técnicas y sobre todo combinaciones de ellas. Como ya dijo Xavi en nuestro análisis de UFC 2010, los golpes y técnicas disponibles pueden llegar a contarse por centenares, pero esto no debe asustaros si nunca habéis probado un juego de estas características. A nivel de tutoriales es un título muy completo y sus niveles de dificultad (otra cosa son las partidas online) están muy bien calibrados.
Existen modos tutoriales guiados larguísimos y divididos en niveles, pero también podéis empezar directamente por el modo Carrera y hacerlo con las ayudas activadas, con lo que desde la primera partida ya podéis estar compitiendo. La Carrera sigue siendo la modalidad estrella de UFC y para la ocasión se ha mejorado a base de eliminar elementos innecesarios que había en el anterior juego. Ahora lo más importante será concertar combates, prepararnos a conciencia para ellos y finalmente disputarlos a medida que avanzamos por distintos torneos hasta convertir a nuestro luchador en una leyenda del Octágono de la UFC.
Al empezar una nueva Carrera lo primero que hay que hacer es escoger si queremos hacerla de UFC o de PRIDE. Lo siguiente consiste en seleccionar si queremos hacerla con uno de los 150 luchadores reales que tiene el juego o crearnos el nuestro propio. Factores como el estilo base que escojamos para nuestro luchador (boxeo, karate, muay thai, lucha libre, judo, sambo, jiu-jitsu, AMM) tienen gran importancia en esta decisiones iniciales, y una vez seleccionados todos los parámetros empieza el gran plato fuerte del juego.
Antes de cada combate hemos de entrenar y para hacerlo disponemos de varios mini-juegos que, como si fuera un juego de rol, nos permiten mejorar determinadas estadísticas de nuestro luchador. También es importante tener en cuenta si queremos formar parte de un equipo, ya que de esta manera podemos aprender nuevas técnicas; o si en lugar de entrenarnos preferimos centrarnos en un preparar una estrategia para adaptarnos al estilo del próximo rival que nos toque.
El modo Carrera es el más laborioso en este sentido, pero hay otros mucho más directos que nos permiten lanzarnos al ring rápidamente para jugar torneos más cortos, disputar combates míticos de los últimos años, o simplemente jugar con amigos o a través de Internet. El caso es que una vez sobre el escenario el juego se nos presenta con una presentación visual de muy alto nivel. No llega al nivel de detalle y diseño artístico de Fight Night Champion, pero UFC 3 se defiende perfectamente en lo técnico gracias a un modelado y unas animaciones muy buenas. Por otro lado, las retransmisiones siguen al pie de la letra la realización televisiva de estos eventos y cuentan con montones de pequeños detalles que apreciarán los fans de este deporte.
Unos combates tan emocionantes y estratégicos que colocan a UFC 3 entre los mejores juegos de lucha de esta generación
A todo esto, el juego contiene una gran cantidad de documentos en vídeo que prácticamente convierten a UFC 3 en una enciclopedia sobre las artes marciales mixtas. Protagonizados por grandes estrellas, estos vídeos tiene el objetivo tanto de mostrar a los novatos todo este mundillo como de recordar a los seguidores momentos míticos de los combates de los últimos años.
Puede parecer que por su enorme profundidad y su gran número de opciones UFC 3 es un juego de nicho, es decir, un título por y para los fans de las artes marciales mixtas, pero creo que esto no es cierto. Muchas de las novedades de esta nueva entrega han ido encaminadas a hacer más asequible la entrada de nuevos jugadores, pero esto no ha significado que se haya tenido que sacrificar la gran curva de aprendizaje de que disponía el título. Tampoco os penséis ahora que esto es ponerse y empezar a repartir. No, UFC 3 sigue requiriendo que le dediquemos su tiempo, pero una vez lo hacemos el resultado son unos combates tan emocionantes y estratégicos que colocan a este juego entre los mejores juegos de lucha de esta generación.